Este jueves se inicia en Barcelona el juicio contra Gustavo Cerdà, el trabajador de la Corporación Catalana de Medios Audiovisuales (CCMA) acusado de obtener de forma ilícita y revelar los salarios de más de 2.000 empleados de TV3 y de Catalunya Ràdio. La Fiscalía solicita siete años de prisión para este ingeniero de telecomunicaciones de 36 años que, cuatro años después de los hechos, sigue manteniendo que es inocente y que se le ha utilizado como cabeza de turco.
Desde que fue detenido durante 48 horas en 2013, el acusado se encuentra hundido psicológicamente, anclado en esos dos días en que los Mossos de Esquadra lo tuvieron retenido. “Fue una detención muy conflictiva. Lo arrestaron a las nueve de la mañana, registraron su casa y TV3, y hasta la tarde nadie le informó de sus derechos” afirma Carlos S. Almeida, abogado del acusado. Una vez puesto en libertad, Cerdà acudió a urgencias médicas, afectado por un shock postraumático del que asegura no haberse recuperado.
La fiscalía solicita siete años por los delitos de obtención y revelación de secretos. En el escrito de acusación el fiscal sostiene que fue Cerdà, valiéndose de sus conocimientos de informática, quien entró de forma anónima y remota en el correo electrónico del director de la CCMA, Brauli Duart, donde encontró el mensaje que contenía los datos salariales que posteriormente difundiría. Pero el fiscal aporta pruebas que demuestran que también se hackeó el correo de Eugeni Sallent, director de TV3. “Cerdà no tenía la capacidad técnica ni ninguna motivación que justificara poner en peligro su empleo para revelar esa información” asegura Almeida, al tiempo que niega que el informático tuviera relación con algún partido político.
Los hechos de los que se le acusa tuvieron lugar el 31 de julio de 2012. Ese día la CCMA denunció ante la policía catalana que alguien había accedido al correo electrónico de Brauli Duart, por entonces presidente de la corporación, y había reenviado un correo a 100 trabajadores. El mensaje contenía varios documentos con los sueldos de los 2.000 empleados y una tabla de Excel donde estaban calculadas las indemnizaciones por despido de cada uno de los trabajadores.
Más de un año después, el 10 de octubre de 2013, los Mossos detuvieron a Gustavo Cerdà, imputado por un delito de descubrimiento y revelación de secreto. Curiosamente se le acusa de revelar una información que en la actualidad es accesible para el ciudadano. Desde que entró en vigor la Ley Catalana de Transparencia en diciembre de 2014, los salarios de los empleados de la CCMA aparecen en la web de la corporación.
Duart un hombre vinculado a CIU y a los Mossos de Esquadra
En marzo de 2012, tras unas intensas negociaciones entre los partidos políticos catalanes, se anunció a Brauli Duart como nuevo presidente de la CCMA. Era el hombre escogido por Convergència i Unió para dirigir la corporación que controla la radio y la televisión pública de Cataluña. “Es el fontanero de CIU y de Artur Mas”, afirma Almeida.
Aseguran los que le conocen que Duart es uno de los hombres de máxima confianza de Francesc Homs. Antes, en la etapa del gobierno de Jordi Pujol, fue el secretario General de Interior y Justicia de los años 2001 a 2003. Durante ese tiempo tuvo contacto directo con los altos cargos de los Mossos de Esquadra y, según la defensa, esta relación es la que ha hecho que la policía catalana le haya dado una prioridad excepcional al caso. “Nunca en mis 30 años como abogado he visto a los Mossos tomarse un caso tan en serio, ni siquiera ante delitos de pornografía infantil”, concluye Almeida.
En la actualidad Duart ya no es presidente de la CCMA. El pasado mes de abril dejó temporalmente el cargo alegando problemas de salud, pero todavía mantiene el puesto de consejero en el Consejo de Gobierno de la Generalitat.