El 26 de marzo de 2015, cuando todavía faltaban dos meses para las elecciones municipales que harían alcaldesa a Manuela Carmena, Guillermo Zapata escribió: “Estamos allí, entre las dunas, hemos venido a liberar las ciudades de los viejos gobiernos corruptos”. Fue en eldiario.es, donde el ahora concejal iba relatando el auge del movimiento nutrido de Podemos y Ganemos que gobernaría el Ayuntamiento de Madrid.
Casi un año más tarde, Zapata ha abandonado la masa abstracta de la duna y se ha colocado en el ojo del huracán. La semana pasada quedó constancia de que el juez de la Audiencia Nacional, Santiago Pedraz, juzgará al guionista reconvertido a político por un posible delito de humillación a las víctimas del terrorismo. Este domingo, EL ESPAÑOL revelaba que Zapata contrató como asesora a su expareja, Nuria Sánchez Díaz, en el distrito que él gestiona.
El efecto bumerán
En los artículos publicados por el arquitecto de la trama de Hospital Central, el código ético de Ahora Madrid y su programa para los últimos comicios, existen ciertas referencias a la contratación pública y al nepotismo; unas referencias que suscitan varias preguntas que, como un bumerán, se vuelven hacia él.
En octubre de 2014, Guillermo Zapata firmaba un post en el diario de Ignacio Escolar titulado '10 notas sobre nuevo municipalismo y una postdata'. En él recogía los ideales de la nueva política, entre los que destacaba la necesidad de practicar “auditorías tanto de la deuda como de la contratación pública” y “la transparencia en la toma de decisiones y el gasto”. ¿Contrató Zapata con transparencia a su expareja?
Ya con la confluencia entre Podemos y Ganemos Madrid casi fraguada, Zapata escribía: “En las elecciones se juega el acceso a la cuota de poder disponible (…) La porción de poder que queda en el campo institucional. Es una palanca. No es la única. Es la palanca que se relaciona con algunos de los elementos materiales que sostienen nuestra vida”.
A continuación, y tras explicar la capacidad ejecutiva que quedaría en juego en las elecciones de mayo, relató algunos ejemplos de ese “poder disponible”, entre los que destaca este: “Es poder disponible saber quién contrató a quién y por qué y por cuánto”. ¿Tienen los ciudadanos ese poder disponible con esta contratación en concreto? ¿Zapata ha explicado con suficiente detalle cómo contrató a su expareja?
Programa y código ético
En el programa de Ahora Madrid se encuentra la siguiente reflexión sobre el modelo a seguir de las contrataciones del Consistorio: “Reestructurar el organigrama del Ayuntamiento con el fin de racionalizar las estructuras directivas, reducir y limitar los cargos de asesores y puestos de libre designación, estableciendo criterios objetivos de mérito y capacidad y favoreciendo la designación de funcionarios de carrera”.
Es cierto que el Ejecutivo de Manuela Carmena ha reducido los asesores de 123 a 67, pero Nuria Sánchez no es funcionaria, o por lo menos no lo ha notificado el Consistorio. A pesar de su gran experiencia en el sector y de conocer de cerca el distrito para el que trabaja, ¿es posible hacer una entrevista laboral a una expareja en base a criterios estrictamente objetivos como pide el programa de Ahora Madrid?
En el código ético del partido se exige “una declaración formal y razonada especificando los criterios que justifican su elección, con ajuste a lo que se prevé en el reglamento pertinente”. ¿Qué motivos adujo Guillermo Zapata en esa declaración formal necesaria para contratar a su expareja?
El control al poder
Cuando la oposición acusó de nepotismo a Carmena por el nombramiento de Samuel Romero -militante de Izquierda Unida e hijo de una candidata sin repercusión a las primarias de Ahora Madrid- como director de Calle 30, la formación publicó un comunicado en el que se mostraban sorprendidos por la polémica generada: “Nos parece inaudito que se haga un escándalo de que los cargos de confianza sean militantes o afines a organizaciones que participan en la plataforma ciudadana que gobierna (…) teniendo en cuenta que así pasa en todos los gobiernos”.
También añadieron: “Es lo que tienen los cargos de confianza, que la confianza surge en aquellos lugares donde te mueves y con las personas que tratas. Hay quien la desarrolla yendo a asambleas, hay quien la encuentra entre canapés en el palco del Real Madrid o en la bodega Agag-Aznar. Así es como funciona el sistema institucional que nos hemos encontrado”.
El 5 de febrero de 2015, Guillermo Zapata escribió: “No se trata tan sólo de controlar al poder político (que es fundamental), sino también de cooperar entre ciudadanía y representantes para disolver esas distancias”.