El primer cuerpo estaba tendido en el suelo, con la herida de bala en la frente y las quemaduras propias de un asesinato a quemarropa. A su lado, otro hombre yacía todavía con las manos en la nuca. El cuerpo cayó a plomo cuando el sicario le disparó por detrás mientras estaba de rodillas. Los agentes de la Unidad Territorial Metropolitana de la comisaría de Granollers, perteneciente a los Mossos d'Escuasdra, lo tuvieron claro desde el principio: los dos hombres que allí descansaban, transformados en cuerpos inertes, habían sido ajusticiados a sangre fría.
La escena se vivió el pasado 4 de enero en una vivienda de la calle Napols de Tarrasa. En el momento de entrar, los agentes desconocían que ante sus ojos estaban los cuerpos de Gela Garisvili y Gozha Kakalashvili, dos de los principales miembros de la mafia georgiana. Los dos eran viejos conocidos de la Policía española, desde que en 2010 se les relacionó con el asesinato en Francia del ladrón de ley Vladimir Dzhemalovich, alias Janashia.
El capo, conocido como Lado, fue asesinado en Niza en 2010 tras un ataque con armas de asalto. Su muerte a sangre y fuego desató una guerra abierta entre los dos grandes clanes de la mafia georgiana, los Tblisi y los Kutaisi. Janashia era el gran capo de los segundos, mientras los dos asesinados en Tarrasa eran considerados lugartenientes de Kakhaber Sushanashvili, líder de los Tblisi y que ahora cumple condena por su asesinato.
Según fuentes policiales, esta es la primera vez que los Vor Z Konien (Ladrones de ley) georgianos -una de las organizaciones mafiosas más violentas del planeta- ejecutan a dos de sus miembros en suelo español. La Brigada Central de Crimen Organizado, dependiente de la Comisaría General de la Policía Judicial, trabaja con dos hipótesis: o fueron ajusticiados en venganza por la muerte del capo Janashia hace seis años, o perdieron la vida en una purga impuesta por su líder desde prisión; una ejecución ante la sospecha de que un confidente opera en el seno del grupo.
Testigos o colaboradores
Para aclarar las dos muertes, serán vitales los testimonios de tres georgianos detenidos ese mismo día. Tres compatriotas relacionados con el clan de los Kutaisi que reconocieron estar reunidos con los dos asesinados y aseguraron escapar por una ventana cuando otro de los presentes -identificado como Gela Arabuli- sacaba un arma y acabó con su vida.
Varios de los arrestados aquel día -ahora en libertad vigilada- estaban siendo investigados por la Policía desde 2013. En aquellas fechas, las unidades contra el Crimen Organizado controlaban la vivienda ante la sospecha de que el clan Kutaisi la utilizaba para guardar parte de su arsenal. Así identificaron a Lasha Sibashvili, titular de la vivienda, que figura como empleado de la empresa W.E Corporation 2100, una sociedad investigada por la Audiencia Nacional en 2005 durante la denominada operación Avispa. La empresa en cuestión se dedicaba a dar cobertura a los miembros de la mafia georgiana en España facilitando contratos de trabajo. Otra de las empresas investigadas, Hiterland Ibérica, dio de alta en España a Nikolov Arabuli, considerado el autor material de los asesinatos.
Entre los fallecidos, también Gela Garishvili tenía antecedentes en España. En 2014, fue uno de los 80 imputados por pertenecer a una red especializada en robos con violencia investigada durante la operación Aikón. Sus miembros causaron el terror con una ola de asaltos entre las empresas del Corredor del Henares y varias ciudades dormitorio cercanas a Madrid. Desde entonces, Garishvili estaba en el punto de mira de los agentes y sera sometido a vigilancias constantes.
Una red en media Europa
Según los informes policiales, el clan de los Tsbili es una de las organizaciones mafiosas más activas en España. Robo, tráfico de estupefacientes, inmigración ilegal, blanqueo, asesinatos por encargo y hasta la realización de certificados de defunción falsos. Todo vale para ganar dinero. Su poder se extiende a Francia, Italia, Grecia, España, Suiza, Austria o Alemania y en total, los expertos contra el crimen organizado cifran sus miembros en más de 80. Son una estructura férrea, mantenida por el miedo y controlada por el capo Lasha Shushanasvili, que desde 2013 cumple condena en Grecia y que tuvo como principal testigo de cargo en su juicio a un mando policial español.
En 2010, las escuchas policiales a las que fueron sometidos los miembros del grupo recogen la llegada a España de varios "deportistas". Ese fue el nombre en clave que la mafia georgiana le puso a sus sicarios. En la reunión, celebrada el 8 de enero de 2010 en Barcelona, los presentes planearon el primer ataque contra el capo rival Vladimir Janashia. Cinco días después, un BMW X5 salió por carretera con destino a Francia. En el interior, viajaba Gela Garisvili, uno de los ejecutados en Tarrasa. Un día después, partieron en un Volvo otros cuatro georgianos con destino a Niza. Todos fueron detenidos en suelo galo tras el aviso de la policía española, que aborta el intento de asesinato.
A golpe de kalashnikov
Solo cinco días después, la policía española detectó un nuevo intento de acabar con la vida del capo JAnashia. Desde Bélgina viajó a Francia Hakhaber Shushanashvili, conocido como Nurki, portando un arma con silenciador. El 24 de enero, la policía española intercepta una llamada del sicario sobre el terreno. En ella, pregunta a otros ladrones de ley el paradero de Janashia. Los agentes avisaron a la gendarmería gala, pero aun así no pudieron evitar el ataque.
A las 22 horas del 14 de febrero, varias personas intentaron acabar con la vida de Janashia en el apartamento que el capo ocupaba en el número 8 de la Rue Androlin de Niza. La pelea se trasladó a las plantas 5 y 6 del inmueble, donde los agentes galos econtraron casquillos de Kalasnikov y restos de balas de 9 milímetros. Aun así, Janasia salió ileso de nuevo. Finalmente, varios sicarios acabaron con su vida un mes después en otro ataque similar.
Dos años después, en 2012, una operación coordinada entre siete cuerpos policiales europeos asestó un nuevo golpe al clan Tiblisi, investigado tras asesinar en Bari a otro ladrón de ley rival: Revaz Tchuradze. El detenido por el asesinato, Khivcha Kakalashivili, es hermano de otro de los detenidos en Terrasa.