Varios agentes de la Guardia Civil se personaron ayer en la cárcel de Botafuegos de Algeciras para comunicarle a Antonio Ojeda, más conocido como Juan El Rubio, que le imputaban los delitos de detención ilegal y homicidio de Yeremi Vargas, el niño desaparecido en 2007 en el barrio de Vecindario (Gran Canaria).
El Rubio tiene 56 años y hasta que fue trasladado hace meses a Algeciras residía desde hace nueve años a escasos cinco kilómetros de la familia del menor desaparecido. Está en prisión preventiva en Botafuegos de manera preventiva hasta que se dirima el proceso por el que se le acusa de abusos sexuales a otro menor en 2012.
No es el primero de sus antecedentes policiales. El Rubio en 1988 agredió a un agente de la Policía y en 2005 fue condenado por violencia de género tras ser denunciado por su mujer.
El sospechoso fue una pieza clave durante las primeras investigaciones del caso Yeremi, y es que llegó a interponer una denuncia porque en su opinión tenía "muchos datos que aportar".
Es el propietario del coche Renault 5 blanco que se buscaba por su posible relación con la desaparición del menor.
La madre de Vargas, Ithaisa Suárez, ha reconocido en la mañana de este miércoles que no conocía personalmente al imputado. "Creo que Yeremi tampoco lo conocía", ha admitido durante una entrevista en Antena 3.
Precisamente esta cadena, en marzo de 2015 (meses antes de que entrara en prisión preventiva) entrevistó a Ojeda en el barrio de chabolas donde residía. Durante la charla con la periodista se puede observar cómo concurre en numerosas contradicciones y lapsus línguae, que han podido servir a los agentes para atar flecos en esta última parte de la investigación.
Así, afirma que la Guardia Civil lo toma "por loco" mientras que él se considera "cooperante". No obstante, por su discurso se puede apreciar cómo se siente molesto por las líneas de investigación que estaban llevando en ese momento las fuerzas de seguridad.
Recuerda cómo un agente le preguntó si reconocía el Opel Corsa que estaba en la plaza en la que desapareció Yeremi y él le contestó: "No era un Corsa, era un Renault 5 blanco y era yo".
Posteriormente, El Rubio asegura que fue testigo de cómo raptaban a Yeremi en una parcela privada que pertenece al Cabildo: “Estaba tirado en el suelo con su tía, una mujer rubia”. “Les pregunté por qué estaba el niño llorando”, aseguró.
Ayer cuando los agentes se personaron en Botafuegos, tras leerle sus derechos e informarle de su imputación, El Rubio negó todo. Ahora está por ver si comenzará a colaborar con los agentes para esclarecer el caso casi diez años después de la desaparición.