Granada

Grupos de asiáticos se hacen selfies frente a la puerta del ayuntamiento de Granada y miran con curiosidad a los policías desplegados en la plaza del Carmen. En una esquina, dos chicas jóvenes vestidas con trajes de flamenca promocionan vestidos a 99 y 119 euros. "Todo esto es mi área de influencia", apunta orgulloso Rodrigo Ríos, vendedor de boletos de la ONCE. “¡Menudo terremoto se ha montado aquí!", exclama, en referencia a la detención del alcalde de la localidad, José Torres Hurtado, y de la concejal de Urbanismo, Isabel Nieto. "A ver si vendo unos cuantos cupones y cae aquí el Gordo, pero el de verdad", ríe.

Los vecinos de la ciudad de Granada se despiertan con la noticia. A muchos funcionarios del ayuntamiento, la información les sorprende al llegar al edificio municipal, custodiado desde primera hora de la mañana por agentes de Policía Nacional. Algunos hablan de "sorpresa relativa" por los acontecimientos. “Todos espérabamos que pasara algo así tarde o temprano”, advierte una trabajadora en las inmediaciones del consistorio. “Estamos algo desconcertados, pero sabíamos que algo ocurría y sólo era cuestión de tiempo que esto estallara”.

La funcionaria enumera los diferentes enfrentamientos judiciales en los que se ha visto envuelto el alcalde en los últimos meses: Varios casos por relacionados con la adjudicación de espacios públicos para proyectos urbanísticos le habían llevado a los tribunales, aunque siempre había sido absuelto. En esta ocasión, la denuncia de un particular en la que también se persona el PSOE ha prosperado, derivando en la operación policial efectuada este miércoles.

Interrogatorio en casa del alcalde

Son casi las nueve de la mañana. Desde hace poco más de una hora, la Policía recorre los pasillos del ayuntamiento en busca de documentación sobre la supuesta trama de corrupción urbanística ligada al alcalde Torres Hurtado y a la concejal Nieto. Los trabajadores se sorprenden al encontrarse con los agentes que custodian la puerta del edificio. “¿Qué ocurre?”, preguntan, sin obtener grandes respuestas.

Policías vigilan el acceso al ayuntamiento. G. Araluce

La misma pregunta se hacen los vecinos de la calle Obispo Hurtado. La Policía vigila el portal en el que viven Torres Hurtado y la edil de Urbanismo. La llegada de los fotógrafos y cámaras de televisión alerta a los viandantes. “¿Qué es lo que pasa?”, repiten una y otra vez. “¿El alcalde? ¿De verdad?”, pregunta una mujer que se sostiene sobre su bastón, sin creerse del todo las explicaciones de los periodistas.

“Ni siquiera sabíamos que viviese ahí”, reconocen Ángela, Alicia y Rosa Mar, de 19 y 20 años. Las tres se hospedan en la residencia universitaria Student -en el portal contiguo- y observan desde sus balcones la algarabía de la calle. Bernabé y Antonio, que también viven en el mismo centro, aseguran que la sorpresa por los acontecimientos es mínima: “El PP ya ha dado unos cuantos políticos así”, sostienen. Pasan las horas y el murmullo de la calle es cada vez mayor. “¡Chorizos! -exclama una mujer que pasea a su perro-. ¡Ya era hora!”. “¡Déjalo, que todavía no sabemos si ha hecho nada!”, replica otro.

En varias ocasiones se abre la puerta del garaje y los fotógrafos se llevan las manos a la cámara. Falsa alarma. Hasta que a las once y media la Policía abre camino en la calle y aparece una comitiva compuesta por tres coches. El alcalde Torres Hurtado viaja en el de en medio, un vehículo blanco de gran cilindrada. Se disparan los objetivos de los reporteros y los investigados se marchan camino del ayuntamiento, donde se les pedirá la documentación relacionada con el caso.

Registro en el ayuntamiento

El reloj de una iglesia cercana indica que es mediodía y la noticia ya se ha extendido por buena parte de la ciudad. Algunos vecinos, al escuchar la información, se han acercado a curiosear a la plaza del Carmen, donde se erige el ayuntamiento. “¿Y ahora? ¿Qué va a pasar?”, se plantean algunas personas reunidas en corrillos. Unos apuntan a la formación de un gobierno alternativo, ya sea encabezado por el grupo popular -que ganó las elecciones con 11 concejales y recibió el apoyo de los 4 de Ciudadanos- o por el PSOE -segunda fuerza con 8 representantes-. El grupo Vamos Granada e Izquierda Unida, con tres y un ediles, completan la representación municipal.

Estudiantes de la residencia Student observan los acontecimientos desde sus balcones. G. Araluce

“Es una situación excepcional y hace falta que tomemos decisiones excepcionales”, apunta Luis Miguel Salvador, portavoz de Ciudadanos en el ayuntamiento granadino, frente a la fachada consistorial. Él es uno de los hombres más buscados por los periodistas, ya que de su formación depende que el Partido Popular siga al frente del gobierno municipal. “Ante la gravedad de los acontecimientos -añade-, cortamos toda relación con el PP en cualquier sentido para favorecer una nueva realidad”. Por si sus declaraciones dejan lugar a dudas, el propio Albert Rivera deja claro a través de su cuenta de Twitter la postura de su formación: “Ciudadanos Granada rompe el acuerdo de investidura. Tolerancia cero con la corrupción”.

Mientras, representantes de todas las formaciones políticas -salvo del Partido Popular- se dejan caer por la plaza. “Son unos hechos gravísimos”, apunta Baldomero Oliver, viceportavoz socialista en el consistorio. “En su día, el PSOE presentó una querella contra el alcalde por circunstancia que hoy están siendo investigadas y terminamos imputados por falsa acusación -lamenta Oliver-. A medida que vayamos sabiendo lo que hacen las fuerzas de seguridad del Estado iremos concretando nuestra posición”.

Para Marta Gutiérrez, que forma parte del grupo municipal Vamos Granada -vinculado a Podemos-, la responsabilidad debe ser inmediata: “El PP está inhabilitado en el sentido político para gobernar esta ciudad y Ciudadanos deberá responder por qué apoyó a este gobierno cuando ya había síntomas claros”. Paco Puentedura, el representante de IU, también exige la dimisión del ejecutivo municipal: “Por desgracia, nada de esto nos sorprende. Ayer mismo dije ante los medios que el alcalde era cómplice de una trama de corrupción”.

Enfado en la plaza del Carmen

Faltan pocos minutos para que den las 13.00 y agentes de la Policía Nacional cortan el paso a la calle Mariana Pineda, una de las vías a las que da el ayuntamiento. En ambos extremos se agolpan decenas de personas. “Estamos hartos, enfadados de que salte una detrás de otra. Los españoles estamos podridos”, lamenta un hombre. “No todos, pero sí muchos de los que mandan”, replica otro.

Se abren las puertas del consistorio y, protegido de las cámaras por láminas de cartón que levantan los policías, el alcalde Torres Hurtado abandona el edificio. Por otra puerta, agentes de la UDEF se llevan varias cajas con documentación que meten en otro vehículo. La comitiva se marcha y un grupo de turistas italianos pregunta a qué se debe el alboroto. “Corrupción -responde su guía-. Se llevan los documentos para investigar si el que manda en la ciudad va a la cárcel o es inocente”. Ese es el debate que, durante el resto del día, sostienen los vecinos que se reúnen en la plaza del Carmen. Por el momento, y tras prestar declaración, el juez deja libre a los detenidos.

Agentes de Policía custodian la calle Mariana Pineda. G. Araluce

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