1. "Acepté ser socia de Aizoon porque me lo pidió mi marido. Lo hice por confianza"
2. "Aizoon no se constituyó para evadir impuestos. De ninguna de las maneras me propusieron hacer de escudo fiscal. Es más, si me lo hubiesen propuesto no lo hubiese aceptado nunca"
3. "Mi marido tomaba las decisiones en Aizoon, siempre asesorado por su asesor fiscal. Yo no tenía firma ni poderes. Nunca he sabido cuáles eran los ingresos y los gastos de Aizoon"
4. "Nunca asistí a ninguna junta de Aizoon, ni para las cuentas anuales. Las actas me las pasaban a la firma y por la confianza en mi marido y sus asesores las firmaba".
5. "No sé si Aizoon tenía trabajadores. No sabía qué relación laboral tenían con mi marido y de qué manera"
6. "Mi marido y yo no hablábamos de Aizoon ni de nada que se le relacione. No eran temas que me interesase hablar con él. En esos años mis hijos eran muy pequeños y estábamos muy ocupados"
7. "Mi esposo se encargaba de las gestiones económicas de la familia y yo trataba de coordinar la agenda de representación para la Casa Real, unos 100 actos al año".
8. "La tarjeta Visa de Aizoon la custodiaba mi marido. El banco se la ofreció y la aceptó. No tuve nunca la clave y no recuerdo haber hecho ningún pago con esa tarjeta"
9. "Yo intervenía en la contratación del servicio doméstico, pero era mi marido quien se encargaba de todo. Rotundamente no se pagaba al personal doméstico en efectivo"
10. "Todo lo que hacíamos estaba controlado por Carlos García Revenga (su secretario), José Manuel Romero (abogado del rey Juan Carlos) y Federico Rubio (asesor fiscal de la Casa Real)"