Responsabilidad, espíritu constructivo y diálogo. Estas han sido las palabras más repetidas este martes en el Congreso de los Diputados. Los principales actores políticos de este país están de acuerdo en que ir a elecciones por tercera vez en once meses “no es una opción”, en palabras de Albert Rivera, el líder de Ciudadanos. Esta es la filosofía compartida por los cuatro principales partidos. Pero luego está la aritmética y los vetos mantenidos por Cs y PSOE durante la campaña: el PP se encamina a la formación de un gobierno en minoría la primera semana de agosto pero, a 17 días del 26-J, y aunque ya cuenta con la abstención de Ciudadanos, aún está en manos de la decisión del líder socialista, Pedro Sánchez.
Tras reunirse con Mariano Rajoy durante casi una hora y media en el Congreso, Rivera ha anunciado que prescinde de su Plan A (un Gobierno de coalición con PP y PSOE) y que, por el bien de España, acepta el Plan B (un gobierno en minoría del PP). Las fechas apremian: el 30 de agosto, el Gobierno de España tiene que presentar ante Bruselas el techo de gasto necesario para aprobar el 1 de octubre los Presupuestos Generales del Estado. Rivera hablará este miércoles con Sánchez después de la reunión del líder socialista con Rajoy para convencerle de la necesidad imperiosa de contribuir a formar un nuevo Gobierno.
Este martes, la sombra de Bruselas ha sido particularmente alargada sobre el Parlamento. El Gobierno ha anunciado una subida del impuesto de sociedades como compromiso para reducir a cero la multa de la Unión Europea por el incumplimiento del déficit. Hasta Pablo Iglesias ha reconocido que si en agosto no hay nuevo Gobierno los problemas de cumplimiento con Bruselas se desbocarían.
"La suma sigue sin salir"
Antes del encuentro entre Rajoy y Rivera, los conservadores consideraban un triunfo una reunión de "más de cinco minutos". Tras escuchar de boca del propio presidente del Gobierno en funciones que el encuentro había ido mucho mejor de lo esperado, en Génova empezaron a respirar más tranquilos, aunque todos hablaron con extrema prudencia "porque la suma sigue sin salir", según resumió un miembro del comité de dirección a última hora de este martes.
En el PP son conscientes de que el camino hasta superar la investidura no va a ser de rosas. Los 32 escaños de Ciudadanos son insuficientes para alcanzar la anhelada mayoría absoluta pero decisivos para presionar al PSOE y señalarle directamente si el reloj hacia las nuevas elecciones se pone en marcha. A través de un comunicado, Rajoy agradeció la "voluntad constructiva" de Rivera y "el esfuerzo" que ha mostró para intentar entenderse. Un acercamiento que parecía imposible antes de los 14 escaños que Rajoy consiguió el 20D.
La sintonía entre ambos líderes ha sido tan buena que el PP enviará este miércoles a Cs un documento cuando acabe la reunión con Sánchez. Este texto empezará a sentar las bases de la negociación e incluirá "propuestas concretas de reformas, que están abiertas a discusión". A pesar de la buena sintonía, nadie quiere hablar de puestos. Por el ejemplo, la presidencia del Congreso. Por número de escaños le correspondería a los conservadores, pero Génova cuenta con este suculento puesto como arma de negociación para retener la Presidencia del Gobierno.
En el comunicado que el PP ha enviado tras la reunión con C´s, Rajoy recuerda que, "como claro vencedor de las elecciones", él hará los "esfuerzos necesarios" para "evitar las elecciones y abordar cuanto antes las reformas necesarias. La reunión entre Rajoy y e Iglesias también ha durado hora y media pero, según confesaba el líder de Podemos al término de la misma, poco habían hablado de la formación de Gobierno. No hay ninguna opción de que el partido morado y sus socios apoyen al PP, por lo que los dos políticos han preferido charlar sobre la reciente visita de Obama a España, la situación de Europa tras el Brexit y hasta sobre sus lecturas veraniegas.
Sarcasmo contra Sánchez
Durante la comparecencia posterior al encuentro, Iglesias ha continuado en su línea de actuar como un martillo pilón contra Sánchez. El secretario general de Podemos ha presionado a los socialistas pidiendo que no se abstengan para facilitar un Gobierno de Rajoy. Y, como sabe que esa es una opción más que plausible ahora mismo, ha señalado que el partido morado tendrá que ejercer el papel de oposición al PP si los socialistas se abstienen.
"Si el PP logra convencer al PSOE, nosotros ejerceremos el papel de oposición", decía Iglesias, para remarcar después que "una abstención del PSOE le situará como un socio del PP" para los próximos años. A su juicio, "alguien tendría muy difícil explicar que sería oposición al mismo tiempo que hace presidente a Mariano Rajoy". En otras palabras, Iglesias se dedicaba una vez más a erosionar a Sánchez, en este caso con el argumento de que un apoyo al PP invalida al PSOE para situarse como oposición.
Como hizo antes y después del 20-D, Iglesias ha repetido su mensaje de que "el PSOE tiene que elegir". Ahora, "entre Mariano Rajoy, un Gobierno de izquierdas con nosotros o las terceras elecciones". La respuesta, a expensas de la reunión este miércoles entre Rajoy y Sánchez, parece encaminada hacia una misma dirección: el Gobierno en minoría del PP. Aunque según Rafael Hernando, el portavoz del PP, la última palabra la tendrá Felipe VI: “Esto es algo que tiene que decidir Su Majestad el rey. Es a él a quien le corresponde decidir quién es la persona que cuenta con los mejores apoyos”.
Esta semana, los líderes políticos ya han empezado a recibir la llamada de la Casa del Rey para organizar la ronda de consultas que se inicia tras la constitución de las Cortes el día 19 de julio. Por calendario, la primera semana de agosto Mariano Rajoy podría volver a ser investido presidente del Gobierno.