La asesora del exvicealcalde de Valencia, Alfonso Grau, dejó constancia en un escrito que iba a presentar ante un notario la situación por la que el PP le obligó a pagar como donación al partido 1.000 euros por transferencia bancaria, dinero que luego le sería devuelto en mano, bajo la orden que no podía ingresarlo en ningún banco, y por lo que ahora el propio PP está imputado por blanqueo de capitales en el 'caso Taula'. Fue el asesor de la Alcaldía Juan Pedro Gómez quien les comunicó, el pasado 23 de marzo, esta obligación y al negarse Patricia Iserte a llevar a cabo esa donación, la secretaria del Grupo Municipal Popular, María del Carmen García Fuster, la llamó por teléfono al día siguiente.
En esa conversación, la secretaria le dijo que sentía no haberle informado “de lo de ayer” ella misma en persona. “A lo que empecé respondiendo que 'en referencia a lo de los mil euros' y me cortó y me pidió que me desplazara a su despacho”, recoge el escrito que Iserte entregó al Juzgado tras estallar el escándalo y que consta en el sumario al que ha tenido acceso EL ESPAÑOL.
“Le comuniqué en ese momento que yo no iba a participar en este hecho, es decir, que no iba a hacer una transferencia para que me fuera devuelta inmediatamente con dinero en efectivo que no podía utilizar normalmente. Me escudé en problemas económicos aludiendo que no disponía de ese dinero. Su reacción fue variable: en primer lugar me dijo que Juan Pedro no debía habérmelo explicado bien, que ese dinero me iba a ser devuelto. En segundo lugar me gritó y me espetó en varias ocasiones que “me largara”, se rio cuando le repetía que no tenía dinero”, recoge el escrito.
“Lo siento Maria Carmen, no puedo”
En su relato, sigue explicando que García Fuster, detenida en la operación, le recordó que no cobraban “precisamente un mal sueldo”. “Llegó a ofrecerme darme ella los mil euros para que lo ingresara en mi cuenta y realizara la transferencia. Yo sólo respondía, haciéndome la tonta, 'lo siento María Carmen, no puedo'. Me pidió, nerviosa, que abandonara su despacho diciéndome: 'No pasa nada, lárgate, en esto se sabe quién está y quien no, espero que entiendas lo que estás haciendo'”.
Tras está afirmación, la exasesora de Grau entendió que en su futuro laboral no contarían con ella. “Me fui de su despacho en un estado de nervios terrible e intentando mantenerme íntegra”, recoge en el escrito en el que explica que la obligación de su partido le parecía que suponía un delito de blanqueo de cara a la campaña electoral.
“Limpiar” el dinero en el Corte Inglés
En el mismo documento, la asesora explica que de 70 personas que conocían estas donaciones sólo cuatro se negaron a hacerlo. “Al no participar, no he podido comprobar en persona que se esté realizando la devolución en efectivo. Sin embargo, hoy, jueves 26 de marzo -fecha del documento-, algunos compañeros como Luis Salom, me han enseñado, en la misma vía pública, los dos billetes de 500 euros que le han sido devueltos tras haber realizado la transferencia. Me ha hecho partícipe -aún avisándole ya de que no quería saber nada- y me ha comunicado que no sabe cómo gastarlos, que probablemente irá al Corte Inglés, comprará algo muy caro y lo devolverá para, palabras textuales 'limpiar' ese dinero. Me ha comunicado que hay 'fajos' de billetes de 500 en el Grupo municipal popular”.
La secretaria hablaba en nombre del partido
Iserte fue citada a declarar en calidad de testigo ante el juez que investiga el 'caso Taula', por el que la exalcaldesa de Valencia y senadora 'popular' está siendo investigada. Ante esta narración, el fiscal le preguntó por qué ante los gritos de García Fuster, no fue a la alcaldesa Barberá. “No me ofrecía ninguna garantía”. La impresión que ha tenido siempre es que la secretaria del partido lo hacía en nombre “de todos los altos cargos que estaban allí”. A la exasesora de Grau no le dio la impresión, según declaró en el Juzgado, de que García Fuster hablara en nombre propio cuando le pidió los 1.000 euros.
Según recoge la transcripción de su interrogatorio, que Juan Pedro les habló de una reunión de los concejales del grupo municipal popular y no tuvo la impresión de que se tratara de una decisión exclusiva de García Fuster.