Carles Puigdemont ha recibido al Rey a pie de coche. Carme Forcadell y Ada Colau han estrechado su mano al entrar en el Liceu. En la Rambla, ante el gran teatro, varias decenas de ciudadanos han aplaudido a Felipe VI entre ¡vivas! a España. Han tardado 42 días en verse, pero el encuentro este domingo entre Felipe VI y el presidente de la Generalitat; la presidenta del Parlament y la alcaldesa de Barcelona- plana mayor del independentismo catalán- no ha podido ser más “institucional y educado”, según testigos presenciales.
“Este es el camino para garantizar el bien de todos: trabajar juntos teniendo siempre como fin el bien común”, ha dicho el Rey al dirigirse- en catalán, inglés y castellano- a las autoridades catalanas y los organizadores del World Mobile Congress (WMC) que desarrolla toda esta semana en Barcelona. “El Congreso Mundial del Móvil y la capitalidad de Barcelona es buen ejemplo de esto. Son un ejemplo de como el compromiso entre las distintas administraciones impulsa el progreso colectivo y, por las grandes cosas, atiende mejor el interés general de todos los ciudadanos”.
Ese camino es el que han recorrido el ayuntamiento de Barcelona; la Generalitat de Cataluña; el Ministerio de Industria; la Feria y el GSMA, el ente organizador del Congreso, para organizar un evento global que lleva cuatro años poniendo a Barcelona en el mapa y que este año bate el récord de asistencia con 100.000 personas.
Felipe VI y Puigdemont han hablado amigablemente durante el cóctel que ha precedido a la cena. Pero en sus discursos, cada uno ha ido por su lado. Para algunos de los extranjeros presentes en la sala, entre los que se encontraba Mats Granyrd, director general del congreso, ha sido casi como si estuvieran en países diferentes. Felipe VI ha hablado de España como “un país que apuesta fuertemente por las nuevas tecnologías como mecanismo para mejorar su competitividad; un país abierto a la inversión y al pleno desarrollo de la sociedad de la información”, que cuenta con “grandes empresas, altamente internacionalizadas y líderes en sus respectivos mercados, que son verdaderos ejemplos de innovación y eficiencia” así como “un elevado número de empresas más pequeñas pero muy especializadas”.
"Queremos convertirnos en Silicon Valley"
Puigdemont, por su parte, se ha referido a Cataluña como un país “con siete millones y medio de habitantes, con nuestro idioma, nuestras instituciones” y en donde se ubican “más de 5.500 empresas extranjeras”: “Queremos convertirnos en una especie de Silicon Valley aquí en el sur de europa”.
Además de por su “espíritu empresarial”, el país de Puigdemont se caracteriza por su “innovación y su creatividad” con ejemplos como Miró, Gaudí, Ferrán Adriá y los hermanos Roca, además del propio Liceu, dentro de “un país más global, más competitivo” que se basa en la “responsabilidad social” y que se ha convertido en una de las “regiones europeas líder en inversión europeas”.
La alcaldesa Colau se ha limitado a subrayar la naturaleza “histórica” de la revolución tecnológica en curso y a alertar sobre “las condiciones laborales precarias” y “una de las mayores crisis de sostenibilidad de la historia” a la que nos enfrentamos. Soria ha aprovechado para destacar la mejora económica del país España en general, que crece “más rápidamente que ningún país de Europa” no debido a “un milagro” sino a los esfuerzos de consolidación fiscal y las reformas.
Para terminar de confundir, o de aclarar los términos a los presentes, Soria ha subrayado que España no tiene sólo “clima y playas”, sino también “historia, cultura, arquitectura, gastronomía y muchas cosas disfrutar de nuestra ciudad, de nuestra región y de nuestro país”.
La Casa del Rey ha destacado la “absoluta normalidad institucional” en la que ha transcurrido la cena. Si embargo, por primera vez en los últimos cuatro años, Felipe VI no ha permanecido en Barcelona para inaugurar el congreso este lunes. Eso lo hará el ministro Soria junto a Puigdemont. El Rey ha regresado a Madrid después del banquete en el Foyer de gran teatro. Este lunes por la mañana tiene audiencias con un grupo de generales de división en La Zarzuela, donde aducen que la agenda real está especialmente “complicada” debido a lo tardía formación de Gobierno en Madrid.