Podemos reclamaba la "vía 161". Ciudadanos, la 130. El PSOE, la 199, en referencia a los "síes" que conformarían el núcleo del acuerdo. Sin embargo, tras la primera y esperada reunión de los tres partidos, la única vía que quedó abierta con claridad fue la de agua. La negociación de un Gobierno que saque a España del marasmo institucional quedó tocada y probablemente hundida por las posturas antagónicas de Podemos y Ciudadanos.
Pablo Iglesias, el único de los tres líderes que participó en la reunión, se encargó de dejarlas patentes con un documento que contiene buena parte de propuestas que Albert Rivera considera inaceptables. Entre ellas, el derecho a decidir y una coalición con el PSOE que no incluya a Ciudadanos. Así lo reconoció el propio líder de Ciudadanos en un tuit tras el encuentro:
El resultado de la reunión es fácilmente evaluable si se tienen en cuenta las expectativas. Antes de ella, los negociadores del PSOE tenían dos objetivos muy sencillos y básicos: constatar el deshielo y la buena voluntad de todas las partes y acordar un calendario para comenzar reuniones por áreas. Todo parecía caminar en esa dirección. "Pondremos el termómetro", según fuentes socialistas, "para ver si el enfermo tiene fiebre o esta sano para poder continuar". "Una primera reunión de toma de contacto o de aterrizaje es muy difícil que fracase", dijo el martes Íñigo Errejón, firme partidario del acuerdo.
La 'espantá' de Iglesias
La reunión no concluyó con otra cita en el calendario y las explicaciones de los partidos cimentaron la idea de que había acabado muy mal. Pablo Iglesias, que había anunciado que se iba a "remangar la camisa" poniéndose al frente del equipo negociador, entró en la reunión pero no salió a dar la rueda de prensa que su partido había convocado, un hecho inédito en todo este tiempo de negociaciones.
José Manuel Villegas, líder del equipo negociador de Ciudadanos, compareció para decir que el pacto de Gobierno es "inviable" con Podemos porque su estrategia es romper el pacto que su formación mantiene con el PSOE. "No podemos aceptar que esté en vía muerta", advirtió.
Antonio Hernando, portavoz del PSOE, destacó que la principal virtud del encuentro fue precisamente que Podemos y Ciudadanos se echaron los trastos a la cabeza. "Se ha hablado con sinceridad, con franqueza", dijo."No estamos en el tiempo de hablar con medias palabras".
A Hernando también le traicionan las expectativas que había expresado en público. Si el martes se mostraba optimista y pronosticaba una reunión corta, este jueves no se mojó al ser preguntado por EL ESPAÑOL si creía que el acuerdo estaba más cerca o no tras el cónclave. En sí mismo era ya una respuesta, y eso que aún no han comenzado a hablar de contenidos concretos, según recordó el portavoz socialista.
La reunión se desarrolló sin grandes incidentes, según un miembro de uno de los equipos negociadores. Los partidos hablaron en tono cordial, aunque no se entendieron. Sólo al final Iglesias entregó a los demás partido su documento de 16 páginas con 20 propuestas. Ciudadanos se ha comprometido a estudiarlo y responder, aunque lo entiende como una formalidad. Un vistazo sirvió al partido de Rivera para constatar que Iglesias no quiere acordar nada con ellos.
Hernando aseguró que el PSOE se pasará todo el fin de semana estudiándolo y que Iglesias mostró "respeto" por el pacto ya existente con Ciudadanos, por lo que espera que en el transcurso de la negociación se vayan flexibilizando las posiciones. El PSOE sólo repitió una línea roja en la tarde de este jueves, la del derecho a decidir. "En ese no va a poder haber acuerdo si es que se insistiese en él", advirtió.
¿Qué va a pasar ahora?
Ante la ausencia de una nueva reunión, Hernando y Villegas aseguraron que este viernes hablarán entre ellos y con Podemos para decidir los siguientes pasos. En las palabras de Villegas asomaba una absoluta desconfianza en el futuro de esas negociaciones. En las de Hernando, una suerte de "bien está lo que bien acaba" pese al desastroso comienzo.
Iglesias ni compareció, pero su equipo de comunicación avanzó que lo hará este viernes. La explicación oficial es una reunión de coordinación interna que incluirá a toda la dirección de Podemos, el grupo parlamentario y las confluencias, o aliados en Cataluña y Galicia. Sin embargo, Podemos dejó que acabase el día sin explicar nada sobre la reunión pese a las decenas de canales de comunicación con la prensa y los ciudadanos. Se reservó así la valoración, quizás para asestar un nuevo golpe de efecto que cambie el perímetro informativo y deje en evidencia a los demás partidos.
La difícil tentación de Sánchez
En ocasiones se ha especulado con la posibilidad de un "gobierno semáforo" de Ciudadanos, Podemos y PSOE, pero ante el naufragio de la primera reunión a tres, nadie se atrevió a comentar las distintas fórmulas de Gobierno.
Hernando no descartó tampoco ninguna posibilidad de pacto. Tampoco una en la que estén Democracia y Libertad o Esquerra Republicana. Aunque es poco probable, en los últimos días ha crecido la inquietud en ciertos sectores del PSOE por esa opción. Especialmente tras la reunión que Sánchez mantuvo en Barcelona con Oriol Junqueras, líder de ERC, que ambos decidieron mantener en secreto hasta que la desveló el diario La Vanguardia.
El PSOE sigue apostando, de manera oficial, por un acuerdo con Podemos y Ciudadanos y considera que el acuerdo entre Sánchez y Rivera, que contiene 200 medidas, es una base a la que no pueden renunciar. Sin embargo, el semáforo está hoy en rojo y el tiempo corre sin que se vislumbre una posibilidad de acuerdo. "Creemos que todavía es posible alcanzar el acuerdo que sume 199 o más apoyos", dijo Hernando. Tras un infructuoso primer intento, casi nadie le creyó.