Manuela Carmena no quiere volver a utilizar el extintor en el área de Cultura del Ayuntamiento. Tras los fuegos de la cabalgata, el carnaval y la memoria histórica, la alcaldesa de Madrid ha programado una Semana Santa similar a la del año pasado. Con un presupuesto menor, ha organizado casi el mismo número de recitales sacros. Disminuirá la actividad en los distritos, pero se incrementarán las procesiones que recorrerán la capital -aunque éstas a iniciativa de cofradías y hermandades-.
El 5 de enero, los reyes magos sorprendieron a los madrileños enfundados en lo que parecían cortinas de baño. El "no te lo perdonaré jamás, Manuela Carmena" se hizo viral en Twitter cuando cientos de padres y madres se sumaron a la queja de la exdiputada popular Cayetana Álvarez de Toledo, que echó en cara a la regidora no haber disfrazado lo suficientemente bien a los magos de Oriente.
Justo un mes después, la policía detenía a dos titiriteros el primer día de Carnaval. El Consistorio reconoció su error -no haber avisado a los asistentes de que aquella obra no era apta para todos los públicos- y Carmena pidió disculpas: "Lo siento mucho".
Tres días más tarde -el 8 de febrero-, el Gobierno de Ahora Madrid arrancaba la grúa sin avisar y comenzaba el derribo de los vestigios del franquismo. Cayó también la placa a los carmelitas fusilados en agosto de 1936. El Ayuntamiento se disculpó y la devolvió a su lugar.
El prólogo, una declaración de intenciones
Pero Carmena ha dicho basta. No quiere más sustos en el área de Cultura y, a pesar de la reducción del presupuesto "obligada por las circunstancias de austeridad", ha diseñado un programa similar al del año pasado, desmintiendo los rumores de una posible 'paganización' de la fiesta cristiana.
Ya en el prólogo del folleto, la delegada de Cultura, Celia Mayer, ahuyenta cualquier rumor: "El recuerdo de Jesucristo sirve en la cultura cristiana de punto de inflexión y de invitación a la regeneración interior coincidiendo con el inicio de la primavera". Estas palabras no difieren mucho de las que escribió un año antes Ana Botella: "Estamos en fechas que invitan al recogimiento, a la contemplación y a la admiración de la belleza artística vinculada a las celebraciones religiosas de la pasión, muerte y resurrección de Cristo".
El continuismo o las similitudes entre ambas celebraciones queda ilustrado incluso por los propios catálogos, que comparten portada y formato. El único cambio pasa por el color del fondo: el PP utilizó el azul y Ahora Madrid, el rojo.
El Arzobispado, contento
Un portavoz del Arzobispado de Madrid cuenta a este periódico que "no es cierto el descontento" de esta organización con el Consistorio en relación a los preparativos de la fiesta. "Los párrocos que trabajan con el Ayuntamiento no tienen ninguna queja y todo se está desarrollando con normalidad".
"Si tuviéramos razones para quejarnos, lo haríamos. Ya nos posicionamos cuando retiraron la placa a los carmelitas fusilados", dice.
Menos presupuesto, más procesiones
El Ejecutivo de Ana Botella empleó cerca de 215.000 euros en la programación. Carmena, 180.000. El año pasado, los madrileños disfrutaron de 49 recitales de música sacra, frente a los 30 que tendrán lugar en 2016. No obstante, la diferencia en el número se debe sustancialmente a la coincidencia de la celebración de 2015 con el quinto centenario del nacimiento de Santa Teresa de Jesús, circunstancia excepcional que conllevó la programación de una decena de conciertos temáticos.
La reducción del presupuesto de este año puede palparse en la caída de la actividad en los distritos. Con Botella, se desarrollaron 26 eventos repartidos en 10 barrios. En 2016, serán 11, y en 6 distritos. Esta centralización de la Semana Santa de Carmena choca con la política seguida en Carnaval, cuando el Ayuntamiento alejó del centro de la ciudad la mayoría de actos importantes.
La corporación de Manuela Carmena paliará esta disminución en el número de eventos con la organización -en lógica colaboración con las parroquias- de veinte procesiones, siete más que en 2015.
La polémica equiparación
En noviembre del año pasado, cuando se conocieron las cuentas del Consistorio -aprobadas por Ahora Madrid con el apoyo del PSOE- se anunció que no habría diferencias entre los presupuestos de Semana Santa, Año Nuevo Chino y Ramadán: 150.000 euros para cada uno.
Esto suscitó algunas quejas, teniendo en cuenta que -según el CIS de diciembre de 2015- casi un 70% de los españoles se confiesa católico y tan sólo un 2,4% asegura practicar otra religión.
El Ayuntamiento dio marcha atrás y aumentó la partida para Semana Santa hasta los 180.000 euros, un 16% menos de lo presupuestado el año anterior.
La Semana Santa programada por Ahora Madrid se prolongará desde el sábado 12 de marzo hasta el domingo 10 de abril y tendrá como platos fuertes la actuación de la orquesta barroca de Dresde, la recuperación de los conciertos de órgano en la iglesia de San Ginés y el recital de góspel de American Spiritual Ensemble.