"El jefe soy yo y asumo toda la responsabilidad". Así asumía ayer el presidente de Ausbanc, Luis Pineda, su papel en el organigrama ante el juez de la Audiencia Nacional Santiago Pedraz. Efectivamente, los investigadores le han señalado como el máximo responsable de una organización criminal dedicada a extorsionar a empresarios, cajas de ahorros, bancos, y personas de distinta índole, como la infanta Cristina de Borbón.
Pineda no reconoció en ningún momento las extorsiones ni ningún otro tipo de comportamiento delictivo pero sí eximió de cualquier responsabilidad de lo que se esté investigando a cualquier otra persona. Probablemente, decidió hacer esa afirmación porque entre los miembros de Ausbanc detenidos se encuentra su mujer, María Teresa Cuadrado.
Según fuentes presentes en el interrogatorio consultadas por EL ESPAÑOL, Pineda, quien desde ahora pasará sus días en el centro penitenciario de Soto del Real, aseguró que él era quien tomaba todas las decisiones. Ahora bien, estas fuentes señalan que su declaración llegó a ser rocambolesca dado que, a pesar de todos los indicios expuestos y le preguntara el juez o fiscal lo que le preguntara, él se aferraba a su papel determinante en defensa de los consumidores.
Para Pineda, él lo único que ha hecho ha sido proteger y defender a los consumidores y luchar contra los abusos de los bancos. Pero no fue capaz de explicar frases dichas por el mismo, tal y como constan en las conversaciones telefónicas intervenidas, como por ejemplo: "Necesito tener la mochila cargada".
Bernad:"Me dejé asesorar"
En la pirámide de la organización criminal está Pineda, y justo debajo de él el secretario general de Manos Limpias, Miguel Bernad, para quien también ha acordado el ingreso en prisión incondicional. En su caso, el máximo responsable del sindicato cargó todas las tintas sobre Pineda. Aseguró que desconocía los comportamientos del presidente de Ausbanc y sostuvo que él se dejó asesorar.
Bernad está imputado de los delitos de extorsión, amenazas y organización criminal. A Pineda, además de estos delitos, se le imputan los delitos de estafa, administración desleal y fraude de subvenciones.
Del auto del juez se desprende que Pineda invirtió el dinero de las extorsiones, convertidas en publicidad a su revista, en la compra de inmuebles a su nombre, que luego eran alquilados como oficinas de Ausbanc. Además, a través de un entramado empresarial desvió ese dinero a países como Venezuela, Colombia, México o Estados Unidos. Y todo ello, bajo el paraguas de una asociación sin ánimo de lucro. Movió desde Ausbanc a otras sociedades suyas cerca de 7 millones de euros.
Pasaron de 2 a 3 millones por la infanta
Sin embargo, la investigación no dice lo afirmado por el secretario general de Manos Limpias. Respecto del asunto de la infanta Cristina, de la investigación consta que tanto Pineda como Bernad hicieron gestiones en paralelo. Por un lado, el jefe de Manos Limpias se puso en contacto con el subdirector general de la Asesoría Jurídica del Banco Sabadell para ofrecerle retirar la acusación de la hija de Juan Carlos I en el 'caso Nóos' a cambio de dos millones de euros, que se cobraría a través de una empresa de seguridad.
Esta afirmación la hizo el propio responsable del banco cuando fue a denunciarlo ante la Policía. Este encuentro lo sitúa en septiembre de 2015, aproximadamente. Seis meses después, es Pineda quien se pone en contacto con él para que le traslade al abogado de la infanta, Miquel Roca -vinculado al Banco Sabadell- que a partir de ese momento él es su interlocutor.
Tienen un encuentro el pasado 15 de marzo, una vez que la infanta ya había declarado como acusada en el juicio que se celebra en la Audiencia Provincial de Baleares. Según relató posteriormente Roca ante la Policía, acudió porque tenía "cierta curiosidad" por saber lo que le quería proponer. Así que Pineda se sentó delante de Roca y el directivo del Sabadell y les dijo que Manos Limpias estaba planeando cambiar su posición respecto de la infanta, pero que habían tenido muchos gastos procesales, que calculó en tres millones de euros.
En su auto, Pedraz hace constar una conversación entre Pineda y un miembro de Manos Limpias, 10 días antes de la reunión con Roca, sobre la abogada que lleva la acusación en el 'caso Noos', Virginia López-Negrete. Respecto del interrogatorio que le hizo a la infanta, Pineda sostuvo que se había pasado "pero bueno luego tendrá que plegar velas tío y punto". Y añade: "Hará lo que deba hacerse, no lo que le guste a ella, aparte de que su momento de gloria ya lo ha tenido".
Según el juez, esta afirmación deja entrever "cómo Virginia se tendrá que ajustar en la parte que afecta a la infanta Cristina en el caso Nóos a las directrices que le marquen, las cuales estarán encaminadas al archivo de la causa si Pineda logra un acuerdo económico que le satisfaga".
Cuatro chantajes en 6 meses
Los comportamientos mafiosos de Pineda eran 'vox populi' desde hace años en el sector bancario y en las asociaciones de consumidores. Sin embargo, hasta noviembre de 2015 no arrancó oficialmente la investigación. Desde esa fecha se intervinieron los teléfonos a los principales responsables de la trama, que lleva ya en total 14 imputados. En menos de seis meses, la Policía, la Fiscalía de la Audiencia Nacional y el juez Pedraz han detectado cuatro casos de extorsión, aunque sólo en uno de ellos se llegó a pagar.
Se trata del caso de Unicaja. Su presidente, Braulio Medel, fue imputado, a petición de Manos Limpias, por el caso de lo ERE de Andalucía. Una vez encausado, Pineda entró en acción.Le exigió un millón de euros a pagar durante el año 2016, camuflados a través de convenios de publicidad, a cambio de que el sindicato retirara la acusación contra él.
La Policía tiene grabadas las conversaciones, tanto de Pineda con el abogado de Manos Limpias, como con el secretario general de Unicaja. El acuerdo era que previo pago de 600.000 euros, Pineda haría llegar al secretario las preguntas que el abogado del sindicato le iba a hacer en su declaración como imputado, para que se las preparara y luego decir en el Juzgado que las explicaciones habían aclarado el asunto y solicitar el archivo de la causa. Es más, hay una conversación entre Pineda y Bernad en la que el primero le muestra su satisfacción "por lo bien que está encaminado para sus intereses el asunto de la comparecencia del presidente por el caso ERE".
"Misión cumplida"
Pero antes de hacer efectiva la retirada de la acusación, Unicaja debía ingresar los otros 400.000 euros a Ausbanc, en concepto de convenios y facturas por determinados servicios. Una vez hechos esos pagos, Pineda le hizo llegar al presidente del banco un sobre a su atención y con la frase "Misión cumplida".
Con esta entidad bancaria llego a fijar otro acuerdo, en un asunto que llevaba Manos Limpias en León. La estrategia iba a ser la misma. Cuando el secretario de Unicaja le reclama las preguntas, Pineda le dice: "Ya las tengo lo que pasa es que no terminas de enseñarme la patita". Para el juez, se refiere a que no termina de pagarle. Dos días después de esa conversación, en enero de este año Pineda queda a comer con el secretario del banco y le dice: "Yo necesito tener la mochila cargada" (en referencia a que necesita que pague lo acordado). "Cuando vaya a Sevilla te voy con la mochila cargada", le dijo el directivo de Unicaja.
Las otras dos extorsiones fueron, una, al Banco Sabadell, contra el cual Manos Limpias había presentado una denuncia y Pineda intentó que se retirara ésta a cambio de que la entidad rebaja la deuda a un constructor. La otra fue relativa al portavoz de otra asociación de consumidores, Facua, contra quien Manos Limpias se había querellado.
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