Pablo Echenique y Pablo Iglesias en octubre de 2014.

Pablo Echenique y Pablo Iglesias en octubre de 2014. Afp / Dani Pozo

España DEBATE DE INVESTIDURA

Echenique aviva la pelea interna de Podemos antes de la investidura

El diputado que rivalizó con Pablo Iglesias señala "ingredientes venenosos" de "los viejos partidos". 

1 marzo, 2016 02:02

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Pablo Echenique ha avivado la pelea interna sobre la organización de Podemos. El líder del partido en Aragón publicaba el pasado fin de semana un artículo que incluía severas críticas a algunos comportamientos que calificaba de "ingredientes venenosos" propios de "los viejos partidos". A pocos días del debate de investidura que se inicia este martes en el Congreso de los Diputados, el ex eurodiputado identificaba actitudes de sus correligionarios que se deben "reprobar activamente", tales como "las dinámicas de confrontación y de creación de frentes", "los repartos de 'carnet de Podemos' basados en la pura ideológica" o "las acciones concertadas y deliberadas de debilitamiento de personas o partes de la organización". Todo un rapapolvo, aunque sin ejemplos concretos, sobre el funcionamiento del partido que dirige Pablo Iglesias. 

El diputado autonómico en Aragón ha publicado esta larga reflexión tanto en su página web como en el diario Público. Bajo el explícito título Remake de una tragedia o el partido del futuro, Echenique defiende como tesis principal que durante los dos años de existencia de Podemos "se han hecho muchas cosas bien, pero también han aparecido aquí y allá dinámicas y comportamientos que no auguran un futuro feliz si dejamos que crezcan". Se trata de "ingredientes venenosos" que, a su juicio, "están presentes con dolorosa obviedad en los viejos partidos y sabemos a dónde los han llevado". "Tenemos la ventaja de haber visto ya la película y saber cómo acaba. Es nuestra oportunidad histórica y por tanto nuestra obligación no rodar el remake de una tragedia cuyo final ya conocemos", explicaba.

El rival de Iglesias en 2014

Estas afirmaciones de Echenique son especialmente significativas porque él rivalizó con Pablo Iglesias en la Asamblea Constituyente de Podemos que se celebró en el madrileño Palacio de Vistalegre en octubre de 2014. Las diferencias entre los modelos de ambos eran precisamente organizativas. Más en concreto, Iglesias, que logró que triunfase su propuesta, abogaba por una dirección más jerarquizada, con una secretaría general, mientras Echenique defendía una cúpula más colegiada, con tres portavoces.

Además de que Echenique sea su autor y ello provoque cierto morbo, lo cierto es que este artículo ha llegado en un momento cuanto menos inesperado, con el partido volcado en hacer piña para una sesión de investidura en que votará "no" en dos ocasiones al candidato Pedro Sánchez. No puede perderse de vista que en Podemos es habitual que algunos líderes expresen públicamente sus discrepancias en cuestiones de índole interna. Ocurre, sin embargo, que desde la precampaña electoral apenas se habían conocido este tipo de críticas entre unos y otros.

Algunas críticas graves

A juicio de Echenique, "la única innovación de largo alcance y no coyuntural que Podemos puede encarnar es la organizativa". Añade que esa forma de organizarse puede convertir al partido morado en la única fuerza política "fundamentalmente distinta" y, en parte por ello, puede ayudar a que sea "hegemónica" en el futuro. El autor escribe que su artículo es una suerte de crítica constructiva para evitar incurrir en los mismos errores que las formaciones de "la casta". Y aporta alternativas en todos los comportamientos que considera erróneos. Pero no puede obviarse la gravedad de algunas de las afirmaciones que incluye.  

Echenique enumera una serie de actitudes que están ocurriendo y deberían evitarse a partir de ahora. Y las divide en una suerte de tres grupos. El primero de ellos está compuesto por "comportamientos y dinámicas opuestos a la empatía, al cuidarnos, a la fraternidad y a la feminización de la política". En este grupo Echenique cita "las dinámicas de confrontación y de creación de frentes —a veces sin ningún motivo políticos sustancial detrás"; "el hablar mal de compañeros y compañeras o permitir que se hable mal"; "el identificar automáticamente como 'casta' y sin mayor motivo a cualquier compañero o compañera que haya accedido legítimamente a un cargo orgánico o representativo, pagado o no"; o "el tono elevado en el debate, el interrumpir a los demás o el no escucharlos".

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Además, el líder de Podemos en Aragón cita un segundo grupo de errores a evitar por ser "opuestos a la pluralidad, a la fraternidad, a la participación ciudadana y a la apertura". Y ahí cita "los repartos de 'carnet de Podemos' basados en la pureza ideológica, en las horas de militancia, en la antigüedad o en cualquier otro criterio excluyente"; "la conformación de grupos de trabajo y equipos en función de afinidades personales, de lealtades de bloque o de quid pro quos"; y "los rechazos a priori al diálogo y posibles alianzas con fuerzas o plataformas cercanas". Esta última afirmación podría ser una crítica velada a Pablo Iglesias y el resto de los miembros de la dirección por su rechazo a aliarse con Izquierda Unida/Unidad Popular.  

Por último, Echenique identifica un tercer grupo de comportamientos erróneos en Podemos que considera "opuestos a los principios de transparencia, de búsqueda del bien común por encima de los intereses privados o de parte, y no digamos ya de la feminización de la política, la empatía o la fraternidad". Entre estas últimas actitudes, el dirigente del partido de los círculos menciona, entre otras, "la creación, difusión y réplica de rumores fuera de los canales oficiales y comunes"; "la creación de grupos de intereses que actúan de una manera coordinada sin que el resto de la organización lo sepa"; "las acciones concertadas y deliberadas de debilitamiento de personas o partes de la organización"; "el puenteo o no información a los órganos electos de los temas que obviamente les competen"; y "las filtraciones a prensa o a redes sociales de datos personales o confidenciales".

Se trata, en todos los casos, de críticas severas pero sin ejemplos concretos que evidencien a qué o a quiénes se refiere en concreto el autor del texto. Aunque Echenique no los nombre, quizás algunos de sus compañeros de filas se hayan visto reflejados en todos estos comportamientos que denuncia.