¿Metedura de pata o falta de sensibilidad real? Este jueves en Bruselas, Mariano Rajoy explicó a David Cameron a través de una confesión televisada (traductor mediante) que España se encamina a unas nuevas elecciones el próximo 26 de junio. En Zarzuela, las palabras del presidente en funciones han vuelto a remover unas aguas que seguían un poco revueltas desde que Felipe VI encargó a Pedro Sánchez la formación de Gobierno y el PP reaccionó adversamente.
Rajoy ha prendido una llama que Zarzuela quería mantener apagada hasta el próximo 5 de marzo, día de la segunda votación para la investidura de Sánchez. ¿Qué va a hacer el rey si se abre un tercer tiempo? La Casa del Rey se resiste como gato panza arriba a desvelar los escenarios que ya maneja en caso de investidura fallida: “El rey hará lo que estime conveniente en función de sus obligaciones constitucionales. En este momento hay un proceso constitucional en marcha y no podemos avanzar la actuación hasta que no se sustancie el procedimiento”.
El rey no permanecerá de brazos cruzados
Pero la indiscreción de Rajoy ante Cameron ha puesto el dedo en la llaga. ¿Qué ocurre en España entre el 5 de marzo y el 3 de mayo, cuando según Rajoy se disolverán las Cortes y se convocarán elecciones? “Al hablar así, Rajoy da por hecho que el rey permanecerá de brazos cruzados si la investidura de Sánchez resulta fallida”, señalan expertos constitucionalistas. “Se equivoca: el artículo 99.4 de la Constitución le obliga a tramitar sucesivas propuestas en caso de que el candidato no logre la confianza parlamentaria. Al explicar en el extranjero lo que va a pasar en España, el presidente en funciones está ignorando por completo la discrecionalidad que en estos casos otorga al Jefe del Estado nuestra Carta Magna”.
En los aledaños del PSOE, se muestran más claros: “Rajoy trata al rey como un si fuera un becario”. Lo hizo, según las fuentes consultadas, el pasado 2 de febrero cuando no aceptó de buen grado el mandato real al socialista Sánchez. Lo hace de nuevo ahora, según las mismas fuentes, “al poner el foco en la Corona en un momento en el que ésta se está esforzando por cumplir sus obligaciones constitucionales de una manera especialmente escrupulosa en un período histórico delicado y decisivo para la monarquía”.
El artículo 99, en su apartado 4, es parco en indicaciones: “Si efectuadas las citadas votaciones no se otorgase la confianza para la investidura, se tramitarán sucesivas propuestas en la forma prevista en los apartados anteriores”. Felipe VI dispone apenas de este breve manual para adentrarse a partir del 5M en un camino por el que nunca antes se ha transitado en la España democrática. El artículo en cuestión fue difícil de alumbrar porque no estaba claro entre los padres de la Constitución cuál tenía que ser el papel del rey. Finalmente, se le dio más protagonismo del inicial dándole la prerrogativa de proponer al candidato.
Así, en 10 ocasiones, el artículo 99 ha servido a Juan Carlos I sin problemas porque el candidato propuesto siempre consiguió la confianza parlamentaria: Adolfo Suárez (1979, cuando fue elegido democráticamente por primera vez); Leopoldo Calvo Sotelo (en la histórica e interrumpida votación del 23-F); Felipe González (3 veces); José María Aznar (2 veces); José Luis Rodríguez Zapatero (2) y Rajoy (una de momento).
Buscar candidato o nuevas elecciones
Ahora, ante una hipotético globo pinchado de Sánchez, las interpretaciones difieren. Unos expertos coinciden con el PP de Rajoy y apuestan por la inacción real hasta que se convoquen nuevas elecciones. Otros defienden la “obligación constitucional” que tiene el rey de seguir intentando encontrar candidato antes del 3 de mayo.
Desde la Casa del Rey se subrayan dos consideraciones: no habrá “automatismos” en el proceder del rey y se tendrá en cuenta que el papel del presidente del Congreso no desaparece tras la investidura. Esto quiere decir que Felipe VI tiene “margen de maniobra” para tomar decisiones apoyándose siempre en la “información política” que le trasladen los partidos de la mano de Patxi López. Sólo si hay “sustancia” en una tercera ronda de consultas habrá caso para una nueva nominación, que no tiene por qué recaer “ni en Rajoy ni en Sánchez”.
Un proceso post-5M en el que el calendario resulta crucial. “El rey ni improvisa ni se adelanta a los acontecimientos, porque los tiempos son muy importantes en política”, señalan desde Zarzuela. En las dos rondas primeras (18-22 enero y 27 enero-2 febrero), Felipe VI cumplió con su deber constitucional, “y ahora volverá a hacer lo mismo”.
Unos tiempos que Rajoy parece haber obviado en Bruselas. “Precisamente por este endiablado calendario se canceló el viaje de Estado a Londres”, señalan fuentes diplomáticas. “El rey tiene mucho trabajo que hacer en España, ya sea juramentando a los nuevos ministros ya sea iniciando una tercera ronda de consultas”. En Madrid, la vicepresidenta Soraya Sáenz de Santamaría ha querido quitar hierro este viernes al lapsus de Rajoy: “La opción de Rajoy no es que haya elecciones generales, es formar un Gobierno de amplia mayoría parlamentaria, sea de coalición o como sea”. En el camino para conseguir ese objetivo tendrá que contar con el rey.