En el despacho del decano del Colegio de Arquitectos de Madrid, José María Ezquiaga, descansa en un retrato Secundino Zuazo, su homólogo en tiempos de la Segunda República. Señorial, americana seria y grandota, este arquitecto pensó de la mano de Indalecio Prieto un boceto para los Nuevos Ministerios. “Estas obras luego se continuaron con el franquismo”, dice el actual decano. “¿Cómo no se van a poner de acuerdo las administraciones por ser de signos políticos distintos?”.
“Estimada Ministra, estimada alcaldesa y estimada presidenta”. El COAM ha enviado la misma carta a Carmena, Pastor y Cifuentes. En la misiva, se ofrece a mediar para sacar un proyecto adelante y prolongar la Castellana.
Ezquiaga considera “irrenunciable” iniciar las obras y ha hablado de la estación de Chamartín como el punto mejor conectado de España. “Es muy necesario actualizarla y reformarla para que los trenes de alta velocidad pasen también por allí, y no sólo por Atocha”.
"No seremos abogados de nadie"
El decano del Colegio ha prometido que no será “abogado de nadie” en las negociaciones y ha lamentado que todo movimiento que hagan será interpretado como “escorarse hacia uno u otro lado”. En cualquier caso, y aunque ha procurado ser aséptico en sus explicaciones, Ezquiaga ha asegurado que, en este momento, “no se puede hacer nada sin contar con el BBVA”.
DCN -inversor formado por BBVA y constructora San José que propuso un plan para dejar en Madrid 6.000 millones de euros- ostenta los derechos de explotación de más del 60% de los terrenos. “Los obtuvo en un concurso muy antiguo, pero los conserva, y sin contar con ellos no se puede hacer nada. Por eso, pediremos que no se excluya a ninguna de las partes”, ha dicho Ezquiaga.
El decano del Colegio, expresivo y con una libreta a mano en todo momento, ha pedido colaboración a los medios de comunicación para informar de un asunto “tan complejo” como la operación Chamartín. “Organizaremos mesas y exposiciones. Ojalá consigamos debatir con datos, y no con ideologías”.
"Existe un riesgo de ruptura total"
“Somos sociedad civil y uno de los objetivos del Colegio también es defender la ordenación de la ciudad”, ha justificado. Ezquiaga considera que la situación ha alcanzado un riesgo de “ruptura total” y, por eso, ha intervenido el COAM. “No podíamos ser testigos mudos”.
“Vemos el riesgo de que la operación se frustre. Trabajaremos en pro de que salga adelante. Veremos si aceptan nuestro ofrecimiento, pero aunque no lo hagan, si sale, habremos ganado”, ha afirmado el decano.
Hasta ahora, las tres administraciones implicadas habían entrañado un consorcio, pero la unión se ha roto y existen dos bandos bien delimitados: el Ayuntamiento por un lado y la Comunidad con Fomento en el otro. El COAM tratará de ponerlos de acuerdo. Si le dejan.