Todo es inédito en la historia reciente de la política española. Desde el comportamiento de los electores hasta el surgimiento de nuevos partidos. Este martes, en el Congreso de los Diputados se evidenció un temor que en otra época hubiera sonado a ciencia ficción.
"Lo peor sería repetir las elecciones y dar una segunda oportunidad a Mariano Rajoy para que siga siendo presidente del Gobierno", dijo Pedro Sánchez. El mensaje era una clara alusión a Pablo Iglesias, quien según él tiene que decidirse ya entre un acuerdo a tres, con Ciudadanos y el PSOE. Eso, o volver a las urnas.
Sánchez repitió la idea varias veces en un discurso ante los diputados y senadores socialistas. Era la primera vez que hablaba en público desde el pleno de la cámara baja del miércoles pasado. Era, pues, la primera intervención pública desde que Iglesias decidió dejar la mesa de negociación y consultar a las bases, un movimiento que ha dinamitado cualquier posibilidad de pacto a tres.
El 'desastre' de las nuevas elecciones
Sánchez cree que unas nuevas elecciones serían un desastre. Entre otras cosas, porque el previsible candidato del PP, Mariano Rajoy, podría incrementar sus apoyos en el Congreso. Podría salir reforzado, bien por un repunte de su electorado y los descontentos con Ciudadanos o por otros factores, como la abstención. El líder socialista trató de trasladar la losa de la responsabilidad a los hombros de Iglesias. "A lo mejor el señor Iglesias vive mejor con Rajoy como presidente del Gobierno que conmigo", ironizó, pero los "millones de personas" que le votaron, no, aseguró. La estrategia del PSOE sigue siendo clara: aplicar la máxima presión sobre Podemos para que se avenga a negociar o, si no, sea señalado como el culpable de la vuelta a las urnas.
"Está clarísimo que el PP quiere elecciones", aseguraba poco después Juan Carlos Girauta, portavoz de Ciudadanos. Por no querer, no quieren ni campaña electoral, bromeó. El partido de Rivera se esforzó este martes en exponer una relación de mejoras para el país a las que Iglesias estará diciendo "no" con su empeño en que el PSOE renuncie a Ciudadanos. "La vía 161 no existe", dijo Girauta, e Iglesias parece que "ha aterrizado con el ovni" en el planeta Tierra para promover un plan condenado al desastre, según él.
Sea como fuere, el tiempo se agota. Las negociaciones están paralizadas hasta el próximo lunes, cuando Podemos dará a conocer el resultado de su consulta a la militancia. Entonces, Pablo Iglesias tendrá un "mandato popular" para exigir al PSOE que rompa con Ciudadanos, aseguró en rueda de prensa Íñigo Errejón, portavoz parlamentario.
En realidad, el "mandato popular" servirá simplemente para recubrir con democracia interna la posición que Podemos lleva manteniendo desde hace semanas.
La siguiente, desde el lunes 18 al martes 26, será la última hábil para negociar. Un comunicado sorpresa de la Casa Real así lo anunció a primera hora de este martes. El rey Felipe VI avanzó que tiene previsto convocar una ronda de consultas para los días 25 y 26 de abril. Esa ronda es constitucionalmente obligatoria antes de proponer un candidato a la investidura. Después, los plazos se dilatan varios días, porque contienen la convocatoria del pleno en el Congreso con 48 horas de antelación, el debate, la primera votación y una segunda y definitiva, también 48 horas después del primer intento. Para la última votación el tope es el 2 de mayo, pero la semana anterior se consumirá en los trámites.
No habrá investidura sin apoyos
Con el movimiento, el monarca pretende fijar el fin del reloj para la negociación política. Será el 26 de abril, cuando previsiblemente reciba a los líderes de los principales grupos políticos, aquellos que no han sido capaces de ponerse de acuerdo.
En el comunicado, el rey ha advertido de que no se prestará a designar candidato a quien no reuna los apoyos. Si en el caso de Sánchez tuvo sentido para hacer correr los plazos hacia la disolución de las Cortes, ahora Felipe VI no quiere que el Congreso sirva como de gran plató de televisión al servicio de los partidos.
El rey ha tomado la decisión de designar candidato sólo al que llegue con los votos bajo el brazo. "La finalidad de las consultas es constatar si, de la disposición que le trasladen los representantes de los grupos políticos con representación parlamentaria, S.M. el Rey puede proponer un candidato a la Presidencia del Gobierno que cuente con los apoyos necesarios para que el Congreso de los Diputados, en su caso, le otorgue su confianza; o, en ausencia de una propuesta de candidato, proceder a la disolución de ambas Cámaras". La cuenta atrás entra en su fase definitiva.