“Ante los continuos ataques a nuestra identidad que se han producido estos días en Valencia, que afectan a nuestro Estatuto de Autonomía y son de dudosa constitucionalidad, pedimos a los valencianos que se sumen a este acto en defensa de todo lo que nos une”. Fernando Giner, portavoz de Ciudadanos en la Comunidad Valenciana hacía de esta forma un llamamiento a la sociedad civil valenciana a concentrarse frente al Palau de la Generalitat “en defensa de la Constitución y del Estatuto”.
Entre los ataques a los que se refería, estaba la aparición de una bandera estelada colgada en lo alto de las simbólicas Torres de Serrano de Valencia. El llamamiento se hizo además en un momento en el que el nacionalismo valenciano está ganando espacios antes vetados a raíz del cambio de gobierno. Pero el acto, celebrado esta tarde, ha acabado en pinchazo. Apenas un centenar de personas ha acudido al llamamiento y la práctica totalidad de ellos eran cargos o miembros de C’s.
Detrás de la convocatoria está el intento de Ciudadanos por hacerse con un discurso históricamente utilizado por los populares valencianos para obtener rédito electoral: sacar la bandera del anticatalanismo. “Somos el único partido que actúa como dique de contención contra el nacionalismo en la Comunidad Valenciana”, ha dicho Alexis Marí, portavoz de C’s en el parlamento valenciano, durante la protesta.
El argumento ya lo dijo en la última sesión de control al presidente valenciano, el socialista Ximo Puig, al que interpeló por la “inacción” ante lo que consideraba injerencias de Cataluña y sobre las medidas tomadas para “defender y proteger” la cultura y las tradiciones valencianas. Puig le contestó diciendo que la “paranoia debe tratarse en el ámbito clínico y no en el político” y que pensar que hay un fantasma que quiere invadir la Comunidad Valenciana son “chorradas monumentales”.
Marí ha recordado estas palabras durante la protesta de este miércoles para destacar que dos días después apareció la bandera independentista catalana en las Torres de Serrano y hablar de la manifestación del pasado sábado por el 25 de abril (un acto en el que participan colectivos del nacionalismo valenciano y que contó con la presencia de dirigentes de la CUP y con miembros de Esquerra Republicana, Compromís y Esquerra Unida) como una “manifestación independentista”, criticar la cesión de la Diputación de la plaza de toros para los conciertos organizados por Acció Cultural del País Valencià (a la que se le vetó el uso del coso a partir del año 2000) y denunciar los “gritos de independencia” que se escucharon en la plaza.
PRESENCIA DEL DELEGADO DEL GOBIERNO
El PP valenciano, firme defensor y practicante del mismo discurso identitario y anticatalanista, mostró su “absoluto acuerdo” con el “fondo” de la concentración rechazó su participación. Días antes, el delegado del Gobierno, Juan Carlos Moragues, sí anunció su presencia, así que el PP dijo que todos aquellos miembros del partido que fueran lo harían “a título personal”. Finalmente, Moragues se ha personado junto a Eusebio Monzó, el edil independiente del Ayuntamiento de Valencia que se ha librado de la operación Taula, pero se han marchado cuando iba a comenzar el parlamento de los dirigentes de C’s.
Fernando Giner, el impulsor de la protesta, expuso durante el acto una idea que lleva tiempo defendiendo en tribunas y foros públicos: “Valencia está viviendo el mismo proceso de ingeniería social que sufrió Cataluña en los años 80”. Giner ha manifestado que se trata de un proceso nacionalista que, como está en el principio y no se nota, “se dice que no es para tanto”. “¿Qué pasaría si no hiciéramos este acto? El nacionalismo no puede seguir por este camino”. Giner defendió que el gobierno de Puig y, sobre todo, sus socios de Compromís, han iniciado un proceso de confrontación similar al ‘España nos roba’ por los continuos ataques al Estado por la falta de financiación, así como un proceso de inmersión lingüística similar también al realizado en Cataluña.
El acto lo ha cerrado la portavoz de C’s en el parlamento catalán, Inés Arrimadas, quien ha manifestado que han tenido que manifestarse en Valencia para “defender lo obvio” y que no hay que elegir entre “identidades y banderas”. Con la protesta, convocada la semana pasada y fijada un día después de las consultas para formar gobierno (con pocas o nulas expectativas), los de Albert Rivera han iniciado la precampaña. De hecho, el acto ha tenido más tintes de mitin callejero que de protesta. Y ha sido Arrimadas quien ha realizado un discurso más electoral defendiendo la “coherencia” de su formación frente a aquellos que “sumarán escaños pero no un proyecto firme”, en clara referencia a las confluencias.