El pasado 9 de marzo, dos mujeres agentes de Policía Municipal se negaron a ponerse un chaleco antibalas masculino. Su responsable insistió en que patrullaran con la prenda puesta, pero éstas se negaron porque, aseguraban, les producía dolores y heridas. La discusión no llegó a buen puerto y se les abrió un expediente disciplinario.
Acusadas de falta grave, podrían quedar suspendidas de empleo y sueldo entre cinco días y dos meses. Los hechos sucedieron en la Unidad de Distrito de Ciudad Lineal. Tal y como puede verse en el expediente al que ha tenido acceso EL ESPAÑOL, las dos agentes "se negaron a prestar servicio en la vía pública aduciendo la falta de un chaleco antibalas adecuado".
Esta situación de conflicto, según cuenta un agente a este periódico, sucede con frecuencia. La alerta naranja antiterrorista obliga a todos los componentes del cuerpo a patrullar con esta protección y son muchas las mujeres que se quejan de los dolores y las heridas que les producen en el pecho.
Una situación que se repite
"Cuando uno estudia autoprotección, lo primero que aprende es que el chaleco tiene que ir acorde a la estatura y las dimensiones del cuerpo. Si esto no es así, por poner un ejemplo, cuando uno se sienta en el coche, la prenda puede chocar en las rodillas, subir hacia arriba y provocar agobio para respirar y dolores en el pecho y la nuez", cuenta este policía.
Según denuncia el sindicato CSIT, la proporción de chalecos femeninos a las unidades se está haciendo "con cuentagotas" y todavía "no son suficientes". Desde esta organización piden -"una vez más"- a la Corporación que aporte los suficientes chalecos y que, mientras no sea así, "no obliguen a patrullar a las agentes".
La noticia llega menos de una semana después de que el Ayuntamiento de Madrid presentase el nuevo plan director que marcará las nuevas directrices del cuerpo.