Ciudadanos fue el gran fiasco de las elecciones. Albert Rivera empezó la campaña con la aspiración de quedar segundo tras el PP. Al final fueron cuartos con 40 diputados y sin opciones de gobernar o ser decisivos en los pactos.
Dos meses después, tras el acuerdo con el PSOE, el ánimo en Ciudadanos es distinto. Ya no temen unas nuevas elecciones, aunque no las prefieren. Algunos sondeos recientes les dan incluso mejores resultados que el 20D. Estas son las claves de su recuperación de protagonismo.
1. ¿Los españoles quieren pacto? Toma pacto. Las elecciones no dieron un gobierno claro. Después de las fricciones y amenazas de la campaña, alguien debía ceder y ponerse de acuerdo si debía haber investidura. Ciudadanos ha aprovechado su posición de centro para asomar en todas las iniciativas. Con el nuevo pacto, PSOE y Ciudadanos han demostrado que hay modos de ceder y ponerse de acuerdo. También han arriesgado. El argumento de nuevas elecciones inevitables se debilita algo: si dos partidos pueden ponerse de acuerdo, ¿por qué no el resto?
2. Políticas, sí; siglas, no. Desde el partido presumen de haber hecho autocrítica por la campaña y el resultado electoral. Necesitaban un argumento para recuperar terreno y volver a ser importantes. Fue algo así: las políticas, primero. “No vale que me enfado y no hay gobierno”, dice Albert Rivera sobre los partidos que critican su pacto con Pedro Sánchez. "Me importan más las reformas que quien será el ministro de Educación", añade el líder de Ciudadanos.
Después de la probable negativa a la investidura de Pedro Sánchez, Podemos podría volver a negociar con el PSOE. Si hay algún tipo de acuerdo político, Ciudadanos puede optar por la abstención en la investidura si hay cesiones de todos. “La única opción para que Ciudadanos tenga una opción de veto aritmético es con un gobierno del PSOE con apoyo de Podemos”, dice Jorge Galindo, investigador de la Universidad de Ginebra. Es una posición más cómoda de árbitro, que puede provocar una legislatura corta y darle empaque a medio plazo al partido de Rivera.
3. Más caras. Otra novedad ha sido dejar a Albert Rivera en el banquillo. Ciudadanos debía convertirse más en un partido, y menos en la comparsa de un solo político. Su jefe de gabinete, José Manuel Villegas; el portavoz en el Congreso, Juan Carlos Girauta; el diputado Miguel Gutiérrez, o el portavoz económico Toni Roldán han protagonizado comparecencias menores.
4. El relato de la responsabilidad es nuestro. Ciudadanos debía transmitir un mensaje claro para reforzar su posición y distinguirles: han optado por reforzar su pretendida imagen de partido solvente, reformista responsable, con sentido de Estado: el país necesita un gobierno, repiten.
Ciudadanos ha pactado con un partido de izquierdas. Si hubiera nuevas elecciones, podría hacerle perder votos por la derecha. Pero puede también haber votantes conservadores no ligados al PP que valoren ese esfuerzo institucional. “Los españoles quieren soluciones”, dice Rivera. Aunque según Galindo, "la mayoría de votos en España está en el centroizquierda".
Es obvio que ante unas posibles nuevas elecciones, el PP usará el pacto para alejar a Ciudadanos del centroderecha: Rajoy ya ha acusado a Rivera de “una fulgurante evolución ideológica”. No será su único peligro. “Ciudadanos tendrá de nuevo la dificultad de asentar un espacio de centro ante los dos partidos tradicionales”, dice Berta Barbet, profesora de la Universidad de Barcelona.
5. Rajoy se escondió. Fue el momento clave postelectoral. Dio más espacio a Ciudadanos para jugar el papel de moderador: “No criminalizamos al PP ni al PSOE ni a sus votantes, son mis compatriotas”, ha dicho Rivera. Ciudadanos ha aprovechado que PP y PSOE no se hablan y Podemos sigue en una esquina para ser el desengrasador sin apenas competencia.
6. La tele no les ha olvidado. Los 40 escaños de Ciudadanos no le permitían ser clave. El riesgo era desaparecer de los platós, que tan importantes fueron para sus ascensos. Las negociaciones y los pactos han permitido al partido de Rivera jugar un papel central y conservar su presencia. Los votantes no han dejado de verles en los telediarios y tertulias.
7. La partida es larga. Ciudadanos ha logrado de momento resistir en los sondeos. Pero el panorama y las posturas para unas posibles elecciones no están definidos. No hay nadie en caída libre o constante. El guion de vencedores y perdedores está por escribir. Los votantes aún no han prestado toda la atención.
Las apuestas estratégicas de cada partido son por tanto sin datos, en el vacío. Dependen más de intuiciones. Puede ser que los votantes premien o castiguen unas actitudes u otras. Pero nadie sabe a ciencia cierta quién quedará mejor parado. De momento, Ciudadanos ha logrado recolocarse.