Repetir las elecciones costará unos 192 millones de euros. Es la suma de lo que cuesta la logística de organizar unos comicios y las subvenciones por gastos electorales que reciben los partidos políticos en función de sus resultados.
La vuelta a las urnas es cada vez más probable. La negativa del PSOE a pactar con el PP o los independentistas imposibilita cualquier fórmula que no surja de un pacto a tres con Ciudadanos y Podemos. El viernes pasado, Podemos dio por rotas las negociaciones tras el primer encuentro con el PSOE y Ciudadanos y decidió convocar una consulta a sus bases. Este martes fue el rey el que fijó el fin del plazo para llegar a un acuerdo político, el 26 de abril, cuando concluirá su nueva ronda de consultas.
El pesimismo sobre unas negociaciones hoy congeladas han devuelto el clima electoral a los partidos. El Gobierno y el PP han propuesto reducir los gastos electorales y los demás partidos han respondido con un sí con condiciones. Todos los partidos hacen apelaciones retóricas al ahorro en unos comicios provocados por su incapacidad de investir a un presidente, pero ninguno concreta a qué estarían dispuestos a renunciar.
Sólo en organizarlas, 130 millones
Según el presupuesto del Ministerio del Interior para las elecciones del 20 de diciembre, organizarlas cuesta 130.244.505,08 euros. Ahí se incluyen todos los conceptos logísticos y organizativos. No tienen que ver con los gastos de los partidos políticos, que también corren a cuenta del erario público, pero que van aparte.
Esos 130 millones sirven para financiar el gasto que hacen las administraciones públicas, la logística, el escrutinio y sistemas informáticos y el voto por correo. Según los datos de Interior, para las últimas elecciones generales se imprimieron 400 millones de papeletas, 66,8 millones de sobres y 870.000 manuales para los miembros de la mesa. Los españoles votaron en 210.000 urnas y pudieron utilizar 58.000 cabinas. De ahí que celebrar unas elecciones generales sea, en primer lugar, un gran gasto logístico.
Sin embargo, los partidos reciben una subvención por gastos electorales cada vez que se celebran las elecciones, según consta en el capítulo VII de la ley orgánica que sirve como libro de instrucciones para las elecciones. El artículo 130 de la ley especifica los gastos electorales de los partidos que pueden ser subvencionados por las arcas públicas: publicidad y propaganda, alquiler de locales para mítines, sueldos de personal contratado para la campaña, desplazamientos y hasta los intereses de créditos que se pidan, ya que el Estado reintegra la mayor parte de los gastos a posteriori.
Los partidos que ya tengan representación pueden pedir un adelanto de hasta el 30%, pero el resto deben anticiparlo con sus propios recursos. Una vez celebradas las elecciones, las formaciones tienen derecho al reembolso de gastos con un tope y siempre según los resultados obtenidos. Eso obliga a los partidos a hacer cálculos sobre el resultado que creen que van a obtener. Si sufren un descalabro electoral, podrían tener un roto en las cuentas por haber gastado más de lo que les van a devolver. Eso ha hecho que todos los partidos hayan rebajado sus gastos para los últimos comicios. los nuevos, como Podemos y Ciudadanos, han ido sobre seguro y ajustado al máximo sus cuentas. En el caso de Podemos, en vez de recurrir a los bancos en busca de financiación, han acudido a sus bases con un innovador programa de microcréditos.
Después de las elecciones, las distintas formaciones deben presentar los justificantes de los importes para recibir el dinero y el Tribunal de Cuentas se encarga de fiscalizarlos en busca de irregularidades.
62 millones como límite al gasto de los partidos
Según los resultados del 20-D, los partidos tienen derecho a presentar justificantes de gastos de hasta un máximo de unos 62 millones de euros. Pero las formaciones no siempre se ajustan a un tope porque, entre otras cosas, lo desconocen antes de que se conozcan los resultados.
Los gastos pueden dividirse en dos grandes partidas: por una parte, el envío de propaganda y papeletas a millones de hogares; por otra, todos los demás. Aunque no lo parezca, el primero es muy voluminoso, como se muestra en el siguiente gráfico.
Esos envíos postales, a los que los partidos se suelen referir por la palabra inglesa mailing, sólo son reembolsados a los partidos si el resultado les permite conformar un grupo parlamentario propio. Por ese motivo, cuando se constituyen las cámaras, las formaciones con pocos escaños hacen lo imposible por evitar el Grupo Mixto.
Izquierda Unida intentó varias alianzas, pero fueron frustradas por la Mesa del Congreso (al no permitir su ingreso temporal en el grupo de ERC) y por Podemos (al no prestarle diputados para conformar grupo), por lo que su mailing para el 20-D correrá a cargo de unas finanzas del partido que ya acumulan varios millones de deuda. Un informe de IU hecho público este domingo indica que los malos resultados y no cobrar los envíos postales ha supuesto un incremento de la deuda del partido de 1,9 millones, que se suman a los 9 que ya acumulaba la formación.
¿Ahorro para el 26-J? Sólo buenas intenciones
Desde el Gobierno y el PP se ha pedido la reducción de gastos electorales e incluso de la tradicional duración de dos semanas de la campaña, algo que no es posible cambiar legalmente en estos momentos.
El ministro de Justicia, Rafael Catalá, pidió “un gran acuerdo de todas las fuerzas políticas” para reducir los gastos y citó la cifra de 130 millones presupuestada por Interior. Sin embargo, no ha aclarado en qué debería de ahorrarse. Rafael Hernando, portavoz del PP, también ha dicho que debería reducirse “el techo de gasto”, también sin especificar.
El resto de partidos también ve con buenos ojos reducir, pero tampoco concreta. “La campaña no se puede acortar, la ley está ahí. ¿Qué hacemos, un acuerdo entre caballeros para que durante 15 días no haya actos multitudinarios? A mí no me importa, pero, ¿va a estar todo el mundo de acuerdo?, se preguntó Juan Carlos Girauta, portavoz de Ciudadanos. “Es más difícil de lo que parece”, advirtió. En su programa sí incluye reducir “un 50% el límite de gastos electorales subvencionables”, según recuerdan fuentes del partido. El PSOE también se ha mostrado partidario de reducir los gastos electorales, pero tampoco ha especificado.
El responsable de Finanzas y Transparencia de Podemos, Segundo González, cree que “los límites deberían ser más bajos para que se pueda competir en igualdad de condiciones. Nosotros estamos obligados a hacer más con menos, y estamos demostrando que es posible”, explica por correo electrónico. “Con nuestro mailing en las generales nos quedamos en el 10% de la población al no recurrir a bancos. Es carísimo, hay que hacerlo porque los otros lo hacen, y al final pierden los ciudadanos que son los que pagan. Si es necesario, ¿por qué no se hace un envío común?”, se pregunta.
Lo mismo cree Izquierda Unida, según ha manifestado en diferentes ocasiones, así como Convergència Democràtica al ser consultada por este diario. De esa manera, se evitaría que a una misma casa lleguen media docena de sobres con papeletas en otros tantos envíos separados que costean las arcas públicas.
PP y PSOE niegan los datos de sus gastos
En estos momentos, los partidos están en pleno proceso de cierre de cuentas, que tienen que remitir en próximas fechas al Tribunal de Cuentas. Preguntados por EL ESPAÑOL, los dos grandes partidos se negaron a informar de sus gastos definitivos.
Fuentes del PP se limitaron a informar de que se gastaron “unos 12 millones en la campaña” excluyendo los envíos postales. El PSOE rechazó incluso facilitar una cifra global, aunque durante la campaña se informó de la cifra orientativa de nueve millones, envíos postales excluidos.
Podemos, más austero y transparente
Podemos previó una campaña de 2.540.000 euros, aunque se gastó 268.500 euros más hasta un total de 2.811.008,94 euros, según los datos facilitados por la formación. Estos datos se corresponden con las finanzas del partido de Pablo Iglesias, que ha obtenido 42 diputados, pero no incluyen a las llamadas confluencias: los acuerdos para presentarse con plataformas en Cataluña, Comunidad Valenciana y Galicia.
“Finalmente pudimos realizar más gastos a última hora por la buena marcha de los microcréditos”, explica por correo electrónico González. Del total, 587.166 euros fueron para el envío de propaganda y papeletas a los domicilios. Según el partido, Podemos ha ahorrado 1,2 millones a las arcas públicas al gastarse menos del límite por sus resultados.
En rueda de prensa este martes, Íñigo Errejón recordó que su partido no recurre a bancos para financiarse o recibir anticipos sino que hace un llamamiento a sus bases a través de microcréditos. “Básicamente porque después el partido es más libre para tomar decisiones y no debe favores a ningún señor poderoso. Nuestras campañas han sido siempre las más austeras y las más eficientes”, en referencia al ratio entre recursos y votos. Según el número dos de la formación, los mayores costes son las partidas a las que Podemos no acceden. Entre otras cosas, su formación renuncia a las vallas electorales clásicas y son sus simpatizantes los que pegan carteles en las calles.
EL ESPAÑOL remitió a los principales grupos un idéntico cuestionario para conocer sus datos. La respuesta de Podemos es, con diferencia, la más completa. En los datos facilitados figuran 163.000 euros en sueldos de personal no permanente, casi dos millones en transportes, 914.856 en publicidad y propaganda (de ellas, 279.000 en prensa y radio) o 330.000 en arrendamientos.
Ciudadanos, 6,3 millones de campaña
Los datos facilitados por Ciudadanos indican que el partido se ha gastado en total 6,3 millones de euros en la campaña, 3.475.000 en los gastos ordinarios y 2.875.000 en los envíos postales. En total, el partido calcula que ha ahorrado a las arcas públicas 1,6 millones. El desglose de los datos facilitado incluye 275.000 euros en alquileres de salas y vehículos, 1,5 millones en publicidad externa y 500.000 euros en servicios profesionales (creativos, vídeos, fotógrafos).
Convergència Democràtica, a deber
Convergència Democràtica, el sexto partido con ocho diputados, informa a este diario de que el presupuesto total fue de 2,1 millones, incluyendo 1,15 en envíos postales.
La ejecución revela que se ha desviado de lo presupuestado en 170.000 euros y la subvención total que prevé el partido según los resultados es de 1.736.000 euros, por lo que tendrán que asumir parte del coste fundamentalmente por desajustes en la partida de gastos electorales (el llamado mailing no llega al tope).