“Es obvio que las señoritas están en su derecho de alardear de ser putas, libres, bolleras o lo que quieran ser, pero esa conducta realizada en un altar (…) implica un ánimo evidente de ofender”, ha dicho el fiscal sobre Rita Maestre y su desnudo en la capilla de la Universidad Complutense de Madrid. La portavoz del Ayuntamiento de la capital ha evitado enjuiciar estas palabras, pero ha dejado caer: “El nivel de los comentarios dicen más de quien los escribe que de quien habla”.
Tras este silencio implícito de Maestre, Ahora Madrid la ha defendido en Twitter: "Somos putas, señoritas, bolleras, pescaderas... Seguimos siendo las brujas que no pudisteis quemar. Libres".
Maestre fue condenada a una multa de 4.320 euros por quedarse en sujetador en el templo universitario. Su abogado recurrió esta decisión y pidió al juez que absolviera a Maestre al considerar que “esta protesta pacífica” se encuadra en el derecho a la libertad de expresión. Ahora, el fiscal ha pedido que la condena permanezca y que la también miembro de Podemos pague lo estipulado por el magistrado en primera instancia.
"Es un templo y no una playa"
Presumir de “violenta, bollera, puta, libre y lesbiana” en una capilla, explica el ministerio público en este escrito adelantado por La Razón, no puede incluirse en lo relacionado con la libertad de expresión, tal y como pide la defensa de Rita Maestre.
De ahí que el fiscal considere legítimo “alardear de ser putas”, pero no en una capilla. Sus argumentos estriban en el lugar del hecho, y no en el desnudo en sí. Mostrar el torso desnudo o el sujetador en un lugar sagrado para los católicos, escribe, “implica un ánimo evidente de ofender”. En este punto, Maestre -como ha dicho en varias ocasiones- ha negado la mayor: “Nunca tuve la intención de ofender”.
El fiscal, como hizo el juez, ha incidido en la actitud “activa y consciente” de Maestre para insistir en la condena: “En la playa es normal estar sin sujetador para broncearse todo el cuerpo, pero era un templo, y no una playa”.
También ha comparado el desnudo de la capilla con un hipotético destape en el pleno del Ayuntamiento, lo que hubiera constituido “una falta de protocolo”.
Además, el fiscal ha dejado un recado para las organizaciones participantes en aquella protesta: “Es un ejercicio lamentable que grupos pretendidamente liberales y progresistas quieran imponer sus ideas por la fuerza atacando a quienes no les han atacado. Es un ejercicio de cinismo pretender amparar esa conducta en la libertad de expresión”.