De calma chicha a mar de fondo. En el PSOE andaluz y los posibles movimientos de su secretaria general, Susana Díaz, han agitado este Lunes Santo. Aunque la presidenta andaluza y 'lideresa' socialista dicen que ha estado completamente ajena a todo, que ha estado “de cofradías” y “desconectada”, entre sus filas aseguran que la situación está más tensa y que “hoy por hoy, es posible cualquier cosa”. El salto a Madrid parece que está ahí.
Por plazos, tendría que anunciarlo en no más de quince días si quiere disputar la carrera por la secretaría general del PSOE, ya que tendría que iniciar la tarea de la recogida de avales (del 15 al 25 de abril, si no se cambia la fecha del congreso federal, previsto para el 21 y 22 de mayo). Esta decisión, no obstante, estaría condicionada a cómo resultan las negociaciones de Pedro Sánchez para formar gobierno.
Se cumple justo hoy un año de su victoria electoral en Andalucía. En aquella campaña electoral de las autonómicas del 22 de marzo de 2015 lo dejó muy claro: “el único tren que quiero coger es el de Andalucía”. Pero tras el 20D no ha sido capaz de articular la misma frase ni ninguna otra de similar contundencia. Ha tenido una agenda intensa, repitiendo que su preocupación era buscar soluciones a los problemas de los andaluces, que estaba volcada con Andalucía, pero nunca fue tan clara como entonces. No podía cerrarse puertas en un escenario político tan cambiante.
A diferencia de hace un año, cuando dio el paso atrás y no quiso disputarle el puesto a Pedro Sánchez, Díaz no tenía bajo el brazo triunfo electoral alguno. Ahora tiene dos: el andaluz, aunque necesitó 80 días y el apoyo de Ciudadanos para alcanzar una presidencia de la Junta (hasta ahora, un gobierno cómodo y estable), y el de las pasadas elecciones generales, la que le sirvió como bandera para exhibir que el PSOE en Andalucía lograba cosechar su cuarta victoria electoral consecutiva.
Ya tiene los deberes hechos si, llegado el caso, hay que coger un tren con destino Atocha (algo que también pudo haber hecho el paso el pasado 28 de diciembre, coincidiendo con el comité federal postelectoral y que pudo ser una oportunidad desperdiciada). El problema es la difícil ecuación a resolver de si compatibilizará Sevilla, como presidenta andaluza, y Madrid, como secretaria general del PSOE, dos cargos que se antojan de difícil combinación. La operación es arriesgada porque salir la Junta es dejar el mayo foco de poder institucional del que goza ahora el partido, que electoralmente no está en su mejor momento.Otra opción sería abrir la sucesión en Andalucía, que podría darse pasando el testigo pero dirigiendo San Telmo desde Madrid con control remoto
De dar el paso, Díaz ignoraría por completo el consejo que hace poco más de un mes le dio Felipe González en una entrevista en un programa en el canal autonómico. “Si estuviera en la piel de Susana Díaz, yo no iría a la secretaría general ni a las próximas elecciones”, dijo quien ha sido uno de sus principales valedores y que le recordó entonces que su obligación era cumplir con Andalucía. Le reconoció su liderazgo y su fuerza, pero quiso advertirle de que era mejor echar el freno en sus pretensiones. Para González, no aún el momento de Díaz.
Pedro Sánchez también quiere que Díaz se quede al frente de la Junta. Preguntado en Canarias sobre la posibilidad de que la presidenta andaluza optara a liderar el partido, fue claro: “Tengo a Susana mucho aprecio, la respeto y creo que está haciendo un buen trabajo al frente de la Junta de Andalucía, pero, insisto, es ella quien tiene que responder a esa pregunta, no yo”. Y añadió que “bastante” tiene ya él buscando un acuerdo que propicie un Gobierno de cambio en España.