Girona

El Gobierno no ha arropado al rey en Cataluña este viernes durante su primer gran discurso tras las elecciones generales. En vez del habitual ministro de jornada que acompaña y refrenda los actos públicos del Jefe del Estado, el Ejecutivo ha optado por enviar a un secretario de Estado a pesar de que la entrega de premios de la Fundación Princesa de Girona (FpdeGi) es el acto más relevante que Felipe VI tiene en Cataluña desde hace siete años.

La decisión ha provocado además una polémica que ha enturbiado el evento justo en la edición en la que la FpdGi, hermana pequeña de los Princesa de Asturias, ha conseguido incrementar en un 25% el número de solicitudes y empieza a hacerse un nombre entre los jóvenes cuyo talento cuida y promociona. A media tarde, cuando los reyes ya estaban en Girona, Catalunya Radio informó de que la Casa del Rey había intervenido para evitar que acudiera el ministro del Interior, Jorge Fernández-Díaz, debido al escándalo de la grabación en su despacho.

La Zarzuela negó categóricamente a EL ESPAÑOL que hubiera intervenido en la decisión del Gobierno. Según fuentes de la Casa del Rey, la información de la identidad del acompañante oficial les llegó el jueves por la tarde. Más tarde, un portavoz oficial de la Casa añadió en el briefing informativo previo al acto en el Palau de Congressos que es “el Gobierno el que designa quién representa al Gobierno. En cualquier acto público en el que estén los reyes tiene que haber un acompañante del Gobierno. El rango es siempre un ministro o un secretario de Estado. La estadística dice que en los dos últimos años ha venido Fernández-Díaz, pero eso no significa nada. Nadie de la Casa Real ha intervenido. El procedimiento es que el Gobierno decide y en el camino no hay nada”.

Entorno hostil a la Corona

Al rey lo han acompañado el presidente de la Generalitat, Carles Puigdemont; los consellers Neus Monté (Presidencia) y Jordi Baiget (Empresa y Conocimiento); la alcaldesa de Girona, Marta Madrenas, y la delegada del Gobierno, María de los Llanos de Luna. El entorno de Girona es especialmente hostil a la Corona. El pasado enero, el Ayuntamiento aprobó mociones antimonárquicas destinadas a cambiar el nombre de la FpdeGi por el de Carles Rahola, el periodista asesinado por las tropas franquistas durante la Guerra Civil. Los reyes han pasado todo el día en Girona, donde han guardado un perfil bajo en un hotel alejado del centro de la ciudad.

“El mundo de hoy exige colaborar y cooperar, aprender a convivir, a entenderse y respetarse, en sociedades cada vez más diversas, más plurales, más complejas, menos unánimes, y por eso también más enriquecedoras”, ha dicho el rey ante una audiencia de más de mil personas, la mayoría jóvenes que participan también este sábado en las actividades de la FPdGi.

La CUP ha convocado una pitada frente al Palacio de Congresos al grito de “¡Desde Girona, construyamos la República Catalana!” y bajo el hashtag GironaRepublicana. Finalmente, la manifestación- apenas 50 personas- ha sido como la de todos los años. Los manifestantes han intentado entregar un manifiesto a los reyes pero no lo han conseguido.

Imperativo constitucional

Según el artículo 64 la Constitución, todos los actos públicos del rey tienen que ser refrendados por el Ejecutivo excepto la nominación del candidato a la presidencia del Gobierno. Se ahí la necesidad de ir siempre acompañado por un ministro que se denomina de jornada. Es cierto que el ministro puede delegar en un secretario de Estado, pero es extremadamente raro que al rey no acompañe un ministro, según fuentes solventes. De hecho, la Ley 50/1997 de 27 de noviembre, del Gobierno en su artículo 4 apartado D afirma que serán los ministros (y no los secretarios de Estado) quienes refrenden los actos del rey. Excepcionalemente, en enero de 2015, un secretario de Estado de Exteriores- Ignacio Ybáñez- acompañó al rey a Etiopía en vez del ministro José Manuel García-Margallo.

Prueba de que este Gobierno se tomaba muy se serio sus labores de refrendo real es que en agosto de 2012, el entonces ministro de Agricultura Miguel Arias Cañete justificó su asistencia a una corrida de toros cuando se estaban quemando 4.000 hectáreas de la isla de La Gomera porque tenía que acompañar al rey Juan Carlos I como ministro de jornada. Esto fue lo que declaró entonces Arias Cañete a la cadena SER: “Estuve como ministro de jornada porque me mandó Presidencia. A este ministro le dan la orden de acompañar al rey y lo hace porque entra dentro de sus funciones”.

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