Se convirtió en unos de los objetivos de ETA cuando instauró la dinámica de dispersión y control sobre los presos de la banda terrorista, una técnica que resultó claramente efectiva para neutralizar la fortaleza de la banda. Antonio Asunción, el ministro del Interior de Felipe González que dimitió cuando huyó Luis Roldán, ha fallecido este sábado en Valencia a los 64 años tras una fulminante enfermedad.
Con el carné de socialista desde 1977, su carrera política la empezó en su Manises natal, donde fue elegido alcalde en 1979. Cuatro años después fue elegido presidnete de la Diptuación Provincial de Valencia, un cargo que renovó en 1987 y en el que se mantuvo hasta 1988. Ese verano aceptó el cargo de director general de instituciones Penitenciarias hasta febrero de 1991, cuando fue nombrado secretario general.
Asunción dio el salto a la política nacional en 1993, cuando fue elegido diputado por Valencia en las Cortes Generales. Aquella legislatura fue cuando el Gobierno que lideraba Felipe González llevó a cabo la política de dispersión de presos terroristas y puso en marcha un plan de construcción de nuevos centros penitenciarios. También hizo frente a una prolongada huelga de hambre de presos del Grapo que provocó la muerte de uno de ellos, José Manuel Sevillano.
El socialista fue nombrado ministro del Interior el 24 de noviembre de 1993, cuando José Luis Corcuera dimitió porque el Tribunal Constitucional anuló algunos de los artículos de la ley de Seguridad Ciudadana que él mismo promovió.
La cartera ministerial, sin embargo, apenas le duró cinco meses bajo el brazo. Asunción presentó su baja irrenunciable asumiendo sus “responsabilidades políticas” un día después de la huida del entonces director de la Guardia Civil, Luis Roldán. Felipe González aceptó su renuncia el 4 de mayo y el ministro de Justicia, Juan Alberto Belloch, asumió también la cartera de Interior.
Pese al poco tiempo que estuvo a los mandos del ministerio, lo remodeló de arriba abajo y asumió directamente los mandos de la lucha antiterrorista suprimiendo la secretaria de Estado para la Seguridad. Tras su cese, se quedó con el escaño en el Parlamento hasta que se agotó la última legislatura con Felipe González al frente del Gobierno.
Criticó las primarias del PSOE
A Asunción aún le quedaban ganas de continuar en primea línea política e intentó ser el candidato del PSOE a la Generalitat de Valenciana en 1998, pero fue derrotado en las primarias por el secretario general, Joan Romero, que obtuvo el 35% de los votos. Asunción se quedó muy cerca, con el 33% del respaldo. Contra todo pronóstico, Romero dimitió como secretario general por no sentirse muy arropado por la Ejecutiva y el 7 de abril de 1999 el partido aprobó la candidatura de Asunción para las autonómicas de junio. Fueron las elecciones en las que el Partido Popular ya arrasó en la Comunidad Valenciana y Asunción se tuvo que conformar con ser el portavoz socialista en las Cortes Valencianas.
Su dimisión irrevocable la presentó en septiembre, cuando se celebró el congreso del partido y salió una Ejecutiva dirigida por Joan Ignasi Pla y Joan Lerma. Asunción quería ser él el secretario general del partido con el argumento de que había encabezado la candidatura a la presidencia de la Generalitat. Pero no cuajó.
Entonces se alejó de la política y dio rienda suelta a su faceta de empresario. Siempre le quedó el gusanillo de ser presidente de la Generalitat y lo volvió a intentar en 2010. Entonces se intentó enfrentar en unas primarias al secretario general del partido, Jorge Alarte, pero la Comisión Nacional de Garantías Electorales rechazó algunos de sus avales, dejándole fuera de juego.
Coqueteo con Ciudadanos
Asunción cuestionó el proceso de primarias de su partido y hasta se atrevió a decir que había “pucherazo”, “juego sucio” y supuestas coacciones a militantes para votar a determinados candidatos. El 5 de enero de 2011 le suspendió de militancia por poner en duda el proceso de primarias. Su enfado llego a tal punto que coqueteó con Ciudadanos hasta tal punto de que fue uno de los protagonistas de la Plataforma Civil de Ciudadanos en octubre de 2013, junto con Juan Carlos Girauta y el propio Albert Rivera.
Fue la última vez que se le vio en un acto público. Desapareció durante un tiempo de la escena pública hasta que el 17 de junio de 2015 volvió a la primera plana informativa al ser imputado por la Audiencia Nacional por la venta de su participación en una piscifactoría del Banco de Valencia. Los supuestos deltos que se le imputaban era administración fraudulenta y apropiación indebida.