Izquierda Unida ya ha puesto en circulación la pregunta con la que consultará a las bases si van o no de la mano con Podemos a la próxima cita con las urnas: "¿Aprueba una coalición electoral con Podemos y otras fuerzas de cara a las elecciones del 26J?". A esto es a lo que tendrá que responder la militancia telemática o presencialmente entre los días 2 y 4 de mayo. El sí, el no o la abstención serán muy abiertos. Difícilmente estarán todos los flecos del acuerdo cerrados para entonces, y algunos espinosos, como las listas y quién va en ellas. Ya hay un primer escollo: IU tiene claro que Alberto Garzón debe ir por Madrid. Podemos por ahora no le cede puesto en esa candidatura.
La importancia de esta consulta es que sí es vinculante (estarían convocados los 70.000 militantes y simpatizantes). Si la respuesta resultante es no, se darán por concluidas las negociaciones automáticamente con Podemos. IU expone que lo que se acuerde debe garantizar el reconocimiento mutuo, el respeto de identidades, la federalidad y que se trata de una coalición. Tal y como recoge el texto que justifica la consulta, eso se traduce en que se debe reconocer que son “fuerzas políticas distintas”, se debe garantizar la “visibilidad” de cada una “en campaña y en el posterior espacio institucional y político que sea resultado del proceso electoral”, y que se respete la "propia identidad" de cada una en sus programas y liderazgos.
Pese a lo abierta que será la consulta a la militancia, IU tiene dispuesto un último filtro más. El resultado de la consulta deberá ser ratificado, y ya con el acuerdo de las dos formaciones en todos sus términos, en el consejo político federal (es el máximo órgano de decisión de IU entre asambleas) que se celebrará previsiblemente el próximo 7 de mayo. La fecha estará al límite legal para que las dos formaciones se registren ante el Ministerio de Interior, ya que es el día 13 cuando se cierra el plazo para inscribir coaliciones electorales.
Listas por Madrid: Garzón y Errejón
Aunque las dos formaciones insisten en que nombres y listas no son lo prioritario, que lo más importante es el encaje global de la confluencia que negocian los secretarios de Organización de Podemos e IU, Pablo Echenique y Adolfo Barrena, respectivamente, lo cierto es que IU está presionando por colocar a Garzón en Madrid desde el primer momento.
Lo ha hecho él mismo, tras su última reunión con el Rey y después en el Canal 24 Horas de TVE. “Me gustaría ir por Madrid porque soy el referente de IU, Pablo es el de Podemos, y si hay una confluencia no cabe ninguna duda que por correlación de votos la referencia de esa confluencia conjunta sería Pablo Iglesias, pero lo natural es ir por Madrid”, recalcó la noche del jueves en la televisión pública. Acto seguido también puntualizó que de esto no iba a hacer “una pelea de nombres, apellidos y números”.
También ha tomado posición la federación más importante de la formación de izquierdas, Andalucía. Su coordinador regional, Antonio Maíllo, ha dejado claro esta semana que Garzón “por sensatez” debe ir por Madrid porque es el representante federal de IU y el candidato a la presidencia del Gobierno, y por eso es el lugar “que le toca”.
Si por resultados electorales de IU el pasado 20D es obvio que Garzón no puede ir como número uno, porque le corresponde a Iglesias, y como segundo tampoco por ser lista cremallera, la única opción es el número tres, el puesto que el 20D ocupó el secretario Político de Podemos, Íñigo Errejón.
A la espera de un gesto
La única respuesta hasta el momento de la formación morada es un no y la ha dado el propio Iglesias, asegurando que no contempla otro escenario en el que Errejón no sea el número tres. El argumento empleado es que quien de nuevo será director de campaña es uno de los “valores fundamentales” de Podemos.
En IU quieren ver que tras esa firmeza lo que hay es una clave interna de Podemos: Iglesias intenta aplacar las discrepancias entre ambos y, sobre todo, escenificarlo ante las bases y el electorado. En IU aguardan un gesto de generosidad y que Errejón ceda a Garzón su posición. Esperan que eso sea así, porque estos detalles no son tan insignificantes. Fue precisamente uno de los puntos de fricción en la negociación fallida del pasado 20D: Podemos ya quiso desplazar a Garzón a la candidatura de Málaga, provincia a la que está ligado familiarmente y donde ha residido.
Por otro lado, que Garzón fuera cabeza de lista por Málaga también entraña otro problema, aunque menor. El candidato de Podemos el 20D fue curiosamente el profesor de la Universidad de Málaga Alberto Montero, quien abrió la puerta a Errejón para optar a un contrato como investigador, financiado por la Consejería de Fomento, pero que al no trabajar en Málaga y por compatibilizarlo con cobros por asesorar a la formación morada, le supuso un expediente informativo y luego sancionador de esta universidad. Montero ya se ha adelantado a su posible desplazamiento y ha advertido que le gustaría repetir como número uno por esta provincia porque fue un “honor”, pero de no ser así, tampoco ha querido darle mayor importancia anteponiendo el interés general al personal.