La detención de los principales responsables de Ausbanc y Manos Limpias ha dejado al descubierto una presunta red para extorsionar a empresarios bancarios a cambio de silencio judicial. Las pesquisas se centran en el empresario Luis Pineda, máximo responsable de Ausbanc y considerado por la Audiencia Nacional como el cabecilla de la presunta trama. Según la tesis de los investigadores, Pineda y otros de sus colaboradores -entre los que se encontraría el presidente del sindicato Manos Limpias, Miguel Bernad- tenían planeado utilizar sociedades en el extranjero para canalizar parte de los fondos sin ser detectados.
La Policía Nacional, que ha detenido a un total de 11 personas entre responsables de Ausbanc y directivos de Manos Limpias, considera que las dos asociaciones se unieron para exigir importantes cantidades de dinero a cambio de retirar querellas "presentadas contra empresas, instituciones y personas [...]". Ausbanc financiaba al sindicato Manos Limpias con la finalidad de ejercer presión, personándose como acusación popular bajo el amparo, para lograr así supuestos acuerdos colaborativos de publicidad.
Facturas falsas entre empresas
El juez Santiago Pedraz, encargado del caso, trabaja con la tesis de que Pineda y sus colaboradores enmascaraban sus ingresos tras las extorsiones con falsos contratos para incluir publicidad en las revistas de su grupo de empresas. "Paralelamente, para reforzar la presión contra las entidades financieras y lograr los acuerdos económicos pretendidos, Ausbanc utilizaba al sindicato Manos Limpias -al que además financia- para ejercer de acusación popular", explica la policía.
En 2007, un informe judicial ya revelaba estas prácticas. El dictamen fue encargado por el empresario Francisco Javier López Pérez, responsable de la firma financiera CreditServices, para defenferse de una denuncia presentada por Pineda. El dictamen, elaborado por el perito Miguel Gallardo, reflejaba la conversación mantenida y grabada entre Pineda y el responsable de la empresa financiera. En ella "Se aprecia que el demandante prefiere dar a entender (sin reconocer nunca lo que sabe que es delictivo) que llevarse bien con él puede costarle al demandado un mínimo de 150.000 euros al año. El objetivo reconocido en las conversaciones era llegar a facturarle 300.000 euros al año por suscripciones", refleja el documento, que se encuentra ya anexado a la investigación actual.
Flujos de Ausbanc a Manos Limpias
Los investigadores han encontrado "múltiples relaciones comerciales y de flujo de capitales" entre la entidad de Luis Pineda y la controlada por Miguel Bernad, además de otras empresas, con las que existía, según la tesis de los investigadores, una "apariencia de relación de servicios", que luego en realidad no existía. Según matizan las mismas fuentes "Todas las sociedades privadas que se estarían beneficiando estaban controladas por parte de los dirigentes de Ausbanc".