El auge que los últimos años están teniendo los festivales de verano y su multiplicación por el panorama nacional ha encallado en la Comunidad Valenciana, destino marcado de este tipo de macroeventos. El Arenal Sound, uno de los más multitudinarios de España, está en el aire a un mes de su celebración. Ayuntamiento, organizadores y Generalitat tratan de buscar una alternativa para no suspender una edición que ya ha comenzado el montaje y que prevé la asistencia de 55.000 jóvenes. En Alboraia, en la zona norte de Valencia, el conflicto ha explotado este jueves después de que el consistorio haya denegado el permiso del festival Marenostrum el día previo a su inicio y con casi 20.000 entradas vendidas.
La ‘crisis de los festivales’ ha estallado el día en que la Generalitat Valenciana presentaba una nueva marca turística –Musix- para convertir a la región en zona receptora de turismo de festivales y fomentar una gestión unificada de estos eventos. Bajo este paraguas están las citas más grandes: Arenal Sound, Concerts de Vivers, Festival de Les Arts, FIB, Low Festival y Rototom Sunsplash. “La estabilidad es fundamental. Nos jugamos mucho en que estas operaciones salgan bien”, ha dicho el presidente valenciano, Ximo Puig, que ha hecho hincapié en el cumplimiento de la legalidad de estas citas multitudinarias.
El Marenostrum es un festival de música electrónica que este año celebraba su tercera edición. En mayo de este año anunciaron un cambio de ubicación. Los escenarios se trasladaban a la playa de Alboraia, siguiendo el concepto de arena y música de festivales como el Arenal Sound. El cambio no gustó y un colectivo ecologista comenzó a movilizarse al alegar afección en el paraje de Els Peixets, la nueva ubicación. La movilización ha contado con el apoyo de Compromís y se ha traducido en un informe de uno de los departamentos de la Generalitat contrario a su celebración por afectar a una zona de protección de dominio público regulada por la Ley de Costas.
El informe, que proponía una ubicación alternativa, llegó hace una semana. Los organizadores del Marenostrum optaron por seguir con el montaje a falta de la decisión municipal. Mientras, en la redes tranquilizaban a los jóvenes: “Marenostrum Music Festival cumple con la legalidad, visados y permisos necesarios para la celebración de su tercera edición (…) Os pedimos un voto de confianza”. El mensaje lo lanzaron el miércoles por su perfil de Facebook y este jueves se han topado con la denegación definitiva por parte del Ayuntamiento de Alboraia y cuando todo estaba preparado para su arranque este viernes.
Esta misma mañana rectificaban con un comunicado en el que anunciaban que cerraban las puertas. “La no celebración del evento es causa por completo ajena a esta empresa, al deberse a una decisión de la administración pública, esta empresa tiene intención de proceder a reclamar a las administraciones competentes el resarcimiento de los perjuicios”, dicen desde la organización.
El Marenostrum se queja de la tardanza en recibir los informes. Desde la consellería aludida afirman que conocieron el cambio de ubicación en abril y que no hay tiempo para pronunciarse antes. La suspensión ha provocado el caos ante la llegada de jóvenes, reclamaciones y el desmontaje de los escenarios.
CON LA VISTA PUESTA EN EL ARENAL
El Arenal Sound está siguiendo el mismo ‘modus operandi’. La organización lleva un año trabajando con Ayuntamiento y Generalitat para un cambio de ubicación al no poder desarrollarse este año en primera línea de playa como hasta ahora. El cambio de ubicación sí tiene el visto bueno de la Generalitat pero cuenta con dos informes municipales contrarios del ayuntamiento por motivos de ruido y con un anuncio del equipo de gobierno a no conceder el permiso con estos documentos. El ‘no’ debía darse este jueves, pero la junta de gobierno no se ha atrevido a decidir y ha dejado el asunto sobre la mesa a la espera de lograr una solución con la mediación de la Generalitat. El festival ha vendido ya más de 40.000 entradas.
De momento, la organización, al igual que hizo el Marenostrum, intenta tranquilizar a sus fieles vía redes sociales y llamando a la compra de entradas. “Todo se va a solucionar, confiad en nosotros, ¡nos vemos en 27 días seguro!”, decían hoy en su perfil de Facebook.
El presidente de la Generalitat se ha mostrado favorable a la celebración de estos macrofestivales pero ha destacado que el tema de la contaminación acústica es un problema.