Cambio de estrategia en el Partido Popular para intentar alcanzar un acuerdo de Gobierno. Mariano Rajoy quiere liderar de nuevo la iniciativa en las negociaciones y su intención es reunirse con Pedro Sánchez y a Albert Rivera por separado, aunque está abierto a que la reunión sea a tres bandas.
El PP ha rebajado el tono contra sus contrincantes políticos y solo les pide una cosa: empezar a negociar sobre “una hoja en blanco”, dejando en un cajón el pacto de El Abrazo (el que cerraron PSOE y Ciudadanos) que “ya rechazó la Cámara y que supone una enmienda a la totalidad y la derogación de las principales políticas de esta legislatura”. Lo importante ahora, reconocen, es escribir sobre un papel lo que les une y dejar al margen lo que les separa. Si superan esa fase, que ven “complicadísima”, la última decisión será consensuar quién lidera el nuevo Gobierno.
Los socialistas también han dado su brazo a torcer y, por primera vez desde el 20-D, están dispuestos a sentarse a hablar con el PP. Sin embargo, quieren dejar bien claro que quien pilota las iniciativas son ellos porque, según sus cuentas, tienen el apoyo de 131 diputados, ocho más que el PP, así que creen que el candidato de esa gran coalición tendría que ser Pedro Sánchez. Los conservadores replican que la Cámara tiró por tierra su investidura la semana pasada, que ya no es el candidato del Rey porque "no ha vuelto a proponer a nadie" y que, por tanto, solo puede presumir de los 90 escaños que tiene. “El PSOE debe decidir entre el PP y Podemos. Sánchez tuvo la semana pasada la crónica de la investidura fallida y tiene la misma cantidad de escaños que el 20 de diciembre. La iniciativa le corresponde al PP”, aclaró el vicesecretario de Comunicación, Pablo Casado, tras la reunión del Comité de Dirección que Rajoy mantuvo con su equipo este martes.
Tras el 'no' de la Cámara a Pedro Sánchez, Ciudadanos también ha dado un giro en su estrategia para intentar alejarse de la marca PSOE. Ahora Albert Rivera dice que en ningún punto del pacto de El Abrazo se recoge que el candidato a la Presidencia del Gobierno debe ser el secretario general del PSOE. Con esta premisa aclarada, los dos partidos de centro derecha están dispuestos a hablar solo de las reformas que podrían emprender las tres fuerzas constitucionalistas sin imponer antes de cerrar el acuerdo al candidato, como pretenden los socialistas.
Los populares tampoco quieren renunciar a liderar ese cambio, pero entienden que imponer ahora el nombre de Mariano Rajoy y no empezar por las reformas sería contraproducente para sus pretensiones. "Si llegamos a unos puntos en común y al final nos postulamos para liderarlo con el aval de que somos el partido más votado, ¿quién va a oponerse? ¿Sánchez, que ha conseguido el peor resultado electoral de la historia del PSOE?", se preguntan en Génova.
La foto del tripartito en Moncloa
“Es una situación tan compleja que va a ser imposible de conseguir”, resumen fuentes internas del PP. Por no ponerse de acuerdo, el PP y el PSOE discrepan hasta dónde tiene que ser el sitio donde se celebre esa primera reunión entre los dos líderes más votados. Mariano Rajoy quiere forzar la fotografía de los dos líderes de la gran coalición estrechándose la mano en el Palacio de la Moncloa. “La imagen que se transmitiría sería la de un presidente del Gobierno buscando el apoyo en el líder de la oposición”, reconocen fuentes cercanas al presidente.
Para evitar precisamente trasladar esa imagen es por lo que Pedro Sánchez quiere obligar a Mariano Rajoy a verse en el Congreso de los Diputados, testigo de todas las negociaciones infructuosas previas a la investidura fallida. Albert Rivera quiere también evitar a toda costa la fotografía con Sánchez y Rajoy y prefiere que sean los equipos negociadores los que se reúnan e intenten cerrar un acuerdo. Sin embargo, los conservadores no tienen ni siquiera un equipo negociador porque Mariano Rajoy prefiere ser él quien acerque posturas directamente con el secretario general del PSOE.
Nadie se olvida de las elecciones
Mientras deciden cuándo y cómo sentarse en una misma mesa, todos tienen en la mente que ese pacto que tantos desean es prácticamente inviable y que España está abocada a celebrar nuevas elecciones el 26 de junio. Por si acaso se llega a este escenario, “el peor de todos”, los partidos cuidan el lenguaje que utilizan para no traicionar a su electorado. El PP va a multiplicar los actos institucionales y ya ha anunciado cinco convenciones en las próximas semanas para desarrollar los pactos que Rajoy propone a PSOE y Ciudadanos: empleo, unidad de España, educación, bienestar social y vertebración territorial.
Eliminar las diputaciones, como han acordado PSOE y C´s, es un punto innegociable para el PP. De hecho, Mariano Rajoy va a abanderar la defensa de estos organismos públicos y prepara dos actos: uno con alcaldes de menos de 5.000 habitantes y otro con presidentes de diputaciones provinciales, al que acudirá el líder del PP para “poner en valor esas instituciones”.