Mariano Rajoy ha esperado 53 días desde las elecciones para presentar su primera oferta de Gobierno. Este jueves ha entregado en mano al líder de Ciudadanos y ha enviado “por educación” al secretario general del PSOE un documento de 18 páginas con cinco pactos de Estado. El presidente del Gobierno en funciones no lanzó una sola propuesta a PSOE y Ciudadanos, los partidos con los que el PP quiere formar un tripartito, antes de que declinase su candidatura ante el Rey. Su primer movimiento llega ahora, justo cuando Pedro Sánchez busca apoyos para intentar formar un gobierno dentro de pocas semanas.
El líder del PP ha iniciado una negociación formal de cara a alcanzar un posible pacto de Gobierno. Su primera reunión ha sido un encuentro "muy cordial" con el líder de Ciudadanos. Justo después del 20D, Rajoy mantuvo una primera ronda de contactos con Rivera y con Pedro Sánchez, pero no ha sido hasta esta semana cuando ha lanzado una oferta real para formar un Gobierno donde esté PP, PSOE y Ciudadanos.
En círculos conservadores reconocen que esta oferta llega demasiado tarde. “El presidente tuvo que haber mostrado esta actitud antes de decirle 'no' al rey Felipe VI”, añaden las mismas fuentes que entienden que Pedro Sánchez ha sabido aprovechar el hueco que le dejó Mariano Rajoy y se ha mostrado “mucho más dialogante que él. Sánchez se ha vendido como que era el único que estaba dispuesto a intentar cerrar un acuerdo de Gobierno para desbloquear la endiablada situación”, reconocen en privado.
Relación nula con Sánchez
Rajoy ha criticado abiertamente que no existe ningún tipo de diálogo con Sánchez. La situación entre los dos líderes es tan tensa que el socialista incluso no ha cogido el teléfono al presidente del Gobierno en funciones en más de una ocasión. Ahora es el socialista el que ha solicitado una entrevista con el líder del PP, con quien se verá por primera vez este viernes desde el 23 de diciembre. Rajoy asegura que no sabe “para qué voy a verlo” y reconoce que únicamente va “porque hay que tratar al contrario como te gustaría que te tratasen a ti”. Es decir, "por pura cortesía", reconocen en su círculo más íntimo, ya que la posición del PP en la investidura de Sánchez es innegociable: en sus planes no entra una posible abstención si el PSOE cierra un acuerdo con Ciudadanos.
El presidente del Gobierno en funciones llega a la cita con el 'presidenciable' con un objetivo: tantear a un Sánchez que se resiste a formar parte de un Ejecutivo “moderado, fuerte y estable” a cambio de ser él el presidente, aunque sea con el apoyo de “radicales e independentistas”. Su plan sigue siendo que el socialista no supere ninguna de las dos sesiones de investidura y entonces le toque otra vez el turno a él antes de disolver las Cortes. “Yo lo único que le dije al Rey que todavía no tenía los apoyos”. Con el batacazo del PSOE el escenario que contempla el PP es completamente distinto y creen que “todavía no está todo perdido”.
En la oferta que el PP ha diseñado para formar el ansiado tripartito con PSOE y Ciudadanos, Rajoy plantea un pacto para seguir creciendo y crear empleo, incluida una flexibilización del déficit, como pide Ciudadanos. También se refiere a la reforma fiscal y a un cambio en la financiación de las comunidades autónomas; un pacto social que refuerce el estado del Bienestar; otro por la educación y el último, para el fortalecimiento institucional.
El referéndum en Cataluña
Rajoy y Rivera hicieron frente común contra el PSOE en un punto: Cataluña. Albert Rivera exigió a Pedro Sánchez que el tema del referéndum que exige Podemos se prohiba por escrito para que no haya ninguna confusión sobre cuál es el camino que hay que seguir. En la misma línea se mostró el popular: “La soberanía de España reside en el pueblo y la unidad de España no es negociable”. El presidente del Gobierno en funciones aprovechó para lamentar que en el documento que el PSOE está negociando, “que parece un programa electoral”, no se haga mención al desafío catalán.
Los dos líderes también hablaron de un tema espinoso para el PP, la corrupción. En este sentido, Rajoy tendió la mano y aseguró que está dispuesto a estudiar cualquier medida que le proponga salvo una: que se eche a un lado para ceder la presidencia a otro compañero del PP.