Valencia

Osman, el niño refugiado afgano de siete años con parálisis cerebral ya está siendo tratado en el Hospital de La Fe de Valencia. Llegó anoche tras ser trasladado por carretera desde Barajas y entró en el hospital sonriente, lanzando besos a la gente y saludando. Fue ingresado a las 1.48 horas de la madrugada y ya ha sido sometido a unos primeros análisis. “Está tranquilo y estable”, ha indicado la doctora Gemma Ochando, responsable de la Unidad del Niño Internacional de este centro hospitalario, uno de los pocos que cuenta con esta atención especializada en niños migrantes. Son solo las primeras valoraciones a la espera de los resultados médicos y más pruebas. “Está bien, tiene una pequeña anemia de proceso leve, pero está bien”, ha recalcado la doctora.

El pequeño Osman pasará unos días ingresado para ser sometido a todas las pruebas necesarias y determinar el tratamiento que deberá seguir para mejorar su calidad de vida. Su padre, Ata Mohammad Ahmad, no ha escondido su alegría. “Estoy muy agradecido. Ahora entiendo cómo las personas de verdad tratan a la gente y en España le han tratado perfectamente. Nunca podré llegar a compensar todo lo que están haciendo”, ha dicho esta mañana en rueda de prensa.

Ata, el joven padre de Osman, le ha estado acompañando durante toda la noche.  Esta mañana ha comparecido en rueda de prensa junto a la consellera de Sanidad, Carmen Montón, el representante de la ONG Bomberos en Acción, Joaquín José Ruíz, el coordinador de CEAR Valencia, Jaume Durà, y la doctora Ochando. Llevaba puesta una camiseta de la ONG que les ha estado ayudando desde que les encontraron en el campo de refugiados de Idomeni. “Teníamos que trasladarle porque podía correr riesgo su vida”, ha dicho Ruíz. Ellos le atendieron en el campo y les ayudaron a mejorar sus condiciones a golpe de palé. Con estas tablas les construyeron una especie de caseta para abandonar la tienda, una capilla,  les llevaron ventiladores… Hasta que Osman sufrió una crisis epiléptica y se iniciaron todos los trámites para intentar trasladarlo a España. Pesaba 7 kilos y su vida pendía de un hilo.

Ahora pesa once kilos. La doctora Ochando ha hablado de una evidente desnutrición causada por la vida en el campo de refugiados pero también por su enfermedad crónica.

LA ODISEA DE OSMAN DESDE AFGANISTÁN

El viaje de Osman hasta llegar a Valencia para ser tratado es toda una hazaña. Ata, su mujer, Osman y sus dos hermanos de ocho y nueve años vivían en Kandahar, al sur de Afganistán. La situación de crisis, guerras internas, disputas civiles… fue el desencadenante de la huida del país. “El principal motivo para salir era Osman”, ha dicho su padre. Así que un día iniciaron la marcha. Ata condujo a toda su familia llevando al pequeño Osman siempre en brazos y llegaron hasta Irán mitad a pie, mitad en coche.

De allí a Turquía. De Turquía intentaron llegar en barco a Grecia y casi no lo cuentan porque el barco se hundió. “Estuvimos tres horas nadando”, ha relatado Ata. Cuando fueron rescatados no le encontraban a él ni a sus hermanos. Estaban perdidos. Finalmente, dieron con todos. Osman había tragado tanta agua que tuvo que ser hospitalizado. Estaban en una ciudad fronteriza de Grecia. “No teníamos nada, vivíamos en una especie de tienda”. Hasta que se encontraron con los médicos españoles. “En Grecia, los españoles nos han ayudado mucho”, dice Ata. Y a partir de ahí comienza la lucha de Bomberos en Acción ya conocida.

Los dos hermanos mayores también están desde primera hora en el hospital de La Fe. Ellos dos serán atendidos esta tarde para comprobar su estado de salud, pero también el emocional. Los padres serán los últimos en recibir atención sanitaria. “Mis hijos están muy contentos, muy felices”, ha querido resaltar Ata.

La consellera de Sanidad ha apuntado que, por el momento, están con las pruebas analíticas básicas y será después cuando comience el tratamiento más específico que necesita Osman. “Más adelante recibirá el tratamiento encaminado a mejorar su calidad de vida”, ha apuntado.

La familia pasará las primeras semanas, incluso meses, en el Centro de Atención a Refugiados de Mislata, en Valencia. Pero después podrían trasladarse a vivir a Elche. Esta ciudad alicantina ha ofrecido  un piso para la familia. Aunque Ata Mohammad ha apuntado este miércoles que irán allí donde haya trabajo, de lo que sea.

"CUANDO SE QUIERE, SE PUEDE"

El de Osman es un claro ejemplo de que “cuando se quiere, se puede” salvar las trabas burocráticas que están impidiendo la llegada de refugiados. Así lo han indicado desde la ONG, desde CEAR y desde la Consellería de Sanidad. “Ha sido un ejemplo de colaboración entre administraciones y organizaciones,  nos gustaría que este marco de colaboración pudiera continuar con la acogida de más refugiados. Estamos esperando con los brazos abiertos”, ha dicho Montón.

Jaume Durá, de CEAR Valencia, ha indicado que la sociedad civil está más que dispuesta a acoger y que son muchas otras familias las que necesitan ayuda como para poner fin a las trabas burocráticas. “Estamos muy contentos porque este caso es un ejemplo de que cuando se quiere, se puede”, ha dicho.

 

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