La versión de la Generalitat sobre el encuentro fallido entre Carles Puigdemont y el presidente de la Comisión europea, Jean-Claude Juncker, sigue sin coincidir con la que ofreció el lunes la portavoz comunitaria Mina Andreeva.
La portavoz del Govern, Neus Munté, ha insistido este martes que su gabinete no solicitó una reunión con Juncker, sino que se comunicó la presencia del president en Bruselas por “corrección institucional” . La portavoz ha explicado que el motivo del viaje de Puigdemont era una invitación formal de presidente de Flandes “para conocer la realidad social y política del país” y que “en ningún caso” Puigdemont viajó a Bruselas con intención de mantener un encuentro con cargos europeos.
La portavoz de Juncker afirmó el lunes que el Govern contactó a su gabinete y que se le respondió que no podía fijar un encuentro con el presidente de la Comisión por motivos de agenda. Horas antes, Puigdemont había explicado a los medios que no había buscado ningún encuentro porque el motivo del viaje era otro.
Munté ha asegurado que, en todo caso, la dificultad fue de agenda y no política y se ha mostrado confiada en que si el Govern se lo propone sí se celebrará esa reunión. “En el caso de que hubiese voluntad por nuestra parte estoy segura de que encontraríamos la manera de hacerla”, ha remachado.
A pesar de la negación del Govern, el expresident Artur Mas afirmó el lunes por la tarde que Juncker no recibió a Puigdemont por las “presiones muy fuertes” que ejerce el Estado sobre la acción exterior de la Generalitat. “Utilizan todas las armas que tienen a su alcance para presionar a todo el mundo de mala manera para evitar que los catalanes soberanistas seamos escuchados”, aseguró el expresident.