El Juzgado de Menores número de Madrid ha expedientado al menor Álvaro C. G. por ser el autor responsable de un delito de riña tumultuaria, un delito de tenencia ilícita de armas y un delito de homicidio y le ha impuesto la medida de seis años de internamiento de régimen cerrado seguido de dos años de libertad vigilada, tras el juicio que se celebró en este órgano judicial por la muerte del hincha de Deportivo de la Coruña Francisco Javier Romero Taboada, 'Jimmy', tras el partido Atlético de Madrid-Deportivo de La Coruña en el estadio Vicente Calderón en noviembre de 2014.
En la misma sentencia el juzgado declara también al menor expedientado Isaac D. C. autor responsable de un delito de riña tumultuaria y de un delito de tenencia ilícita de armas y le impone un año de libertada vigilada. Al tercer menor, Javier Pedro C. N., autor responsable de un delito de riña tumultuaria, le impone 60 horas de prestaciones en beneficio de la Comunidad, que se sustituirán, en caso de que el menor no preste su consentimiento o las incumpla, por cinco permanencias de fin de semana en centro cerrado. Estos dos últimos estaban acusados por participar en la pelea que acabó con la muerte de Jimmy.
El fiscal pedía para Álvaro C. ocho años de internamiento y tres de libertad vigilada para el menor, único acusado de la muerte del seguidor del Deportivo. La sentencia considera probado que el menor atacó con una defensa extensible y con ánimo de causar la muerte a Jimmy cuando éste había caído al suelo tras ser golpeado por otro participante en la riña.
“Armados hasta los dientes”
Según recoge la sentencia, en torno a las 08:00 horas del día 30 de noviembre, se personaron en el lugar acordado varios centenares de aficionados del Atlético de Madrid bajo las consignas "armados hasta los dientes", "sin dudas y con mucho odio", "Atlético o muerte". Entre ellos los menores Álvaro C., Isaac D. y Javier Pedro C., acudieron a la cita blandiendo tanto Álvaro como Isaac sendas defensas extensibles y portando un palo Javier Pedro. “De común acuerdo con cl resto de participantes, gran parte de ellos armados, con ánimo de atentar contra la integridad física, acometieron de firma indiscriminada a los numerosos aficionados del otro club, que actuaban de igual forma, movidos ambos grupos por el odio a la afición rival y a los ideales con los que éstos simpatizan. Así, todos ellos se agredieron tumultuaria y continuadamente, resultando del violento enfrentamiento decenas de heridos, varios de ellos con incisiones por arma blanca”.
En un momento de la reyerta, el menor Álvaro C. G., tras observar cómo un joven mayor de edad golpeaba en la cabeza al aficionado del Deportivo Francisco Javier Romero Taboada, y que éste caía al suelo, valiéndose de la defensa extensible que portaba “le golpeó con ésta en la zona abdominal y, con ánimo de causarle la muerte, continuó propinándole golpes ayudado por otros tres jóvenes mayores de edad. Posteriormente, y a sabiendas de su crítico estado, algunos de ellos le lanzaron al río Manzanares”.
A consecuencia de los golpes recibidos, Jimmy, de 41 años y con un hijo, resultó con diversos traumatismos en cabeza y abdomen que le causaron lesiones encefálicas y abdominales, con desgarro esplénico y hemorragia aguda que le provocó la muerte.
Las versión del acusado
Según narró en el juicio, celebrado a puerta cerrada, aquel día estuvo en los alrededores del estadio del Atleti, y después en el partido del fútbol, que se inició a las 12 horas, pero que no participó en los altercados, entre miembros de su equipo y los del Deportivo de La Coruña. Habitualmente cuando el partido es por la mañana, se levanta muy temprano y se va hacía el estadio Vicente Calderón. para desayunar con amigos, seguidores de su equipo.
Negó que llevara ningún tipo de arma ni defensa extensible (porra). Aunque sí reconoció que otro joven se la dejó cogiéndola “por miedo, a la vista de los incidentes y desórdenes que se estaban organizando”. Vio mucho humo y lanzamientos de objetos, así como a 100 personas situadas "a modo de ejército". Se refugió debajo de unos árboles, para seguidamente salir corriendo, llegando hasta el bar llamado "El Doblete", y posteriormente a otro bar, llamado "El Parador".
Se enteró de lo que había ocurrido a través de las redes sociales, yéndose finalmente al partido de fútbol con su padre.
El testigo protegido identifica al menor
Durante el juicio, declaró un testigo protegido que reconoce que vio a Alvaro C. golpeando de forma reiterada al hincha del Depor mediante patadas y golpes con la porra. Aseguró que hubo una convocatoria a través de las redes sociales ara enfrentarse a lo seguidores del Depor, apareciendo aquella mañana entre 200 y 250 personas.
El testigo protegido era uno de ellos y fue detenido por la Policía por su presunta participación en los altercados. Según aseguró en la vista, en ese momento no contó nada a la Policía por temor pero después decidió, por consejo de un agente amigo suyo, que contara lo que había visto. Según manifestó, después de la agresión, pudo ver, a escasos cinco metros, a otros jóvenes, entre los que no estaba Álvaro, tirar a Jimmy al río.
Los mensajes de Whatsapp le delatan
Además de la declaración de varios agentes de Policía señalando a Álvaro como autor de los golpes, el tribunal ha tenido en cuenta los mensajes enviados por whatsaap por el acusado. En la noche anterior a los hechos, recibió este mensaje: “Armados hasta los dientes, el domingo con un par de huevos, sin dudas; y con mucho odio. Atleti o muerte señores". Aquella noche , envía un mensaje a su novia: "Llevo el norh face braga y gorra. te amo mi vida". Respuesta: 'ten cuidado, te quiero mucho". Sobre las 5:25 horas del día 30 de Noviembre, envía un nuevo mensaje: "Tú durmiendo hace 4 horas y yo yéndome a pegar por el fútbol...".
Durante la reyerta, y desde el teléfono de Álvaro se libran varios mensajes a las 9:26 horas, con el siguiente texto: "Que palizón, jajaja , los hemos reventado", y "sin porra me he quedado, le he pegado un palizón a uno". A las 1 1:59, la novia de Álvaro le envía a joven un mensaje, en el que se muestra preocupada por lo que ha escuchado en las noticias: "Dime que no has sido tú". Y a continuación a las 14:52 horas, emite otro mensaje con el siguiente texto: "Que el chaval se ha muerto y tú no me hablas ni dices nada".
Tras un prolongado silencio, desde el teléfono Álvaro a las 15:10 del día 30 de Noviembre remite un whatsapp a su novia en el que doce: en el que el remitente dice no tener idea de lo que ha pasado, sosteniendo que toda la mañana había estado estudiando, y que no había podido asistir al partido de fútbol; por último desde la terminal—a las 15:21 horas le contesta la novia: “Vale, vale, me quedo más tranquila”.
“Falsea totalmente la realidad”
Para el juez, “resulta fundamental la reacción de ÁAlvaro, cuando su novia, muy intranquila, le pregunta sobre lo sucedido, y si él tuvo algo que ver con la grave situación en que se encontraba unos de los seguidores del Depor, pues Álvaro lejos de tranquilizarle de inmediato, como hubiese sido lo razonable, si no había nada que ocultar, y por ende de le contesta horas después, falseando totalmente la realidad, diciéndole que se había quedado en casa estudiando, y que no había acudido al partido de fútbol que se había celebrado esa mañana, con contradicción todo ello, con lo reconocido por el propio menor en el acto de juicio oral”.
Las excusas señaladas por el menor, en cuanto a los contenidos de los mensajes hallados en su teléfono móvil “fueron vagas e imprecisas, pues se limitó a decir, que no recordaba los mismos, y, que a lo sumo sus palabras se debían a meras bravuconerías”. También adujo que a veces deja su teléfono móvil a los amigos, “extremo este en forma alguna constatado de manera fehaciente, por lo que dicha argumentación carece objetivamente de las condiciones de idoneidad necesarias para desvirtuar la anterior prueba de cargo”.