A cinco días de la cita con las urnas, Mariano Rajoy ha presidido un desayuno-mitin y ha sido muy contundente. Su intención es presidir un gobierno en coalición con el PSOE y, si los socialistas no lo apoyan, lo intentaría solo. Sin embargo, tiene claro que a pesar de encabezar la lista más votada no acudiría al Parlamento a pedir el respaldo de las Cámaras si previamente no ha cerrado un pacto con otras fuerzas parlamentarias. "A la investidura se va a ser investido", ha reconocido ante 250 personas.
El líder del PP ha vuelto a poner como ejemplo a Alemania para convencer a Pedro Sánchez de que los dos partidos deben unirse en coalición para formar un gobierno duradero de legislatura. "Lo ideal es que haya un gobierno de cuatro años con un programa pactado. Porque genera confianza, da un mensaje bueno y podemos abordar conjuntamente los grandes problemas que tiene España".
Tras afirmar que "no se puede gobernar en minoría", Rajoy se mostró dispuesto a asumir la Presidencia del Gobierno con el único respaldo de sus diputados si PSOE y C´s se abstuvieran. Una contradicción en sí misma que el candidato conservador a la reelección no clarificó.
Ante la pregunta de si estaría dispuesto a sacrificarse para que Pablo Iglesias no sea presidente, Mariano Rajoy evitó responder y únicamente confesó que son imposibles unas terceras elecciones. Lejos de asumir alguna responsabilidad para desatascar a situación endiablada, el líder del PP señaló a sus rivales como los culpables de que los españoles estén otra vez en un proceso electoral. "Tienen la culpa quienes bloquearon la situación política con el veto. El veto muestra de debilidad de quien no se atreve a hablar con quien es distinto a él. El veto es la negación de la política".
Si tras el 26J se replica la misma situación que la que se protagonizó tras el 20D, que Pedro Sánchez no fue a una sesión de investidura hasta el 1 de marzo, Mariano Rajoy ha reconocido que a él le hubiera gustado que el Congreso hubiera fijado el plazo para que comenzaran a correr los dos meses para la convocatoria de elecciones. En la Constitución hay un vacío legal que no indica cuándo se celebrarían elecciones en el caso de que ningún candidato acepte ir a una sesión de investidura. Y Rajoy lo que pretende es que no sea necesario que nadie, si no tiene los apoyos suficientes, se presente a una investidura y las Cortes fijen el plazo para que empiece a correr el tiempo hacia las terceras elecciones.