Todos lo dan por hecho, pero no va a ser fácil. Podemos e Izquierda Unida/Unidad Popular todavía no han empezado a negociar para concurrir juntos a las más que probables elecciones generales del próximo 26 de junio. Los líderes de ambas formaciones han apostado claramente por la necesidad de una confluencia para los comicios. Y cunde la sensación de que habrá alianza entre Pablo Iglesias y Alberto Garzón. Sin embargo, existen varios escollos para que haya pacto.
Diferentes fuentes de Podemos exponen que hay tres puntos que no serán fáciles de soslayar. Amén de las conocidas dudas de Íñigo Errejón y sus afines sobre la confluencia, la elaboración de listas electorales conjuntas, las reticencias de la vieja guardia de Izquierda Unida y el debate sobre las siglas de los dos partidos son los principales obstáculos. El propio Garzón admitía este lunes en el Congreso de los Diputados que la negociación "no va a ser sencilla", pero se mostraba esperanzado en que serán capaces de ponerse de acuerdo para intentar "ganar las elecciones" juntos.
1. La compleja elaboración de las listas. Que dos organizaciones políticas se pongan de acuerdo para concurrir a unas elecciones conlleva, por fuerza y lógica, que también pacten sus candidaturas. En el caso de Podemos, que logró 69 escaños junto a sus confluencias el 20-D, y Unidad Popular, que solo obtuvo dos, se antoja cuanto menos complejo articular listas unitarias. ¿Cómo será el reparto de poder en las planchas electorales? La respuesta no es nada sencilla, según fuentes de Podemos, que sin embargo confían en que este no será un obstáculo insalvable.
Iguales, pero con resultados dispares
En los últimos días, Alberto Garzón ha hablado una y otra vez del "mutuo reconocimiento" entre su formación y Podemos, que deben tratarse "como dos iguales". No obstante, si se tienen en cuenta los resultados de las anteriores elecciones, parece evidente que Podemos debería copar más puestos en las candidaturas. El propio líder de IU se refería a esta cuestión este lunes al dejar entrever que él mismo debería ir en las listas por Madrid. ¿Qué puesto debería ocupar? Son incógnitas que, como dijo Garzón, tendrán que resolverse en el curso de unas negociaciones que previsiblemente comenzarán el 3 de mayo, una vez que se hayan convocado las elecciones.
Eso sí, no puede perderse de vista, matizan las citadas fuentes, que en algún territorio como Galicia ya hubo listas conjuntas de Podemos, IU y otros partidos el 20-D. "Hubo problemas para conformar las candidaturas, es cierto, pero el resultado final fue buenísimo y con eso hay que quedarse, el debate no debe ser por los puestos de salida", aducen.
2. Las reticencias de la vieja guardia de IU. Este escollo sí preocupa, y mucho, a las fuentes de Podemos consultadas. No es ningún secreto que los más veteranos de las diferentes corrientes de IU, como Cayo Lara y Gaspar Llamazares, dudan sobremanera sobre las intenciones de Podemos. Ellos y otros correligionarios han comentado en numerosas ocasiones que los líderes del partido de los círculos solo pretenden fagocitarles. Esa desconfianza no se ha esfumado, ni mucho menos.
"Queremos mantener nuestra autonomía"
No obstante, Garzón también abordó este espinoso asunto en su comparecencia del lunes tras verse con Felipe VI. Y dejaba claro que su intención es destacar en campaña su independencia respecto a Podemos pese a que haya un acuerdo entre ambos. Así, remarcaba que "Unidad Popular es una fuerza electoral distinta, queremos mantener nuestra autonomía, habría actos comunes e individuales en la campaña; cada uno preservaría su identidad".
"Habrá siglas de IU a lo largo de toda la campaña y a lo largo de todo el país, porque IU tiene una vigencia enorme", remachaba Garzón, en lo que parecía un mensaje tanto en clave externa (hacia Podemos) como interna (hacia sus compañeros más reticentes al pacto).
3. El eterno debate sobre las siglas. La afirmación anterior entronca con el que quizás es el problema más complejo de todos los que ponen en peligro un posible acuerdo y quizás engloba a los otros dos escollos mencionados: el eterno debate entre Podemos e IU sobre las siglas. En la dirección de Podemos, en general, y entre los errejonistas, en particular, siempre se ha abogado por aceptar una unión con IU si Garzón y los suyos asumían una condición indispensable: renunciar a sus viejas siglas.
Este extremo resulta inasumible para IU/Unidad Popular precisamente porque sus dirigentes consideran que la desaparición de sus siglas supondría, de facto, su hundimiento definitivo como coalición de izquierdas. Errejón y los suyos, que confían ciegamente en la tan mentada "transversalidad", defienden una huida de la vieja dicotomía entre derecha e izquierda. Su apuesta es superar esa división y establecer otra entre "los de abajo y los de arriba", sin apellidos ideológicos que puedan atemorizar al potencial votante que está harto de PP y/o PSOE.
Las papeletas, clave
Donde más y mejor se pueden ver estas diferencias entre los partidos liderados por Iglesias y Garzón es en las papeletas electorales. La gran duda fue antes del 20-D y es hoy también si las siglas de IU deben ir o no en las papeletas. Y, por ende, ¿deberían estar las de Podemos si sus socios aceptasen que no fueran las suyas? ¿Acaso la solución sería articular una candidatura común con un nuevo nombre, al estilo de Ahora Madrid en la capital de España? ¿Aceptarían, en ese caso, los líderes de Podemos quedarse sin su marca a nivel nacional? Dudas que, como se ha dicho, no tienen respuestas sencillas y entorpecen una negociación que se antoja complicada.
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