"Que viene el de Vitaldent". Juan Robles Marchena recuerda perfectamente a Ernesto Colman, uno de sus rivales habituales en la competición de enganche. Esta disciplina ecuestre prácticamente desconocida era una de las mayores aficiones del dueño de Vitaldent. En su finca de Villacastín, en Segovia, organizó un campeonato de España. El enganche consiste en ejecutar una serie de ejercicios en coche de caballos.
"Nos conocíamos y saludábamos, porque es un mundo muy pequeño. Pero al mismo tiempo era un hombre muy reservado", dice Robles Marchena, considerado uno de los mejores cocheros de España. "Nosotros sabíamos quién era y cuando aparecía siempre decíamos 'que viene el de Vitaldent'".
Colman (Montevideo, 1961) hizo de los caballos una de sus mayores pasiones. La trama que acabó el martes con su detención incluye varias sociedades con las que lavaba presuntamente el dinero de sus clínicas dentales. Una de esas sociedades era Mas Kballos SL, que esponsorizaba eventos deportivos facturando cantidades muy elevadas. El dinero procedía directamente de Vitaldent. Es decir, las clínicas pagaban el mantenimiento de sus caballos, según ha podido saber EL ESPAÑOL. Este modus operandi también funcionaba en Portugal.
50 dólares al año en Uruguay
Esa fortuna, que se calculó en unos 600 millones de euros, nunca llegó a Uruguay, su país de origen. Colman se puso en contacto con la Federación Uruguaya de Deportes Ecuestres y en 2011 empezó a participar en pruebas internacionales de enganche. En la Federación no recuerdan demasiado de él, pese a que sus resultados en campeonatos del mundo no fueron nada malos. Siempre cerca de las medallas.
"Su secretaria mandaba de vez en cuando un correo diciendo que había que inscribir al señor Colman en alguna competición", recuerda un administrativo de la Federación que prefiere mantener el anonimato. "No había aportaciones económicas destacadas. Pagaba la cuota de 50 dólares al año como cualquier otro jinete".
La modesta aportación contrasta con el dinero y las propiedades que amasó en España. En los años de éxito, cuando la revista Time le bautizó como 'McDentist' por la multiplicación de sus clínicas como hamburgueserías de comida rápida, Colman solía contar que llegó a España con 187.500 pesetas en bolsillo. Era 1989. La crisis en Argentina, dónde trabajaba como protésico dental, le llevó a buscar nuevos aires en Madrid. Su historia casó perfectamente con el modelo de la España de éxito que se exportaba al mundo.
Cinco aviones y un pueblo
Pero, como ha ocurrido en otros casos, el pelotazo también ha acabado pasándole factura. Un elevado tren de vida que pagaba con distintas sociedades y la ruina de sus franquicias le han llevado a la cárcel. El rey de los dentistas 'low cost' poseía una vivienda de más de 5 millones de euros en la exclusiva urbanización La Finca de Madrid, el terreno de Segovia, casas en Asturias y Marbella y un piso en Nueva York, según consta en la investigación.
Colman tenía también coches de alta gama, cinco aviones y un helicóptero. En 2007, la cúpula de Vitaldent compró un pueblo entero, Montgarri, en el Valle de Arán, a sólo siete kilómetros de la estación de Baqueira-Beret. Sólo había un habitante entonces en este municipio abandonado y semiderruido. Entonces, como ahora, sigue funcionado un refugio de montaña muy cotizado, y con muchas actividades durante el invierno. El personal del refugio guardó un escrupuloso silencio el martes. Nadie quiso hablar sobre Colman.