Un beso entre dos personas del mismo sexo desafió este sábado al más de un millar de personas que acudieron a la manifestación neonazi que se celebró en el centro de Madrid. En mitad de una gran tensión entre los manifestantes del colectivo de ultraderecha Hogar Social Madrid y los vecinos del madrileño barrio de Malasaña, dos jóvenes se besaron de manera simbólica para mostrar su “repulsa” a una concentración en la que se corearon vivas al dictador Francisco Franco y se gritó “españoles sí, refugiados no”.
EL ESPAÑOL ha podido hablar con David Fernández y Gregor Eistert, la pareja protagonista del beso, que surgió “de forma totalmente espontánea, fruto de la rabia”, después de que una manifestante les llamase “maricones y sidosos” mientras contemplaban, cogidos de la mano, en la plaza del 2 de Mayo la manifestación.
“No recordábamos que se iba a celebrar la protesta y como un sábado cualquiera, fuimos a buscar una terraza por el centro, cuando nos encontramos un fuerte despliegue policial”, explica Fernández, madrileño de 23 años que trabaja como profesor particular de inglés.
Estaba junto a Eistert -”no sé cómo definir nuestra relación, bueno somos algo más que amigos, pero no novios”- sentado en la terraza de la céntrica plaza cuando observaron cómo los propietarios de los bares empezaron a plegar las mesas y sillas exteriores de sus locales: “Nos extrañó y nos acercamos a preguntar”.
En esos momentos, la cabecera de la manifestación llegaba a la plaza y decidieron quedarse sentados en un parque infantil del lugar agarrados de la mano. “Una señora que se puede ver en la izquierda de la fotografía que se está viralizando empezó a llamarnos de todo: maricones, enfermos, sidosos, etc”.
“No me lo pensé, fue fruto de mi rabia. Cuando escuché eso cogí a Gregor y empecé a besarlo. Fue un buen rato. A la vez escuchaba gritos e insultos por nuestra condición sexual”. recuerda.
Interrumpidos por la Policía
El encargado de interrumpir el acto de protesta de los dos homosexuales fue un agente de Policía desplegado. Como se puede ver en un vídeo grabado por la periodista Esther Rubio, es un policía quien corta de raíz el beso (peineta incluida por parte de Fernández hacia los manifestantes) con un empujón. “Ya está bien, hombre, ya está bien, eh”, les reprocha el agente.
Ante esta acción, las personas que rodeaban a los dos chavales reprendieron al policía entre gritos y abucheos.
Pizarro, que estaba a su lado en el momento del beso “por casualidad”, explica que cuando comenzaron a besarse los neonzais concentrados en la plaza del 2 de mayo de Madrid se acercaron a la esquina donde se encontraban para rodearlos. Fue entonces cuando el antidisturbios comenzó “a empujones a sacarnos a todos de allí”.
Según relata Pizarro a este periódico, los vecinos de Malasaña -a los que previamente la Policía había recomendado quedarse en sus casas y cerrar los comercios- censuraron la acción policial con gritos “vergüenza, vergüenza” y, tal y como relata, pidieron a las fuerzas de seguridad que “echaran de la plaza a los neonazis y no a los chicos: “A ver si no tenemos derecho a estar en un parque o a besarnos con quien queramos”.
En defensa de la agente, hoy domingo, Fernández considera que era “más fácil sacar a cinco personas pacíficas de la plaza que a 800 violentas”, pero admite que, en ese momento no lo entendía: “No llegaba a comprender cómo nos echaban de la plaza cuando los que estaban cometiendo un delito de odio eran ellos”.