Sevilla

El Gobierno andaluz y el PSOE-A intentan atajar los rumores sobre el posible salto de Susana Díaz a Madrid insistiendo, por activa y por pasiva, en que ella y su gobierno están “centrados” en Andalucía y que no hay ninguna otra hipótesis sobre la mesa más allá de los problemas de los andaluces, la generación de empleo, riqueza y garantizar el estado del bienestar. Sin embargo, hay quienes aseguran que los rumores forman parte de una estrategia para lanzar un “aviso” a Ferraz, sobre todo a Pedro Sánchez y su secretario de Organización, César Luena, de que Díaz va en serio.

Desde la dirección regional del partido quieren neutralizar cualquier runrún sobre una operación salida. Creen que Susana Díaz no tiene por qué posicionarse en este momento, es decir, “no hay nada nuevo, porque no hay ninguna decisión tomada”. Y más aún cuando las fechas claves, las del congreso federal, fijadas inicialmente para el 21 y 22 de mayo, aún no están claras (el contador empieza el 11 de abril para cerrar la precandidatura y del 15 al 25, la recogida de avales). No lo están, según estas fuentes, porque desde Ferraz siguen sin despejar si mantienen la convocatoria o al final se pospone. “Las incógnitas se irán despejando, no hay por qué posicionarse ahora mismo, hay que dejar pasar las cosas”, aconsejan.

En este juego de fechas queda en evidencia que, de nuevo, las relaciones entre las direcciones federal y andaluza no pasan por su mejor momento. Ni siquiera son tensas, porque casi no las hay.

Preocupación por los 'bandazos'

Entre los socialistas andaluces también cunde la preocupación sobre los “bandazos” que se están dando y la prueba la ven en los sondeos, donde parece que no se termina de rentabilizar el acuerdo de El Abrazo con Ciudadanos, y más en un contexto de caída de PP y Podemos. Esta es una de las razones por las que intuyen que hay “intereses opuestos, internos y externos” al partido que están jugando para lanzar la figura de Susana Díaz como referente, en un momento que hace falta un liderazgo fuerte y con “solidez”, en especial, porque el escenario de repetición de elecciones sigue latente. Y en el PSOE andaluz siempre han defendido que es el más probable.

En el partido hay veteranos que creen que, por ahora, no hay tal movimiento y que todo es un “circo” fruto de la tensión política. Es más, ven que los dimes y diretes tienen su origen en una interpretación interesada a raíz de algún “comentario informal”. No tienen tan clara una operación de salto a Madrid, porque “coger la secretaría general en las fechas previstas supondría también coger la candidatura a la presidencia del Gobierno si se repiten elecciones”, aseguran, apostillando a continuación que “si no se repiten esas elecciones, no ha lugar a que se le mueva la silla a Pedro”.

Estas fuentes insisten en que es un movimiento de riesgo porque también habría que afrontar un relevo en Andalucía tanto en la Junta como en el partido (serían cuatro presidentes en siete años). Está todo “muy revuelto” y más cuando Pedro Sánchez ha puesto una nueva marca roja en el calendario, el 23 de abril, fecha límite para cerrar las negociaciones y hay un 2 de mayo, como fecha límite para la investidura.

La Semana Santa parece ser para los socialistas andaluces un momento clave para los movimientos internos de calado. El 7 de abril de 2009, era el expresidente andaluz Manuel Chaves quien un Domingo de Ramos anunciaba que abandonaba la Junta de Andalucía para irse de vicepresidente tercero y ministro de Política Territorial del gobierno de Rodríguez Zapatero y pasaba el testigo a su entonces consejero de Economía y Hacienda, José Antonio Griñán. 

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