La trama de Vitaldent, liderada por Ernesto Colman, tenía montado un auténtico sistema para defraudar sistemáticamente a Hacienda. La Policía ha llegado a contabilizar hasta 17,2 millones de euros anuales de dinero negro ocultado al fisco y que movía de distintas maneras para sacarlo del país a diversos paraísos fiscales. Para cuadrar la cuentas de sus más de 300 clínicas y que no saltaran las alarmas a la Agencia Tributaria, la trama instaló un programa informático que le permitía controlar, manejar y manipular la contabilidad de todas las franquicias.
Según recoge el auto por el que la juez de Majadahonda ordenó la detención de varios miembros de la trama, entre ellos el propio Colman y las personas de su máxima confianza, la trama instaló el programa Ulyses, que les permitía, "vía control remoto", el acceso "opaco" (pantalla en negro) al servidor de los propios franquiciados.
En su resolución, a la que ha tenido acceso EL ESPAÑOL, la instructora María Isabel Serrano explica que, a través de ese sistema, Colman y las personas de su máxima confianza controlaban la actividad "completa" de la clínicas, como la contabilidad, citas con los pacientes o datos de contacto.
Corte unilateral del programa
Cuando querían o les interesaba, cortaban el funcionamiento del programa con el objetivo de que la clínicas no pudieran facturar más de lo que las cuentas del grupo podía soportar. "Les permitía el corte unilateral a voluntad de los denunciados, obligando a los franquiciados a suscribir acuerdos o a aceptar facturaciones irreales", recoge la resolución.
La responsable de este programa es, según recoge el auto, la denunciada Juana Gutiérrez, "quien debido a la constante utilización del mismo por parte de todas las clínicas del grupo, así como el control que tiene sobre él, es total conocedora de los problemas y movimientos que está habiendo en el grupo empresarial".
"Maquillaje" de la contabilidad
El 'modus operandi' empleado para cuadrar una contabilidad falseada consistía de engañar en los ingresos que se realizaba desde central a cada clínica. La primera pagaba gratuitamente a cada franquicia para anotarlo como venta con la "única finalidad de modificar la producción" de cada clínica y así cuadrar la contabilidad presentada ante Hacienda.
La responsable de este engaño era Yolanda Copete, otra investigada, que pasó de ser secretaria a un puesto de alta dirección así como apoderada de varias sociedades vinculadas a la red de clínicas Vitaldent. Era una de las personas de máxima confianza de Colman, este último en prisión desde el pasado 17 de febrero tras su detención en la 'Operación Topolino' por delitos de organización criminal, delitos fiscales, blanqueo, estafa y falsedad.
Copete no solo era la responsable del Departamento de Expansión de laboratorios Lucas Nicolás -sociedad cuyo nombre comercial es Vitaldent-, sino que era asimismo franquiciada, además de ser una de las personas que recogía dinero B de las clínicas odontológicas. De la investigación se desprende que por orden de Colman una serie de personas de su círculo más próximo exigían cada mes en torno a 10.000 euros a cada clínica en dinero negro. Ese dinero se sacaba del país en distintas formas.
"Cuadrar" las cuentas
Para llevar a cabo los ajustes contables estaba el director financiero del grupo Vitaldent, Luis Aranda. Según la magistrada, él era el responsable de "cuadrar" las cuentas. Era el encargado de “maquillar” los datos contables, teniendo en cuenta la ingente cantidad de dinero en efectivo que entraba al grupo por parte de las clínicas así como la doble contabilidad que se estaba llevando a cabo. "Luis Aranda es conocedor y partícipe de que no todos los ingresos que se producen se reflejan en la contabilidad a presentar por la sociedad ante la Administración Tributaria", señala el escrito.