"Se ha evitado con esta reforma que el precio de la luz siga disparándose interrumpidamente y se ha logrado que incluso baje". El ministro de Industria, Energía y Turismo, José Manuel Soria, presumía hace un año de haber logrado bajar el precio de la luz.
Nada más lejos de la realidad. Sus promesas con la factura eléctrica son uno de los cantos de sirena de su gestión al frente de una cartera compleja, en la que, es cierto, es difícil satisfacer a todas las partes implicadas. Dejará el Ministerio con el bagaje de una reforma energética que no ha logrado sus objetivos, con la polémica sobre su gestión del escándalo Volkswagen o las críticas del sector audiovisual por una regulación que no ha gustado a los operadores.
“Ha conseguido batir el récord de enfrentamiento con todos los sectores empresariales”. Así valoraba a Soria el fallecido presidente del grupo Planeta y de Atresmedia, José Manuel Lara, hace dos años, tras uno sus desencuentros a cuenta de la Televisión Digital Terrestre (TDT).
1. Una reforma energética que no logra sus objetivos
Quizás la de la luz es una de sus sombras más significativas por el impacto directo en los ciudadanos. Es una de sus promesas incumplidas. Tanto que la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) sacó los colores al ministerios al hacer público cómo se ha encarecido el recibo a lo largo de su gestión.
Desde 2011, coincidiendo con la llegada de los ‘populares’ al Gobierno, el alza de la factura de los españoles ha sido del más del 10%. Cada kilovatio/hora pasó de 0,219 euros al inicio de la legislatura, hasta los 0,241 de septiembre de 2015, cuando la CNMV publicó su valoración sobre los costes de la electricidad. Y el cierre del año fue en la misma dirección, a pesar de que el Gobierno prometió, en boca de Soraya Sáenz de Santamaría, que iba a suceder lo contrario. En el conjunto de 2015, la luz repuntó un 0,8%.
Competencia fue especialmente dura con la incapacidad del Ministerio para recortar ‘la parte fija’ de la factura. Los peajes (todos los costes que se cargan a los consumidores y que no son ni energía ni impuestos) elevaron su peso en el recibo del 40% al 43% y los impuestos pasaron del 19% al 21%. Es decir, la energía en sí cada vez pesa menos a la hora de pagar a las eléctricas.
Ahora, en lo que va de 2016 y con el Gobierno ya en funciones, la luz sí que está dando un respiro. En el mes de marzo, la factura se ha rebajado un 0,4%, según los datos del IPC publicados este miércoles por el Instituto Nacional de Estadística (INE). Y puede que 2016, por fin, cambie el ciclo de la luz. En los tres primeros meses del año, la electricidad acumula una caída del 16,7% respecto al inicio de 2015.
Los problemas de Soria con la luz tienen una segunda derivada: las renovables. Nada más llegar al Gobierno, su Ministerio dio un tijeretazo a la regulación anterior. Acabó definitivamente con las primas a quienes apostaban por la fotovoltaica y puso de uñas a los productores. “La abolición de la opción de mercado más prima es el exterminio del sector renovables”, aseguró una de las patronales del sector, APPA.
El último golpe lo dio este verano, con el llamado ‘impuesto al sol’. Bajo esta denominación se establece que quienes consuman luz producida en sus propias instalaciones (placas solares colocadas en sus tejados) también asuman una parte de los costes del sistema eléctrico, los citados peajes.
2. El automóvil patinó con Volkswagen
Es una de las ‘perlas’ que más ha cuidado el Ministerio de Soria: la industria automovilística. El objetivo, que los grandes del sector que fabrican en España, como el grupo PSA (Peugeot-Citroën), Ford, Opel o Volkswagen no deslocalicen la fabricación a países donde los costes sean menores.
Y lo ha conseguido. Las fábricas siguen en marcha y 2015 cerró con un volumen de producción de más de 2,7 millones de vehículos, un 13,7% más que un año antes y cerca de la cifra de 2,9 millones que se logró en 2007 antes de la crisis. Es cierto que se produce más porque casi todo se vende fuera, cerca de ocho de cada diez coches que se fabrican en España se exportan.
Las ventas en el mercado doméstico también han ido bien. Hasta diciembre pasado, coincidiendo con las últimas elecciones, las matriculaciones de nuevos vehículos superaron la barrera del millón. Pero tienen truco, están sostenidas, en gran medida, por las subvenciones del Plan Pive, que permiten al cliente aligerar el precio por el coche que compran.
Los ‘éxitos’ del sector quedan empañados por el mayor escándalo de la industria del motor de la historia: el ‘dieselgate’ de Volkswagen. El pasado septiembre, cuando se descubrió que algunos de los motores diésel del gigante alemán no eran tan ‘verdes’ como decían, el ministro Soria no tardó en asegurar que pediría todas las explicaciones posibles a la empresa dueña de Audi y Seat.
Este miércoles, EL ESPAÑOL ha desvelado que el ministro no era tan tajante en privado como en público. La correspondencia mantenida con el vicepresidente mundial de compras de Volkswagen, Francisco García Sanz, revela cómo el directivo español exigió a Soria retirar la orden de suspender la venta de vehículos que contaban con uno de esos motores que contaminaban más de la cuenta. Si no lo hacía, las inversiones del grupo alemán en España, que tiene comprometidos más de 4.000 millones hasta 2019, podían quedarse en el aire.
3. Una regulación televisiva a disgusto de todos
“Con el Gobierno se puede llegar a muchos acuerdos, pero con el ministro [Soria] es imposible”. Así se expresaba José Manuel Lara en 2014. Sus desencuentros con los dos grandes de la televisión, Atresmedia y Mediaset, han sido continuos.
A mediados de 2014, su Secretaría de Estado de Telecomunicación ordenó el cese de emisión de nueve canales, que el Gobierno de Rodríguez Zapatero concedió sin mediar concurso. Así lo había determinado el Tribunal Supremo. “Supone una situación sin precedentes en cualquier democracia, un ataque a los derechos de los ciudadanos, que van a ver reducida su capacidad de elección”, aseguraba entonces las patronales de las ‘teles’ privadas, Uteca. Los canales se cerraron.
La polémica volvió meses después, el pasado octubre, cuando el Ejecutivo volvió a conceder canales. Repartió seis: a Mediaset, Atresmedia, Real Madrid, 13 TV, Radio Blanca (Kiss TV) y Secuoya, lo que provocó las críticas de quienes no consiguieron una, que vieron falta de pluralidad en la decisión.
Otro ‘charco’ audiovisual, la gestión del Ministerio del ‘dividendo digital’, la resintonización de los canales de la TDT para liberar esas frecuencias radioeléctricas a los operadores de ‘telecos’ (Telefónica, Vodafone, etc.). Cambió varias veces el calendario, lo adelantó para retrasarlo después; y sumió en la indefinición a los ciudadanos hasta decidir quién pagaba los antenistas que sintonizaran las nuevas frecuencias, edificio a edificio. Al final, lo subvencionó el Gobierno.
4. La hibernación del Castor
En el terreno industrial, el Castor ha sido una de sus mayores crisis. La 'hibernación' del almacén de gas, después de registrarse en 2013 varios seísmos en la costa castellonense, conllevó una elevada indemnización a la empresa promotora, Escal UGS, controlada por la constructora ACS: 1.350 millones de euros.
Esa cifra correrá a cargo de los consumidores, ya que se irá repercutiendo en su factura del gas a lo largo de 30 años. El Ministerio llegó a justificar que era más barato pagar esos 1.350 millones que el coste que hubiese supuesto poner en marcha el proyecto.
Y la luz: el récord de turistas
La parte más amable, el mayor éxito de Soria al frente del Ministerio, es la positiva evolución del turismo en España en los últimos años. La recuperación económica y el efecto imán que han tenido las costas españolas tras los atentados terroristas en países competidores del ‘sol y playa’ como Túnez o Turquía, han permitido volver a llenar hoteles.
Y se han batido récords. En 2015, se logró superar, por tercer año consecutivo, la mejor cifra de turistas de la historia de España. Llegaron más de 68 millones de visitantes extranjeros (casi un 5% más que un año antes). En 2016, si se cumplen los pronósticos, volverá a superarse esa cota, pero, previsiblemente (si se consigue formar nuevo Gobierno), Soria ya no será ministro.