La mafia georgiana en España controlaba la caja común a nivel europeo. Desde Austria, Italia, Bélgica, Alemania o Suecia llegaban remesas de dinero que se guardaba en España para después enviarlo a la caja central en Moscú. Así trabajaba el grupo de Kakhaber Shushanashvili, considerado un 'ladrón en ley', nombre que reciben los integrantes de las bandas criminales de países de la antigua Unión Soviética, y a quien se está juzgando en la Audiencia Nacional junto a otros 16 integrantes de la organización.
Durante el juicio, los agentes de la Unidad de Droga y Crimen Organizado de la Policía (UDYCO) expusieron la prueba de que la mafia georgiana en España es clave para la organización a nivel mundial. En el registro de uno de sus integrantes se incautó el libro de contabilidad, al que ahora ha tenido acceso EL ESPAÑOL.
Esta es una de las pruebas que ha provocado que Shushanashvili y sus acólitos estén sentado en el banquillo de los acusados, enfrentándose éste a una pena de 32 años de cárcel, tal y como solicita la Fiscalía Anticorrupción, que llevó a cabo junto a la Policía toda la investigación. En el juicio se percibe perfectamente cómo Kakhaber es el jefe de todos ellos. Su presencia se insinúa en todos ellos. Es un juicio que se está celebrado prácticamente sin público, con poca expectación a pesar de ser para la Fiscalía y Policía una de las organizaciones más cruentas que operan en España.
Desde el primer día quedó claro la jerarquía que impera en este grupo. En el escalafón más alto se sitúa Kakha. Este georgiano, preso en Francia, por ordenar el asesinato de un rival, ha sido trasladado a Madrid para este juicio. Shushanashvili sigue atentamente las declaraciones del resto de los acusados y hace aspavientos y comentarios sobre el contenido de las mismas.
Los policías españoles que han intervenido en el juicio han explicado al tribunal cómo opera la organización, la estructura de mando y la recogida del dinero. La denominada caja única. Un inspector jefe de la Policía española, experto en bandas del Este, explicó los seguimientos al grupo que les llevó a Niza y París. Las defensas cuestionaron la intencionalidad de los viajes y dijeron que el motivo era de salud porque la mujer de uno de ellos estaba siendo tratada de una grave enfermedad en París.
Exigían dinero a los georgianos
Este grupo, dirigido por Shushanashvili, recibía el dinero de diversos formas. Por un lado, de sus actividades criminales, como los robos, extorsión, tráfico de estupefacientes, inmigración ilegal, realización de certificados de defunción o legalización de ingresos procedentes de actividades criminales, entre otras. Por ejemplo, el oro robado en domicilios era después sacado de España aprovechando los transporte de paquetería que ellos mismos gestionaban, y metiendo el oro oculto en los camiones del negocio.
Pero además, cada georgiano que llegaba “para trabajar” a cada una de las ciudades controladas por esta organización debían entregar un porcentaje a la “caja común”. En el libro de contabilidad, de tapas de cartón color naranja en su exterior y gris en el interior, se detalla cada ingreso de cada personas que realiza la aportación, cantidad aportada y la ciudad donde ejerce sus funciones. “Cuando la 'caja común' registra una cantidad determinada, que se encuentra entorno a los 50.000 euros se envía la totalidad de los recaudado a la 'caja grande', ubicada en Moscú”, explican los agentes que llevaron a cabo una macro operación contra los georgianos instalados en España en el año 2010.
'Kakha' controlaba la contabilidad
La 'Operación Java' supuso en aquel momento un duro golpe para esta mafia. Policías y fiscalías de varios países europeos, entre ellos España, Italia, Alemania, Francia, Austria y Suiza, llevaron a cabo una investigación conjunta para proceder a la detención de varios dirigentes de una mafia, en la que existen roles y funciones muy diferenciados.
Los responsables de la contabilidad e Europa eran Kakhaber Shushanashvili -hermano de Lasha, actualmente preso en Grecia, y con más poder dentro de la organización a nivel mundial- y Zviad Darsadze. “Ellos tenían el control de los ingresos y los gastos que reflejan con precisión en los mencionados 'Libros'”, explica la Policía.
El libro incautado tras la operación y que ahora sirve de prueba principal en el juicio comienza con anotaciones manuscritos en el reverso de la portada en las que en idioma georgiano figura: “Bloc de notas abierto el 10/06/2005. Bloc de notas de 46 hojas. Zviad, Kakha”. En la primera página, figura la anotación de traslado de la cantidad de 2.700 euros procedentes de la última anotación de un libro anterior.
Y después se reflejan ingresos de distintas ciudades europeas: Liege, París, Burdeos, Bruselas, Lyon, Toulouse, Orleáns, Niza, Cannes, o países como Bélgica, Suecia, Holanda, Austria, Suiza, Italia. A continuación, aparecen nuevas anotaciones, las cuales hacen referencia a gastos de la organización a detracciones de la “caja común”. Aparece un detalle de gran interés para la Policía pues figura el envío de 50.000 euros a la Caja Principal de Moscú” (Rusia) en fecha 23 de octubre de 2006, cuyo traslado lo realiza Gocha Alphaidze, alias “Alfason”. Es miembro de la organización en su rama austriaca y fue detenido en este país en el marco de esta misma operación.
Estas anotaciones demuestran, para los investigadores, el carácter “transnacional” de la organización, así como que en cada país había su disgregación por ciudades, “en las que estarían realizando sus actividades criminales de las que se obtendrían las cantidades económicas que eran enviadas a los responsables de la organización que se encontraban residiendo en España”.
Sistema de recaudación
De la investigación concluyeron, tal y como expusieron los agentes en sede judicial, que esta organización criminal disponía un sistema de recaudación, que se ingresaba en la “caja común”, custodiada por sus líderes. Existía una “red de cajas” repartidas a lo largo de todas las zonas geográficas en las que la trama ejercía su influencia, si bien todas confluían en una superior. En el caso de Europa, era la controlada por Kakhaber Shushanashvili y Darsadze. Por encima de esta, se encuentran las dos cajas a nivel mundial, una en Moscú y la otra en Grecia, ésta última controlada por el hermano del primero, Lasha Shushanashvili.
La otra modalidad de recaudación era la aportación de dinero por parte de numerosos miembros de la comunidad georgiana repartidos por la geografía europea, además de los propios miembros de la organización. Este dinero, entregado de manera voluntaria o impuesto, era para afrontar pagos de emergencia, tales como el pago de un funeral, una detención que conlleve el pago de abogados, o estancias en prisión que conlleven la ayuda económica de familiares.