Horror vacui. El PSOE no esperaba que Podemos diese por rotas las negociaciones de Gobierno. Su anuncio de consultar a las bases, que cortocircuita las conversaciones, ha dejado al equipo negociador de Pedro Sánchez una inmensa y frustrante sensación de vacío. Tanto es así, que este domingo remitió a Pablo Iglesias una carta y un documento en el que dice al "estimado secretario general" que "habría un 70% de posibles puntos de encuentro si hubiésemos podido discutirlos". Según las cuentas de Ferraz, el PSOE y Podemos comparten 140 de las 200 medidas contenidas en el pacto con Ciudadanos.
El PSOE no vio venir el nuevo golpe de efecto de Podemos. En las filas socialistas fue visto como un nuevo intento de humillación. Muchos dirigentes tampoco se extrañaron, porque no es el primero, pero lo cierto es que el equipo negociador de Sánchez confiaba en que las negociaciones continuarían aunque nunca concluyesen con éxito.
Los planes de Sánchez han quedado en suspenso. La prematura ruptura de las negociaciones libera dos semanas que el PSOE pensaba ocupar negociando hasta la saciedad. La ruptura con Podemos y la imposibilidad de acercarse al PP, certificada por escrito por el Comité Federal de los socialistas, abren un período de incertidumbre y nervios.
"Está en un proceso de reflexión"
Esas mismas dos semanas han abierto otro período muy distinto en el entorno de Susana Díaz, la presidenta de Andalucía. Si hace unos días aceptó que se pospusiese el congreso interno del PSOE que debería haberse celebrado en mayo, el portazo de Podemos ha vuelto a poner en marcha un proceso de reflexión que la baronesa tenía previsto posponer hasta la noche electoral del 26 de junio, cuando probablemente se repetirán las elecciones.
"Está en un proceso de reflexión", asegura uno de los socialistas clave en su estrategia interna. Aunque el congreso del PSOE ya no sea una opción para asaltar el liderazgo interno y desplazar a Sánchez, el partido aún tiene que celebrar las elecciones primarias a la presidencia del Gobierno, obligatorias según sus estatutos. Así, Díaz tiene tres opciones: dar el salto ahora, esperar al resultado de las nuevas elecciones o seguir postergando, una vez más, una decisión que asegura tener tomada en privado pero que nunca se acaba de concretar.
La primera de esas opciones, competir en las elecciones primarias, tiene alguna ventaja adicional en estos momentos. La estrategia de Pedro Sánchez se ha demostrado fallida. No logró ser investido en el primer intento y desde entonces no ha logrado ningún apoyo más. El virulento golpe de efecto de Iglesias deja a Sánchez tocado, ya que se pasó semanas asegurando que el pacto era posible. Hace poco más de una semana, ante el Comité Federal [el órgano interno más importante entre congresos], Sánchez llegó a decir que estaba recorriendo "los últimos metros" hacia el acuerdo. Su equipo se ha mostrado optimista y en ocasiones eufórico porque creía haber logrado un paso decisivo: atraer a Podemos y a Ciudadanos a una misma mesa.
"Nada de eso funcionó y Susana puede decirlo ahora sin cortapisas. Ha estado muy bien que Sánchez haya negociado, pero ya lo ha intentado sin éxito. Es el momento de probar otra cosa y de salir a ganar", asegura otro de los socialistas cercanos a la presidenta andaluza.
El teléfono de Díaz vuelve a sonar
Según ha podido constatar EL ESPAÑOL, tras el portazo de Podemos, el teléfono de Díaz ha vuelto a sonar. Al otro lado estaban algunos barones clave y referentes del partido que siempre la han animado a dar el paso. Entre los dirigentes territoriales más partidarios de que Díaz reactive su campaña están Ximo Puig, presidente de la Comunidad Valenciana, y Javier Fernández, el de Asturias.
En unas declaraciones no muy claras, Puig aseguró estar de acuerdo con la vicepresidenta valenciana, Mónica Oltra, de Compromís, que sugirió que los candidatos que no han sabido llegar a un acuerdo no deberían presentarse de nuevo a las elecciones.
Otros dirigentes territoriales con los que Díaz tendrá que contar si quiere dar ya el salto a Madrid están más tibios. Se trata de Emiliano García-Page, presidente de Castilla-La Mancha, y Guillermo Fernández Vara, el de Extremadura.
Díaz podría reabrir la pugna interna exigiendo que se convoquen ya las elecciones primarias. Al fin y al cabo, el desenlace de las negociaciones parece estar bastante claro. La posibilidad es rechazada de plano por Ferraz, que sigue con su calendario inicial. "Las primarias se convocarán si se repiten las elecciones", asegura un alto cargo del PSOE. En otras palabras: no antes del 2 de mayo, fecha tope para elegir a un nuevo presidente. Hacerlo antes sería aceptar que no habrá pacto y también abrir la puerta a la competición interna, algo que Sánchez quiere evitar.
Es improbable que Díaz haga ningún tipo de movimiento público en los próximos días, que dedicará a consultar a unos y a otros. Sin embargo, a partir de la semana que viene y, sobre todo, cuando se agote el tiempo para un acuerdo político que nadie ve ya posible, Díaz tendrá la ocasión de aclarar de nuevo su futuro.
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