El asesor fiscal de Iñaki Urdangarin exigió al notario de los ex duques de Palma que invirtiera el orden habitual de comparecencia en las escrituras y pólizas y que figurara primero Cristina de Borbón con su correspondiente documento nacional de identidad. Miguel Tejeiro, ex secretario del Instituto Nóos y consejero personal de Urdangarin, ordenó al fedatario público barcelonés Carlos Masiá que siguiera este criterio, por ejemplo, en la constitución de la sociedad instrumental Aizoon que el matrimonio empleó posteriormente para desviarse los fondos públicos del Instituto Nóos.
Según aseguran a este periódico fuentes próximas a la operación, Tejeiro insistió a Masiá en la necesidad de que "el DNI de la infanta fuera primero" en todos los documentos oficiales, invirtiendo así el orden habitual, ya que el marido siempre suele figurar antes que la esposa. El motivo radicaba, explicó Tejeiro a renglón seguido, en que ante una eventual inspección tributaria, "el ordenador de Hacienda lo escupe, lo rebota", en referencia al número 14-Z del DNI que corresponde a Cristina de Borbón.
El notario Masiá accedió finalmente a este exigencia, que fue aderezada con el argumento de que la hija del rey emérito dispone de tratamiento de "alteza real" y que por ello podía justificarse que apareciera en primer lugar. No obstante, Masiá mostró su rotunda oposición a que Cristina de Borbón figurase con nombre y apellidos en una sociedad mercantil por los riesgos que ello entrañaba ante cualquier posible contingencia.
El reputado notario intentó disuadir infructuosamente a Tejeiro de que si la sociedad Aizoon suspendía pagos, por citar una de estas posibles contingencias, el daño a la imagen de la Corona podría ser irreparable y se podría evitar fácilmente haciendo que Aizoon fuera propiedad exclusiva de Iñaki Urdangarin.
Ante las prescripciones de Masiá, Tejeiro replicó que Cristina de Borbón debía figurar formalmente "porque sería el escudo fiscal". Es decir, que su mera presencia disuadiría a Hacienda si Aizoon se viera incursa en alguna inspección. En este sentido, el personal de la Agencia Tributaria siempre se ha referido internamente a la existencia de un grupo de personas que se encuentran a priori exentas de cualquier actuación como "agujeros negros". Y entre las mismas se han encontrado, según las mismas fuentes, los miembros de la Casa Real.
No en vano, la Agencia Tributaria no actuó de oficio como hubiera hecho con cualquier otro contribuyente cuando Cristina de Borbón experimentó un espectacular incremento patrimonial hace unos años al atribuírsele trece fincas rústicas. La Agencia Tributaria imputó estas operaciones a un error interno y a día de hoy sigue sin mediar una explicación lógica a lo sucedido. Pero la realidad pasa por que la infanta no fue inspeccionada de manera automática como hubiera sucedido con otro ciudadano.
El notario Masiá siguió las indicaciones de Tejeiro pero se permitió una última sugerencia que sí fue aceptada. Aconsejó ampliar el objeto social de Aizoon para intentar justificar de alguna forma la presencia de Cristina de Borbón. De esta manera se acabó incluyendo, además del de la asesoría empresarial, el de la compraventa de inmuebles.
El notario ya declaró ante el juez José Castro en la fase de instrucción del 'caso Nóos' la condición de "escudo fiscal" de la infanta, transmitida por Miguel Tejeiro. Sin embargo, Tejeiro ha negado rotundamente este extremo en su declaración hace unos días y ha acusado a Masiá de haber declarado en ese sentido por "odio personal" hacia él, desplegando así una estrategia procesal coincidente con la de sus otros dos hermanos.
No obstante, Tejeiro ha evitado contar ante el tribunal que su relación con Masiá era tan estrecha que llegó a asesorar como abogado fiscalista a un hermano discapacitado del notario para que constituyera una sociedad off shore en el paraíso fiscal de Belice con sucursal en España.
No obstante, la realidad pasa por que la Infanta acabó figurando en Aizoon como propietaria al 50% de las participaciones sin que ni tan siquiera ella misma haya podido explicar en virtud de qué. Cristina de Borbón no supo determinar cuál era realmente su función en esta mercantil y se limitó a asegurar que accedió a figurar por "confianza" hacia su esposo. Subrayó que Aizoon era una sociedad administrada por su marido y que utilizaba para percibir los honorarios de sus trabajos de consultoría. En la documentación oficial vinculada a Aizoon se invirtió también el orden de aparición de los cónyuges sin que haya mediado por parte de la infanta o de su entorno explicación alternativa alguna.
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