El expresidente Felipe González y el presidente del Grupo Prisa, Juan Luis Cebrián, han comparecido juntos este jueves en una sala abarrotada de periodistas sin dar explicaciones sobre su escándalo compartido con el empresario iraní Farshad Zandi.
Este ha sido el primer acto público de González desde que El Mundo reveló hace unos días la ayuda que el expresidente del Gobierno prestó a Zandi para poder instalar en Sudán del Sur su petrolera Star Petroleum. Más tarde, Zandi, que está siendo investigado por Hacienda por evasión fiscal, donó a Cebrián un paquete de acciones de esta petrolera por valor de seis millones de euros.
José Manuel García-Margallo, el ministro en funciones de Asuntos Exteriores, ha arropado a González y a Cebrián en la Casa de América, un edificio oficial del Gobierno, para hablar de Venezuela. Los monólogos de González y de Margallo han sido dirigidos por Cebrián, que ha planteado las preguntas. El presidente de Prisa ha formulado las referidas a Venezuela y también ha actuado de intérprete de las preguntas de la prensa sobre Podemos. No ha habido ocasión de dirigirse a los intervinientes a mano alzada.
Zandi es una figura que une a González y al presidente de Prisa. El exjefe del Gobierno español intercedió personalmente a favor Star Petroleum en varias reuniones con ejecutivos de Sudán del Sur y el Chad celebradas en las oficinas de Zandi en Madrid. González no dudó en posar con ministros del Chad para celebrar un contrato adjudicado a la compañía del iraní para la exploración y producción de hidrocarburos en el país africano, tal y como publicó El Confidencial.
González también se volcó con Zandi en Sudán del Sur para conseguir un suculento contrato de explotación. Se trataba del llamado Bloque E, un yacimiento de 45.000 kilómetros cuadrados con entre 500 millones y 2.000 millones de barriles de petróleo. El coste de extracción estimado era de apenas ocho dólares por barril.
El expresidente grabó un vídeo en el que definía al iraní como "un creativo irrepetible". Pero no sólo eso. Según reveló El Mundo, González firmó en 2009 sendas cartas dirigidas a los presidentes de Sudán del Norte, Omar Al-Bashir, y Sudán del Sur, Salva Kiir, para facilitar que Zandi se hiciera con el yacimiento. La carta se envió seis meses después de que la Corte Penal Internacional ordenara el arresto de Al Bashir por crímenes de guerra y delitos de lesa humanidad. Las gestiones salieron bien. Zandi consiguió el contrato, que la guerra civil y otras complicaciones todavía no le han permitido explotar.
El amigo Cebrián
Los mismos lazos han unido a Zandi con Cebrián. El iraní regaló un 2% de Star Petroleum, valorado en 6 millones de euros, al máximo dirigente de Prisa. Posteriormente, Cebrián recibió un 4,9% adicional de la compañía, valorada en 300 millones de euros. El contrato, según reveló El Confidencial, permitirá a Cebrián fraccionar la cantidad total de 14,69 millones de euros entre 2016 y 2018 a una offshore de Zandi en las Seychelles.
Star Petroleum, fundada en 2005, tiene sede en Luxemburgo y sus propietarios son varios empresarios ligados al PSOE. La empresa aparece en los llamados papeles de Panamá. Zandi usó el despacho de Mossack Fonseca para ocultar la titularidad de sus accionistas. Hacienda también está investigando a Zandi. Hace unos días registró su casa. Los técnicos de Hacienda creen que el iraní simuló vivir en el extranjero para evitar tributar por sus numerosas sociedades en paraísos fiscales.
Solo periodistas
Nada de esto se comentó en la Casa América. El cuarto invitado, el venezolano Luis Vicente León, presidente de una empresa de datos, ha intervenido menos que González y Margallo. Según Cebrián, al ministro del PP y al expresidente del PSOE les une el protagonismo en la Transición así como el deseo de ayudar a Venezuela de salir de la dramática situación en la que se encuentra.
Altos cargos del ministerio de Asuntos Exteriores y de Prisa han ocupado la primera fila. Las tres siguientes, todo periodistas y apenas los embajadores de Portugal y Hungría. Prisa y Casa de América convocaron esta semana con premura el evento. Los intervinientes, que han hablado durante dos horas, han insistido en que no han debatido sobre Venezuela porque España está en campaña electoral. La conclusión ha sido resumida así por Cebrián: “En Venezuela la negociación es posible pero no probable”. No han descartado un caracazo, en referencia a la explosión social que se produjo en Caracas en 1989 bajo el gobierno de Carlos Andrés Pérez, gran amigo de González, y han pedido diálogo ya “porque no hay tiempo”.
UNA PEQUEÑA GRAN COALICIÓN
Una vez despachada Venezuela, Margallo y González han hablado de política nacional. González ya no cree en una gran coalición que ve “cada vez más pequeña”. Margallo defiende que hay que elegir entre un bloque constitucionalista y otro rupturista". Los dos recelan de la llegada al poder de Podemos. Así habló González de la formación emergente: "Me parece absolutamente legítimo que Podemos incluya en su programa electoral un referéndum revocatorio. Aunque yo no lo comparto. A mí me parece tan legitimo como aspirar aun gobierno comunista. ¿Que los dirigentes de Podemos creen que tienen que hacer la política bolivariana? Tienen legitimidad para hacerlo. Lo malo sería que no lo dijeran”.
González ha sido con gran diferencia el que más ha hablado. "Será más fácil que haya investidura a que haya un gobierno que gobierne", ha dicho, a lo que le ha replicado Margallo: "Aquí no se trata de una investidura, sino de un gobierno que gobierne". Entre risas ha concluido el ministro: “Aquí solo hay dos opciones: Partidos constitucionalistas o rupturistas. O nos ponemos de acuerdo los constitucionalistas o yo sigo en funciones hasta 2020”.