Pedro Sánchez sólo puede celebrar su cumpleaños una vez por legislatura. Nació el 29 de febrero de 1972, un año bisiesto, como este 2016. Sin embargo, es muy posible que este año le toque vivirlo en el Congreso de los Diputados para un incierto debate de investidura.
Ciudadanos baraja esa fecha para el inicio del decisivo pleno en el que el líder del PSOE concurrirá como candidato. En el PSOE también se maneja ese día como probable. Sería el inicio de una semana inédita en la política española. Los debates de investidura duran al menos dos días para que hablen todos los grupos y se pueda votar al final. Según la Constitución, para salir investido a la primera se necesita la mayoría absoluta de la cámara: 176 escaños. Si el aspirante no lo consigue, 48 horas después se convoca automáticamente otro pleno para el que sólo hace falta la mayoría simple. Por ese motivo, el viernes 4 de marzo podría celebrarse la segunda votación.
Este martes, la opción cobró fuerza tras dos anuncios. Patxi López, presidente del Congreso, avanzó que la semana que viene tratará de señalar un día en el calendario. Así se cumplirá el plazo de negociación de aproximadamente un mes que calculó el 2 de febrero, cuando Sánchez recibió el encargo del rey. Aunque la potestad de convocar el pleno es sólo suya y no de la Mesa del Congreso, el órgano de gobierno de la cámara, López prevé hacer partícipes a los demás grupos de una investidura que podría celebrarse en poco más de dos semanas.
Se acelera la preparación de la consulta
Fuentes del PSOE confirmaron además que este jueves se celebrará una reunión de la Ejecutiva para decidir las normas básicas de la consulta a la militancia del acuerdo de investidura. Sánchez se comprometió a consultar a las bases socialistas sobre cualquier acuerdo, pero no se había concretado cómo se llevaría a la práctica. La convocatoria de la reunión, adelantada por la agencia EFE, no estaba prevista hasta ahora y en el área de Organización se daba por hecho que la consulta sólo se maduraría una vez se vislumbrase el acuerdo. Por lo tanto, el PSOE tiene prisa por tener el procedimiento cerrado cuanto antes.
Sánchez aún no tiene los votos
¿Tiene Sánchez los votos suficientes para ser investido presidente? Nada lo indica. Más bien al contrario. ¿Ha conseguido relajar en algo el veto de Podemos a Ciudadanos? En absoluto. Este martes, en una rueda de prensa tras reunirse con los líderes de CCOO y UGT, Iglesias volvió a insistir en que Sánchez tiene que elegir entre pactar con Ciudadanos, un acuerdo que para él sería "con el PP en diferido", o hacerlo con Podemos.
"Sería un milagro laico", en palabras de un influyente socialista. "Pero no tiene los votos", reconoce. "Ahora lo único que hay son 90 escaños y alguno más de alguno de los partidos pequeños", según esta fuente.
El PSOE cree que el tiempo perjudica a Podemos
Según un integrante del equipo negociador de Sánchez, "el problema no son los contenidos del acuerdo" que el PSOE ha facilitado con un documento en el que se puedan sentir cómodos tanto Podemos como Ciudadanos. De hecho, el propio Iglesias reconoció el lunes que el texto de 53 páginas presentado por los socialistas "se parece mucho al programa de Podemos" y sería "sencillo" ponerse "de acuerdo" en torno a él.
Este martes, en la reunión a puerta cerrada del grupo socialista en el Congreso, el portavoz de los negociadores de Sánchez, Antonio Hernando, aseguró que será "muy difícil" para Podemos no sentarse a negociar con el PSOE. Significaría cargar con la culpa de ser el que impida un acuerdo, según explicó un diputado presente en la reunión.
Sánchez ha decidido poner toda la carne en el asador, según fuentes de Ferraz. Su equipo de confianza está integrado por los seis negociadores, pero su núcleo duro lo conforman Antonio Hernando (también negociador), César Luena, secretario de Organización, y Óscar López, el portavoz en el Senado. Su estrategia consiste en apelar directamente a las bases, teóricamente muy dispuestas a un acuerdo con Podemos, extender la idea de que las negociaciones con Ciudadanos van viento en popa y presentarse como la alternativa al PP. El tiempo, según esta lógica, atraerá a Podemos a la mesa de negociación.
Tranquilidad temporal dentro del PSOE
En el PSOE, las aguas bajan relativamente tranquilas. "Todo el mundo está a la expectativa. Él cree que puede lograrlo, pero es una ensoñación", según una fuente cercana a Susana Díaz. Una vez que Sánchez se someta a la investidura, quedará claro el equilibrio de fuerzas. "Es improbable que Ciudadanos y Podemos lo apoyen por activa y por pasiva, por lo que el debate será muy complicado para él", según fuentes socialistas.
"Si en campaña el PSOE decía que los debates eran muy importantes, este es crucial", según la misma fuente. Eso también entra en los planes de Sánchez, que lleva una semana tratando de forjarse una imagen de líder dialogante, dispuesto a alcanzar acuerdos con sus rivales políticos. Pocos en el PSOE dudan de que los avances con Ciudadanos y los educados reproches a Podemos de los últimos días han reforzado al líder socialista. La pregunta es si eso será suficiente para sobrevivir a dos votaciones adversas en la investidura. Si no lo es, Sánchez podría exhibir sus esfuerzos en favor de su candidatura para seguir al frente del PSOE y presentarse a las nuevas elecciones generales.
El reloj de la Constitución se pondrá en marcha en la primera votación de investidura. Según la Carta Magna, si fracasa el primer intento se abre un plazo de dos meses para que algún candidato lo logre. Si nadie reúne los apoyos suficientes, la convocatoria de nuevas elecciones es poco menos que automática.
Para algunos, es a partir de la primera investidura fallida cuando empieza de verdad una negociación excitada por el tic tac del reloj. Aunque el equipo de Sánchez confía en que sea elegido en la semana del 29 de febrero, coincidiendo con su cumpleaños, de momento parece una misión imposible.