Mariano Rajoy, el hombre que sabe que no va a volver a gobernar
El pacto de 'El Abrazo' sentencia su permanencia al frente del Gobierno y del PP.
29 febrero, 2016 03:03Noticias relacionadas
Mariano Rajoy está triste. Se lo dijo el miércoles en una entrevista a la periodista Susanna Griso, cuando le preguntó cómo le sentó que Pontevedra le declarase ahora persona 'non grata'. Le fastidió y le dolió tanto aquella decisión del Ayuntamiento que llegó a decir que “ni a Hitler ni a Stalin los declararon persona non grata en Pontevedra”. Sin embargo, el desplante de sus paisanos es la gota que ha colmado el vaso de la desesperación de un presidente del Gobierno en funciones que ya sabe que no va a volver a gobernar.
El pacto de El Abrazo que la semana pasada escenificaron Albert Rivera y Pedro Sánchez significa que el líder del PP se queda sin opciones parar intentar ir a una sesión de investidura si fracasa el socialista. “Mariano Rajoy solo puede volver a ser presidente del Gobierno si se disuelven las Cortes, se presenta de nuevo y gana por mayoría absoluta”. Es la afirmación de uno de los negociadores del equipo de Rivera, que en privado reconocía que Mariano Rajoy dejó escapar la única esperanza que le quedaba para revalidar su cargo el día que le dijo 'no' al Rey. “Se creía que era como siempre: que los demás murieran antes que él para luego presentarse como el salvador. Y no. No ha hecho nada en estos dos meses y no tendrá nuestro apoyo”.
Un PP enrocado
Según Rajoy, nadie quiere pactar con él porque el líder del PSOE busca a toda costa el apoyo de “los independentistas y los extremistas” con el único objetivo de impedir un nuevo gobierno del PP. Sin embargo, el líder de Ciudadanos siempre mantuvo la mano tendida a los conservadores. “Ni siquiera han formado aún un equipo negociador para intentar acercar posturas. Están enrocados en que es Rajoy el presidente o elecciones, y eso no es así”, reconocen las mismas fuentes.
Aunque en público los dirigentes del PP intentan insuflar algo de aire a las bases, que se asfixian ante la corrupción que les rodea, cada vez tienen más claro que retener el Gobierno es una “misión imposible”. Ni una sola voz autorizada pone en entredicho la permanencia de Mariano Rajoy al frente del partido. Apartarse de esta endiablada carrera es una decisión “que debe tomar él y la tomará cuando tenga que tomarla. Ahora estamos en los diez primeros minutos de un partido que termina el 3 de mayo”, el día que, según el calendario, tendrán que disolverse las Cortes si ningún candidato consigue el apoyo de la Cámara.
La renuncia, en el aire
La intención de Mariano Rajoy, al menos la única que ha hecho pública, es intentar ser investido presidente del Gobierno. Si no consiguiera el apoyo de la Cámara Baja, “entonces lo más probable es que renunciara a ser candidato si hay nuevas elecciones”, asegura un miembro del aparato nacional. Una tercera vía sería aceptar que otro compañero de partido liderase una gran coalición con el PSOE. “Pero es algo que, de momento, no se plantea. Habría que valorarlo días antes de que se tengan que disolver las Cortes”.
Por volver a revalidar su puesto, Mariano Rajoy está dispuesto a hacer vicepresidente a Pedro Sánchez, el rival que le llamó “indecente” en plena campaña electoral y le sacó de sus casillas. Sin embargo, el socialista está dispuesto a cualquier cosa menos a pactar con el PP. Y es el PSOE, aunque le pese a Mariano Rajoy, el único que le puede garantizar la continuidad al frente del Partido Popular. Porque el apoyo que C's ha dado a los socialistas no se rompe el 5 de marzo, si Sánchez fracasa.
"Es un apoyo sin fecha de caducidad", remarcan tanto desde un equipo como desde el otro. El primero que parte con ventana en el caso de que el Rey inicie otra ronda de contactos es Pedro Sánchez, que llegaría al Palacio de la Zarzuela con 130 apoyos. "¿Qué va a decirle Rajoy al monarca? ¿Que le proponga a él, que ha estado encerrado en la Moncloa desde el 21 de diciembre sin conseguir ni un solo apoyo más?", critican desde C´s.
Una decisión personal
El líder del PP ya sobrevivió sorprendentemente a las luchas internas de su partido en 2004 y 2008, pero el panorama actual no es nada parecido al de entonces. Puede pasar que el PP vuelva a ganar las elecciones generales, pero “el sentido de Estado” que Ciudadanos está poniendo a las negociaciones perjudica al PP.
Hasta antes del pacto de El Abrazo, los conservadores estaban convencidos de que unas elecciones nuevas les beneficiaban. Ahora ya no está tan claro. Lo que muchos militantes y cargos intermedios piden es que el presidente en funciones tome “alguna decisión personal” antes de que sea demasiado tarde y pierdan el gobierno. Porque la decisión de irse o permanecer en esta parálisis perenne, únicamente depende de su voluntad. “Aún cree que le queda una oportunidad”.