Desde que se conocieron los inesperados resultados del pasado domingo, en Podemos han empezado a buscar los motivos del fiasco. En las últimas horas, diversas familias del partido morado han apuntado principalmente en dos direcciones: el diseño de la campaña electoral y la confluencia con Izquierda Unida. El partido morado ha hablado, también, de "desmovilización" del electorado, de las consecuencias del Brexit o, en palabras del líder este mismo viernes, del "miedo a que Podemos pueda gobernar". Lo que nadie ha hecho, al menos por ahora, es poner en cuestión el liderazgo de Pablo Iglesias.
El pasado lunes, la ejecutiva de Podemos se reunió y anunció que empezaba un período de reflexión para entender lo sucedido en las urnas. Carolina Bescansa, experta en demoscopia, hará ese análisis. Mientras tanto, nadie de Podemos, ni nadie entre sus socios de Unidos Podemos -IU, las Mareas, En Comú o Compromís- pone en duda que Iglesias deba seguir al frente del partido morado y al frente de la coalición electoral. Cualquier causa (o excusa, según se mire) se baraja estos días, menos el hecho de que Iglesias haya podido ahuyentar a los votantes, a pesar de que en muchas encuestas no sale bien parado en las valoraciones de los electores.
Las cuitas internas afloran buscando las claves
En medio del clima enrarecido, casi de shock psicológico, que viven en Podemos, lo que parecía que iba a ser un gran éxito colectivo ha mutado en una reapertura de las heridas internas. Los cuadros de Podemos han pasado de la tranquilidad contenida a los nervios desatados y los ánimos enfrentados, con las redes sociales como Telegram y Facebook como principales campos de batalla, sin olvidar las declaraciones públicas con mensajes envenenados o las filtraciones aun más envenenadas.
Tal y como ya ha ido narrando este diario, el nivel de las discrepancias ha ido in crescendo, siempre con la búsqueda de las razones de la debacle como leitmotiv. En un primer momento surgieron dos grandes argumentos en liza que se corresponden con los dos sectores más fuertes de la formación emergente. Los afines a Errejón señalan a la coalición con IU -impulsada por los pablistas- como motor del fiasco electoral. Los fieles a Iglesias defienden a ultranza esa alianza para el futuro y se centran en censurar el estilo moderado de la campaña -impulsado por los errejonistas- como clave de la derrota. Se trata, en suma, de reabrir la pelea interna a cuenta de las claves de la derrota.
Pregunta a los círculos...sin citar a Iglesias
Tantas son las dudas que en Podemos decidieron, amén de pedir el análisis de Bescansa, consultar a sus bases por los motivos del fracaso en las urnas. El secretario de Organización, Pablo Echenique, remitía esta semana a todos los círculos un documento, titulado "Análisis colectivo de los resultados y la campaña del 26-J", en el que, como el propio nombre indica, se preguntaba a los militantes por las razones que a su juicio explican los resultados cosechados en las urnas.
En este texto elaborado por Echenique se consultaba a las bases por una multitud de posibles razones del resultado del domingo pasado. En línea con ese debate que suscitaba las cuitas internas, se cuestiona por "la campaña a nivel de organización" y "a nivel de mensaje" o por "la alianza con IU". Pero también se incluían una serie de factores como "la gestión de las conversaciones de investidura después del 20-D, "el derecho a decidir", "el Brexit", "el discurso socialdemócrata", "los debates electorales", "la mano tendida al PSOE", "los audios de Fernández Díaz", "los spots electorales", "Venezuela", "el miedo a que Podemos pueda gobernar" o "los ayuntamientos del cambio". Pero, como puede verse, no se pregunta a las bases por si el liderazgo de Iglesias ha podido dejar en casa a votantes de IU o de Podemos.
Iglesias lo tiene claro: "El miedo a gobernar"
En ese contexto, Iglesias ha movido ficha este viernes en un vídeo de adelanto al último episodio de Fort Apache, programa que presenta en Hispan Tv. A su juicio, está claro lo que ha sucedido: los votantes no han apoyado a Podemos por "el miedo a lo nuevo". Más en concreto, el cabeza de lista de la coalición considera que ni el "bajo perfil" de la campaña electoral de Unidos Podemos ni el acuerdo con IU, tras el que muchos les han situado en el "temido margen izquierdo del tablero", han sido determinantes.
Tienen simpatía por nosotros, agradecen el meneo que le hemos dado a la política española, responden a un encuestador que nos van a votar, pero ante la evidencia de que podíamos gobernar deciden finalmente no votarnos
"Ambas hipótesis contribuyen a alentar el enfrentamiento interno en Podemos y es de esperar que nuestros adversarios insistan en ellas", advierte. O sea, no da la razón a ninguna de las familias en liza en el partido morado. En su opinión, tampoco su figura ha sido negativa para la campaña. Para él, Podemos es una fuerza política que provoca "mucha simpatía" entre un número de personas que aplaudían su irrupción en política y que pusieran "en apuros a los grandes partidos", pero que no pensaban que pudieran gobernar. "Creo que esos votantes han sido la clave para entender lo que nos pasó en las ultimas elecciones. Tienen simpatía por nosotros, agradecen el meneo que le hemos dado a la política española, responden a un encuestador que nos van a votar, pero ante la evidencia de que podíamos gobernar deciden finalmente no votarnos", arguye en el programa.
Reunión con los socios y los barones...que cierran filas
En esta suerte de búsqueda de motivos de lo sucedido, Pablo Iglesias también ha decidido reunirse con sus socios y sus barones autonómicos este viernes y este sábado. La primera de esas reuniones, con representantes de IU, Equo, Compromís, En Comú y Las Mares, tenía lugar este viernes por la tarde. Para empezar, Iglesias llegó a la cita, en la sede de Podemos, junto a Errejón, en una buscada imagen de unidad ante las pugnas reavivadas estos días.
Horas después, el partido morado y sus socios anunciaban las conclusiones de su análisis durante su encuentro. Y dichas conclusiones eran, a grandes rasgos, un calco de lo anunciado horas antes por el propio Iglesias. Según un comunicado de Podemos, todos los presentes habían coincidido en que "hemos perdido un millón de votos que no se han ido a otras opciones, sino a la abstención". También pensaban todos que "la campaña del miedo ha movilizado y concentrado el voto conservador". Y, sin fisuras, como si todos estuvieran de acuerdo, también coincidían en que "ni la confluencia ni la campaña han sido decisivos". En otras palabras, los mil y un socios de Iglesias cierran filas en torno a él.
No resulta atrevido, así las cosas, pronosticar que en la reunión con los barones autonómicos de este sábado las conclusiones serán similares. No se cuestiona la alianza con IU ni la campaña para no provocar tensiones internar. Y, sobre todo, no se cuestiona la figura de Pablo Iglesias.