El Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) publicó este jueves su primera estimación de voto tras las elecciones generales del 20 de diciembre. Esto son sus resultados: PP 28,8%, Podemos y sus confluencias 21,9%, PSOE 20,5%, y Ciudadanos 13,3%. A continuación podéis ver la serie completa.

Los datos de Podemos son la suma del partido y sus confluencias: Podemos 13,2%, En Comú 4,5%, Compromís-Podem 12,5%, y En Marea 1,7%.



El CIS solo observa cambios menores respecto las elecciones de diciembre: una ligera centrifugación del voto hacía los extremos —PP y Podemos—, y una ligera caída de Ciudadanos y el PSOE, que podría perder el segundo puesto en votos.

Pero la encuesta del CIS es solo una encuesta. Además sus entrevistas se hicieron los primeros días de enero, y desde entonces se han publicado al menos otros ocho sondeos. A continuación los comparo y analizo todos para tener una mejor imagen del escenario electoral.

Durante el mes de enero se han publicado nueve encuestas electorales y la foto que nos dejan comienza a aclararse. A continuación he calculado un promedio de las estimaciones de My Word, CIS, GAD3, NC Report, Metroscopia, Llorente & Cuenca, Simple Lógica, Invymark y Celeste-tel.

Según el promedio de encuestas, si mañana volviesemos a las urnas se repetirían prácticamente los resultados del 20 de diciembre. El reparto de escaños sería similar y configurar una mayoría seguiría siendo muy complicado.

El PP sube

El partido que más gana en los sondeos es el PP, que sube entre 1 y 2 puntos para casi todas las encuestadoras. El otro partido que podría subir es Podemos. El PSOE y Ciudadanos retroceden ligeramente. Los votos parecen haberse centrifugado a las opciones extremas, pero el efecto es, de momento, pequeño.

Esta calma sorprende porque antes de las elecciones los electores estaban siendo muy cambiantes. Pero aquello no era normal: los votantes no son tan volátiles como lo fueron en otoño. Además sabemos que un efecto típico de las elecciones es que los partidos percibidos como ganadores mejoren en las encuestas. Pero esta vez los ganadores no están claros.

A continuación, los datos detallados de cada encuesta.

Al comparar todos los sondeos llama la atención que las diferencias entre encuestadoras sea menor de la habitual. La razón es, creo, técnica. Después de las elecciones es posible que las encuestadoras habrán calibrado sus modelos de estimación apuntando a los resultados del 20D. Por eso es normal que se parezcan más ahora. Desde este momento y hasta las próximas elecciones deberían ir divergiendo, movidas por sus diferentes metodologías.

¿Cómo afectan las encuestas a los pactos?

La estimación del CIS y el resto de sondeos nos informan sobre cómo votaríamos mañana, pero no tratan de predecir los resultados de unas hipotéticas elecciones en mayo, junio o julio. Hacer esa predicción es un ejercicio mucho más complicado.

Pero las encuestas sí son útiles para analizar la negociación de investidura y gobierno. El PSOE y Podemos, por ejemplo, negocian sobre déficit o un referéndum. Pero al mismo tiempo los partidos están haciendo un cálculo electoral: ¿estoy defraudando a mis votantes? ¿pagará mi rival el bloqueo institucional o lo pagaré yo? Esos cálculos importan porque en la negociación hay siempre una alternativa cuyo valor va cambiando en el tiempo: repetir las elecciones.

Por eso estos días los partidos actúan con un ojo en las encuestas. Y eso explica que se muevan tan despacio. Los partidos negocian a cámara lenta porque necesitan tiempo para observar, entre brumas, como reaccionan los votantes a sus movimientos.

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