Si el frío y la Navidad fueron las notas predominantes durante la pasada campaña del 20 de diciembre, en la cuenta atrás para el 26-J, en caso de que finalmente las negociaciones no lleguen a buen puerto y haya que votar de nuevo, la atmósfera electoral la marcará, además del calor típico del mes de junio, la celebración de la Eurocopa.
La vuelta a las urnas es un escenario cada vez más probable. Con el calendario en la mano, si para el próximo 3 de mayo ningún candidato consigue ser investido presidente del Gobierno, se disolverían las Cortes y se produciría la convocatoria de unas nuevas elecciones, que tendrían lugar 54 días después, el domingo 26 de junio. No sería la primera vez que unos comicios se celebren en junio: los españoles ya votaron en este mes hasta en tres ocasiones: en 1977, 1986 y en 1993.
Sin embargo, en esta ocasión la campaña electoral coincidiría de lleno con la Eurocopa de Francia. De hecho, el arranque de la campaña tendría lugar el día del partido inaugural entre Francia y Rumanía, el viernes 10 de junio a las 21 horas. Los ciudadanos podrán elegir entre disfrutar del evento deportivo o seguir los discursos políticos durante los 15 días de anuncios electorales. O combinar ambas opciones.
Aumentaría la abstención
En este escenario, lo más probable es que baje la participación. Así lo indican los últimos sondeos publicados. ¿El principal motivo? El posible fracaso de las negociaciones entre los partidos políticos empieza a desmotivar a los electores. “El cansancio y la dificultad de mantener la intensidad electoral provocarán que aumente la abstención”, explica Jordi Rodríguez Virgili, director del Máster de Comunicación Política y Corporativa de la Universidad de Navarra.
Para no ahondar en ese desinterés político y “no dar tanto la lata”, en palabras de Rafael Catalá, el Gobierno en funciones ya planteó esta semana acortar y abaratar la campaña. El ministro de Justicia pidió “un gran acuerdo de todas las fuerzas políticas” para reducir gastos, pero sin aclarar en qué debía apretarse el cinturón. Porque repetir las elecciones nos costaría 192 millones de euros.
A esa sensación generalizada de hastío ciudadano se une también el calendario futbolístico, que tendrá su influencia en una hipotética campaña. Esto se traduce, según este experto, en que “será difícil que los mensajes políticos calen en el ciudadano de a pie. En este contexto tiene más fuerza el fútbol, un deporte capaz de paralizar a un país entero”. Es decir, la Eurocopa restará visibilidad a la campaña.
El PP, el gran beneficiado
Una campaña de perfil bajo, con pocos mensajes en los medios de comunicación, podría beneficiar a los partidos tradicionales, que tienen un electorado más fiel. Sobre todo al PP, al que las encuestas vuelven a colocar como la opción favorita de los españoles. El equipo de Mariano Rajoy, consciente de que saldría reforzado si se repiten los comicios, pondrá en marcha una campaña basada en la calle.
La estrategia de los populares pasará por visitar muchos pueblos y evitar a toda costa los debates en televisión, un formato donde el presidente en funciones no se siente cómodo y que pocos verán. Y más aún teniendo en cuenta que quien encienda esos días la pequeña pantalla, seguramente se decante por el fútbol. Precisamente en junio de 2012, mes en el que se disputó la Eurocopa en Polonia, los primeros puestos en el ranking de emisiones los ocuparon partidos de esta competición, con los penaltis y la prórroga de semifinales entre Portugal y España en primera posición, con un 83,3% de cuota de pantalla, según datos facilitados por Barlovento Comunicación.
Las formaciones emergentes, con un voto mucho menos sólido, necesitan ruido para movilizar a sus potenciales votantes. Pero tienen una baza a favor. “Podemos y Ciudadanos se mueven mejor en las redes sociales”, recuerda Rodríguez Virgili. Ciudadanos, por ejemplo, volvería a insistir en la importancia de la participación tal y como hizo el 20-D, dado que la abstención les daña electoralmente.
Los éxitos de La Roja podrían influir en el voto
En el resultado electoral también podría ser decisivo el futuro de la Selección en Francia. Aunque no exista una relación empírica demostrable, un éxito de La Roja ayudaría a los partidos más nacionales como PP, Ciudadanos o incluso PSOE.
“Si España triunfa y vemos banderas por los balcones y se escuchan gritos de '¡viva España!' por las calles, los partidos republicanos o no nacionales podrían salir perjudicados”, aventura el profesor.
Si España se clasifica para octavos y queda primera de grupo, se daría la circunstancia de que los de Vicente del Bosque jugarían el 25 de junio. Es decir, en jornada de reflexión. E incluso el 26-J podría celebrarse un partido de La Roja, en caso de que España se hunda hasta la tercera posición.
Fútbol y política
No es la primera vez que fútbol y política coinciden. Ya en 1986 España vivió una situación parecida. Entonces se disputaba el Mundial de México y el 22 de junio de ese año hubo elecciones. En aquella ocasión la campaña acabó mezclándose con el fútbol por el polémico y famoso 'gol socialista de Emilio Butragueño' en el partido España-Dinamarca. TVE fue acusada de manipulación informativa porque durante la repetición del gol del delantero se sobreimprimió la palabra PSOE en vez del nombre del jugador madrileño.
Dejando a un lado la anécdota, a nivel de programación esta ocasión es distinta porque el evento deportivo tendrá lugar en Francia, un país que comparte huso horario con España. Muchos partidos empezarán a las 21 horas, como el España-Turquía el 17 de junio o el España-Croacia el 21, ya en la recta final de la campaña. Será difícil que los telediarios de la noche, que se harán eco de los mítines y los discursos políticos del día, puedan competir con la Eurocopa. Y mucho más complicado será programar debates entre candidatos a esas horas.