“Desde fuera, el país se ve mejor. Dentro de España, dan ganas de llorar”. Así habló Juan Carlos I en la India en octubre de 2012 durante un briefing con periodistas españoles. Yo le hice una pregunta y le hablé de “usted”. Al terminar, un diplomático me afeó la conducta y me explicó que al dirigirme al rey debía de hacerlo siempre en tercera persona. Además, todas las frases debían de incluir el tratamiento de “Señor”.
¿Qué diría hoy ese mismo diplomático? ¿Qué pensaría el propio Juan Carlos I? Los usos y costumbres de Zarzuela han cambiado bastante en este año y medio transcurrido desde que Felipe VI llegó al trono. Estas dos semanas de consultas políticas lo han puesto claramente de manifiesto: cinco de los 14 líderes políticos recibidos por el rey lo han tuteado y le han llamado, simplemente, Felipe. No lo consultaron con nadie en la Casa del Rey y nadie les corrigió. Directamente, pasaron del señor al tú sin recalar en el denostado usted.
“Yo lo tutee, con respeto claro está, pero también con naturalidad, para demostrar que todos somos iguales”, explica a EL ESPAÑOL Alexandra Fernández (En Marea), con 27 años la más joven de todos los líderes políticos consultados por el rey entre el 18 de enero y el 2 de febrero. “Lo hice también desde mi condición política de republicana. Estamos en un proceso constituyente que pasa también por reformar el modelo de Estado”. ¿Monarquía o república? “Habrá que preguntárselo a la ciudadanía”.
“Yo no soy republicano”
El siguiente más joven, Alberto Garzón (IU), de 30 años, se refirió hasta nueve veces al rey como el “ciudadano Felipe de Borbón” durante sus ruedas de prensa. Lo tuteó, le habló de Felipe y le negó públicamente la condición de rey y de Jefe del Estado. Sin problemas. Felipe VI y Garzón bromearon al despedirse con la bendita coincidencia entre la abdicación de Juan Carlos I el 2 de junio de 2014 y la presentación del octavo libro del líder de IU: La tercera república: construyamos ya la sociedad de futuro que necesita España (Editorial Península). “Yo no soy republicano”, le dijo riendo el rey a Garzón.
Pablo Iglesias señaló que hablaron “de tú a tú” y hablándose de “tú”. El líder de Podemos acudió sin regalos y no quiso comentar públicamente lo que habló con el rey sobre series de televisión, aunque confirmó que intercambiaron ideas sobre sus “gustos cinéfilos”. Iglesias fue a verlo en mangas de camisa blanca y desde el primer momento se sintió como en casa en La Zarzuela. Nada más llegar, alabó ante los fotógrafo la belleza del monte de El Pardo: “Qué maravilla los ciervos”.
Xavier Domènech (En Comú Podem), otro miembro del club del tuteo, se refirió a Felipe VI como el jefe del Estado con mayor naturalidad que Iglesias. Entre risas, contó que salió del encuentro “impresionado” y reconoció que necesitaría “un día entero” para recuperarse.
El historiador Domènech, un hombre de modales más suaves que el líder de Podemos, le llevó al rey de regalo su último libro publicado: Hegemonías. Crisis, movimientos de resistencia y procesos políticos (2010-2013) (Editorial Akal, 2014). Lo hizo, según explicó a este periódico, “porque habla del 15-M y me pareció que podía servirle para entender lo sucedido en este país en los últimos años”.
"La Casa de todos"
Joan Baldoví (Compromís), el más curtido y veterano del club, llegó también con libro. En su caso, un ejemplar de los Fueros de Valencia que “nos abolió por justo derecho de conquista su antecesor Felipe V” mediante los decretos de Nueva Planta de 1707. “Durante el reinado de Felipe VI los valencianos esperamos poder recuperar aspectos de nuestra identidad que fueron abolidos y adaptarlos al siglo XXI”, afirmó Baldoví, que sólo perteneció al club del tuteo durante un tiempo y por error: “Al verlo tan joven empecé hablándome de tú hasta que me dí cuenta y cambié al usted”.
Hace cuatro años, cuando Baldoví fue por primera vez a La Zarzuela para las consultas con Juan Carlos I, sí recibió instrucciones de cómo tenía que actuar. El entonces número dos de la Casa, Alfonso Sanz Portolés, le explicó que tenía que llamarlo primero “Majestad” y después siempre “Señor”. Por supuesto, de usted. En esta ocasión, sin embargo, el jefe de la Casa, Jaime Alfonsín, se limitó a recibirlo con gran cordialidad y hablar con él de política, no de protocolo.
Dos representantes políticos se autoexcluyeron de las consultas: Gabriel Rufián (ERC) y Marian Beitialarrangoitia (Bildu). ERC, porque el rey no recibió a Carme Forcadell, la presidenta del Parlamento catalán. Bildu, porque sus militantes no se sienten “súbditos”. Rufián explicó así en Twitter su decisión: “Nos reuniremos con Felipe de Borbón cuando respete a Catalunya y a sus instituciones. Aquí nuestros únicos reyes son nuestros hijos”.
La nueva clase política española, que huye del taconazo y de la cabeza inclinada, es bienvenida en Zarzuela: “Esta es la casa de todos. Ellos son representantes de la soberanía popular, y el trato ha sido absolutamente respetuoso y amable.