Los movimientos de PSOE para investir a Pedro Sánchez están interfiriendo en las relaciones de los socios que conforman el denominado 'pacto a la Valenciana', el acuerdo de gobierno entre socialistas y Compromís apoyado desde fuera por Podemos. El presidente valenciano, Ximo Puig, ha negado reiteradamente que la jugada de su secretario general, Pedro Sánchez, al firmar el Pacto de El abrazo con el líder de C’s, Albert Rivera, tuviera repercusión en Valencia. Pero en los últimos días, sus socios de Podemos han dejado entrever que la relación se ha enfriado.
La primera señal clara la mandó Podemos en vísperas de Fallas. Reunió a todo su equipo, incluido los diputados y senadores, y los llevó al Jardín Botánico. El lugar donde se firmó y escenificó el acuerdo de gobierno llamado Pacto del Botánico. Allí se hicieron una nueva foto, en solitario, para hacer público que comenzaban reuniones con el objetivo de "revisar" el pacto. "Queremos revitalizar y revisar el acuerdo", dijo el líder de la formación morada en Valencia, Antonio Montiel. Eran los días de máxima tensión entre Sánchez y Pablo Iglesias. Montiel no escondió que se trataba de un movimiento para hacer ver su malestar por lo que llamó las "amistades peligrosas" del PSOE. "Es un momento oportuno para abordar este debate justo ahora que lo que se está presentando en Madrid es un 'trágala", dijo.
Montiel aseguró que había que "recuperar el espíritu de diálogo" con sus socios en Valencia, que ve perjudicado, y criticó abiertamente que PSPV y Compromís no hubieran contado con ellos para un acto reivindicativo del Corredor Mediterráneo siendo ellos una de las patas que sostiene el Consell. Rebatió también las amenazas lanzadas por los socialistas sobre el apoyo dado para mantener gobiernos como el del Ayuntamiento de Madrid con Manuela Carmena. "Es evidente que el PSOE no puede presumir de sostener gobiernos de cambio en muchas ciudades y olvidar la posición que ocupa en otros lugares", dijo aludiendo a la Comunidad Valenciana.
La formación de Iglesias en Valencia recordó que llevaba desde enero lanzando mensajes a PSPV y Compromís para reunirse y abordar una renovación del Pacto del Botánico. Las fiestas de Fallas rebajaron este conato de tensión, pero los tira y afloja se han retomado, aunque es poco probable que los de Iglesias acaben dejando al gobierno valenciano en minoría, entendiendo estos movimientos como forma de presión para ganar protagonismo.
Críticas de ida y vuelta
En el horizonte, eso sí, se vislumbra una reformulación del Pacto del Botánico. Antonio Montiel anunció el martes que había aprovechado los encuentros festivos con Puig y la líder de Compromís, Mónica Oltra, para recordarles que debían retomar las reuniones. "Será la primera quincena de abril", apuntó. Y, según dijo, su intención es que haya una "revisión importante" del acuerdo. Los encuentros coincidirán con las negociaciones para intentar una investidura en Madrid.
Ese mismo día, el portavoz socialista en las Cortes Valencianas, Manolo Mata, criticó la labor parlamentaria de Podemos. Mata devolvió las críticas a Montiel acusando a su formación de presentar iniciativas de forma acelerada para buscar titulares. El portavoz habló de iniciativas como la liderada por Podemos para la creación de una Agencia Antifraude. "Hay cosas que no se ajustan a la ley", dijo de ella.
Por su parte, la líder de Compromís, Mónica Oltra, se ha mostrado de acuerdo con la revisión del acuerdo. "Hay que dar un paso más allá", dijo.
Los movimientos en el Congreso ya habían tocado anteriormente las relaciones entre los tres socios del gobierno valenciano. Pasó cuando los diputados de Compromís se desgajaron de la confluencia valenciana para andar por su cuenta después de que los diputados de Podemos decidieran no forzar la petición de un grupo parlamentario propio valenciano, descartado ‘in voce’ por la Mesa del Congreso.
Otra vuelta de tuerca se produjo cuando se decidió llevar a Podemos al ‘gallinero’ del parlamento. Montiel admitió que se sintió decepcionado con los socialistas. Decepción aumentada después al firmar el pacto con Ciudadanos. Aquello provocó una ruptura de relaciones en Madrid de Compromís y Podemos con Pedro Sánchez. En Valencia, Puig sigue abogando por un acuerdo de izquierdas pero a sabiendas de que su preferencia no encaja con los números.